Sistema de transporte Transmilenio

Este ensayo intenta expresar puntos de vista personales enfocados netamente con propósitos académicos basado en una problemática que golpea día a día a cientos de colombianos, siendo más especifica: a los bogotános, también conocidos como “rolos”, exactamente, de Bogotá. La siguiente pregunta ronda mi cabeza todos los días, pues aclaro, soy usuaria frecuente; de aquí para allá usando el sistema normalmente entre semana exponiéndome a los riesgos y aprovechando sus beneficios, entonces ¿realmente existe la inseguridad en el transporte público masivo Transmilenio?

Me parece un tema interesante porque mezcla la cruda realidad del cuidado promedio en Bogotá junto a lo que los medios de comunicación nos intentan vender día a día haciendo uso de la televisión, la radio y ahora la internet. Puedo decir que soy una de las usuarias afortunadas que no ha tenido que vivir la experiencia de un atraco o robo mientras hago uso de los buses del sistema Transmilenio y sí, hago uso de ellos por obligación más que por gusto como un gran porcentaje de los usuarios.

Las causas son sencillas y por decir “sencillas” no me refiero a que la solución no sea compleja o bueno, ¿ya estamos cerca de una solución pero nos negamos a verla? Según encuestas realizadas a mitad de este año el 17 por ciento de los encuestados por la Cámara de Comercio dijo sentirse seguro al usar Transmilenio y de acuerdo con cifras de la Universidad Manuela Beltrán, el 72 por ciento se siente inseguro, entre ellos el 38 por ciento ha sido víctima de robo dentro de las instalaciones del sistema.

Falta de personas como policías y la cultura colombiana son causas que dejan ver a simple vista que algo falla. Se ven muchos jóvenes bachilleres pero son muy pocos los que realmente generan confianza al tenerlos cerca porque al fin y al cabo son personas cumpliendo un servicio y cumplir un servicio no es sinónimo con compromiso en la labor. Podría culpar a las lamentables condiciones en la que muchos ciudadanos viven y por eso optan al hurto como alternativa para su supervivencia, pero lo cierto es que gran parte de los ladrones que han sido capturados realizando sus fechorías dentro del sistema lucen como personas de estrato promedio y no necesariamente como habitantes de la calle.

Lo social y lo económico es lo que creo que se ve mayormente afectada con todo este problema. La gente que es víctima suele convertirse en cómplices con el paso de los meses al dejarse llevar pensamiento “si me lo hicieron, debo hacerlo para recuperar lo perdido”, puede sonar ridículo y lo es. Una sociedad con miedos al realizar mayoría de sus acciones al salir de casa, una sociedad golpeada con una mente precavida hacen que la solución definitiva esté más y más lejos porque la confianza fue quebrada tiempo atrás con el paso de los gobiernos.

Alguien que pierde sus pertenencias a la fuerza es alguien a quien económicamente le será más complejo continuar en el intento de prosperar, pues tanto “su bolsillo” como su motivación están heridos porque ¿quién vuelve a subirse a un Transmilenio tranquilo después de una experiencia así o después de ver lo que las noticias nos ofrecen todos los días? “Atraco en Transmilenio”, “Robo de celulares en Transmilenio aumenta”, etc.

¿La solución? continuar, como ciudadanos no podemos hacer gran cosa; el linchar a todos los ladrones y elegir democráticamente un alcalde para nuestra ciudad genera cambios, solo que requiere de tiempo para saber si son cambios para bien o para empeorar la realidad. Golpear a la gente nos hace una sociedad más violenta y es el ejemplo que se está dando a los que vienen a remplazarnos y elegir a un alcalde es más de lo mismo, confiados en el azar.

...