Sin estado de derecho

La película Presunto culpable nos muestra como a José Antonio Zúñiga Rodríguez se le violó su estado de derecho al imputársele un homicidio del cual él no había sido responsable. Esto sucedió gracias a un ineficiente Sistema Judicial Penal, además de una falta de criterio objetivo y conciencia social por parte de las autoridades que llevaron el caso del mencionado imputado.

Las autoridades violentaron el estado de derecho de Antonio Zúñiga durante todo el proceso de investigación del homicidio de Juan Carlos Reyes ocurrido a finales del año 2005, a Antonio se le arrestó sin siquiera haber una orden emitida por un juez, así mismo recibió ofensas y golpes por parte de los investigadores judiciales, actos que vulneraron sus garantías como ciudadano mexicano.

Durante las sesiones del juicio de Antonio se fue demostrando el nivel de ineficiencia que impera en los procesos penales debido a las malas prácticas ejercidas por las autoridades, pues a Antonio se le asignó un abogado de oficio, el cual ni siquiera tenía la facultad de ejercer profesionalmente, puesto que la cédula del litigante era falsificada. Por otra parte, al acusado no se le tomó en cuenta, tanto sus declaraciones como los resultados de las pruebas realizadas en éste fueron desechadas de la carpeta de investigación.

Otra incongruencia con el estado de derecho ideal y el Sistema Penal Judicial que se puede encontrar en Presunto culpable es la manipulación de la evidencia por parte de las autoridades, pues tanto la fiscalía como el juez agregaron y quitaron evidencia del expediente de investigación sin pensarlo, tal es el caso de los resultados omitidos de la prueba de pólvora que se realizó en el imputado. Si dichos resultados se hubieran tomado en cuenta se habría demostrado la inocencia de Antonio Zúñiga, lastimosamente las autoridades querían encontrar a un culpable, y es por eso que inculparon injustamente al imputado.

        El fallo del caso de Antonio fue condenatorio, recibiendo una sentencia de veinte años injustamente, pues era evidente que él no era el asesino del occiso Juan Carlos Reyes. Tenía testigos que afirmaban verlo en su local mientras sucedía el homicidio, pero la corrupción y la inefectividad por parte de las autoridades fue más fuerte logrando el cometido de encontrar un culpable, aunque éste fuera inocente.

        Tras el curso de la película podemos observar que no solo a Antonio se le violenta su estado de derecho, sino también a la esposa del condenado, Eva Gutiérrez. Ella menciona que durante las visitas a Antonio, en las revisiones previas para pasar a la sala de visitas, recibía tocamientos no apropiados realizadas por las custodias, esto generaba incomodidad en Eva, se sentía vulnerada, por lo tanto su estado de derecho estaba siendo violentado.

        Un nuevo abogado estudió el caso por el cual es condenado Antonio Zúñiga y encontró una forma de reabrir el caso para así brindarle justicia al inculpado inocente, al reabrirse el caso se generó un nuevo juicio en el que se demostró por completo que las autoridades habían juzgado injustamente a una persona inocente, pues todo lo que se había mencionado en contra de Antonio durante el primer caso fue una falacia.

        Las autoridades competentes actuaron bajo un régimen poco profesional, ético y objetivo por segunda vez. Debido a que coaccionaron al testigo que indicaba como culpable del homicidio a Antonio, descartaron pruebas contundentes que demostraban la inocencia del acusado, vulnerando el estado de derecho de Antonio, pues volvieron a condenarlo. La apelación llevada a los magistrados fue clave para que el condenado quedara libre definitivamente.

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