TALLER N° 1 PBM-222 Lectura y escritura inicial

TALLER N° 1

PBM-222 Lectura y escritura inicial

Martes 3 de septiembre de 2019

Prof. Angelina Pastén I.

Integrantes:

• Patricia Sepúlveda
• Javiera Trigo

B- Busque y registre métodos de lectura, señalando ejemplos.

Enseñar a leer no es en absoluto fácil. La lectura es un proceso complejo, requiere una intervención antes, durante y después. Y también plantearse la relación existente entre leer, comprender y aprender

la holística considera la experiencia de cada alumno y no busca una acumulación de conocimientos sin conexión con el mundo propio del educando, muy por el contrario, busca que se integre vida, conocimiento y autoconocimiento.

C- Señale que es lo fundamental para inicial a un niño en la escritura.

Dentro de lo fundamental para iniciar a un niño al proceso de escritura esta que él esté preparado para poder enfrentar este desafío. Por eso el niño debe dominar su cuerpo y contar con destreza manual. A esa etapa se le denomina etapa de la preescritura donde se debe desarrollar los siguientes aspectos en el niño:

• Conocimiento de su cuerpo.
• Control Corporal.
• Coordinación corporal.
• Motricidad fina
• Fortalecimiento de los músculos del dedo y de las manos, para lograr una precisión en la presión de los dedos.
• Ritmo.
• Lateralidad.
• Ordenación del espacio temporal.

Aunque en el desarrollo de esta etapa también es importante incentivar al niño a dibujar, lo que según Lowenfeld (1961) inicia con la etapa del garabateo donde el niño realiza trazos al azar que van evolucionando hasta en convertirse en un dibujo que se puede reconocer.

Luego, pasará a utilizar ceras más finas y otro tipo de lápices. El soporte es la base en la que el niño se apoya para realizar los ejercicios. Al principio, debe ser grande (un papel de estraza extendido sobre el suelo o una pizarra colgada en la pared) para permitirle hacer movimientos amplios y firmes. Cuando el niño consigue aumentar el control del brazo, pasamos a utilizar soportes más pequeños (fichas específicas para este fin) y así incentivarlo a continuar con esta técnica dibujando diferentes trazos.

Por otro lado, la coordinación mano-ojo también es fundamental. Le Boulch (1981) considera imprescindible la actividad manual y la propia coordinación ojo-mano, ya que de ella depende la destreza manual para el aprendizaje de la escritura. Especialmente la destreza fina o movimiento propio del lápiz. Para poder desarrollar esta coordinación se pueden realizar actividades como lanzar pelotas o recibir objetos además de ejercicios de coordinación como peinarse, abrocharse, vestirse, bañarse, etc.

En otros aspectos reconocer la lateralidad es crucial, ya que nos dice si el niño es zurdo o diestro. García (2007) establece que la lateralidad es la predilección por un lado del cuerpo sobre ya sea por el uso de este o la efectividad en las tareas, y que para establecerla no solo debemos considerar la mano, sino también el pie, pierna o brazo.

Una vez definida se puede afianzar enseñándole al niño a comer usando los cubiertos en la mano apropiada, al beber que deje el vaso al lado en que el más usa su mano o incluso usar juegos como el de tirar al blanco para que tire el dardo con el lado adecuado.

La motricidad fina y gruesa también juegan un papel importante a la hora de iniciar al niño en la escritura. La motricidad gruesa se refiere a los movimientos amplios, que se puede ejercitar por medio de diferentes actividades cotidianas como sentarse, arrastrarse, gatear, andar, subir escaleras y alternar las piernas al andar o subir estas, en cambio la motricidad fina Implica movimientos de mayor precisión que son requeridos sobre todo en tareas donde se utilizan de manera simultanea el ojo, mano, dedos como, por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir, etc.).

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