Siddhartha

Siddhartha

“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.” - Marcel Proust

La era moderna ha marcado un gran cambio dentro de todas las personas del mundo, haciendo que una gran parte de ella deje de interesarse en el ámbito espiritual, y concentrarse mayoritariamente en lo material, quizás debido a la increíble innovación tecnológica y el auge del mundo del entretenimiento. La gente ha olvidado, o simplemente le han dejado de importar técnicas como la meditación, y han dejado de perseguir la iluminación, el Nirvana. Siddharta, novela escrita por el autor Alemán Hermán Hesse en 1922 después de la Primera Guerra Mundial, nos cuenta una historia acerca de este, y la lucha perseverante y constante que su protagonista atravesó, intentando alcanzarlo.

Herman Hesse, nacido en Calw, Baden-Wurtemberg, Alemania el 2 de julio de 1877 fue un poeta, escritor, novelista y pintor. Debido a los acontecimientos que ocurrieron en su vida, se vio muy influenciado por la cultura oriental tras su viaje a India, y muchos de estos aspectos se ven reflejados en esta obra. Es una obra que habla acerca del descubrimiento interior, reflejándose con las experiencias de la cultura en la que se vive, y el significado de la vida.

Siddharta es un joven Brahmán con un gran futuro por delante. Realizaba todas sus tareas cotidianas con excelencia, destacando sobre los demás fácilmente. Sin embargo, un día el siente que su vida carece de sentido, y que todo lo que realiza a diario es trillado y monótono, incapaz de llenar a su espíritu, siquiera parcialmente. Él decide emprender un viaje, con motivo de encontrarse a sí mismo en su interior, y con suerte, esperar llegar algún día a lo que parece inalcanzable, el Nirvana. Durante su viaje, Siddharta conoce a muchas personas, algunos que lo ayudan en su travesía, y otros que desvían su camino de una particular manera, pero que sin embargo es lo que al final ayudan a que llegue a sus objetivos, y se puedan cumplir sus sueños.

Primero está Govinda, su eterno amigo, claro símbolo de Amistad y de Lealtad. Desde el principio siempre muestra gran admiración a Siddharta. Él lo acompaña en sus primeras travesías, con él se junta a los samanas y se convierte en peregrino. Siempre demostraba cierta dependencia a Siddharta, pero tras oír las enseñanzas de Gautama, el glorioso Buda, se muestra decidido a unírsele, a pesar de que su amigo decidió que no. Siddharta se sintió afectado en un principio, pero no olvidó el propósito de su viaje, y su determinación lo empujó a seguir.

Precisamente fue este, el Buda, quién le mostró que lo que él perseguía no era imposible de alcanzar. Siddharta podía observar la perfección dentro de él, tanto como por lo que decía como por lo que él aparentaba. Era verdaderamente un santo. Sin embargo, en este punto, él se había dado cuenta que las cosas yo no se le podían ser enseñadas, sino que el tendría que aprenderlas por el mismo, y por lo tanto la doctrina de Buda no encajaba con sus creencias.

Durante el tiempo que vivió con los samanas, sabios peregrinos, aprendió muchas cosas. La más importante fue la de ayunar, esperar y pensar. Estas fueron las únicas acciones que Siddharta realizaba a diario, que lo ayudaban a sobrevivir y que le permitieron seguir con este estilo de vida, que lo ayudaría incluso hasta el final de su viaje.

En un pueblo conoció a Kamala, símbolo de sensualidad, quien le muestra los placeres del Sansara, el ciclo entre la vida y la muerte terrenal. Para complacerla necesitaba obtener riquezas, por lo que tuvo que trabajar para un poderoso mercader, Kamaswani. Al principio le atribuía

...