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Ticio esclavo.


Enviado por   •  15 de Enero de 2017  •  Ensayos  •  1.066 Palabras (5 Páginas)  •  203 Visitas

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            Platicas en el infierno

Sófocles (Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia, 495 a.C.-Atenas, 406 a.C.) Poeta trágico griego. Hijo de un rico armero llamado Sofilo.

Algo que caracteriza a sus obras es el enfrentamiento entre la ley humana y la ley natural es central en sus obras, es por eso que Edipo Rey es una de sus obras más representativas.

Aristófanes (Atenas, 450 a.C.-id., 385 a.C.) Comediógrafo griego, se sabe que fue un ciudadano con  postura conservadora que  lo llevó a defender la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica; puede ser este un factor por el cual el pese a ser un autor muy admirado, ejerció muy poca influencia, pero una de sus obras es Lisístrata.

A todo esto ¿Qué pasaría si Lisístrata y Edipo se encontraran en el infierno? Por la razón o circunstancia que sea, ellos se encontraran y se platicaran un poco sobre que papel  desempeñaron en  las obras que Sófocles y Aristófanes escribieron, respectivamente.

Lisístrata: Sin juzgar ni nada, ya quiero que me cuentes un poco sobre lo que te paso Edipo, solo sé que ciego te quedaste y que ciego te volviste.

Edipo: Tú no sabes lo que es estar en una mentira durante toda tu vida, por varias circunstancias que te contare, no podía seguir viendo mi desgracia.

Lisístrata: Tú no sabes lo que es sufrir, yo tuve que abstenerme por un buen tiempo a mi hombre ¿Tu sabes lo que es eso?, Pero claro que no lo sabes si estabas en enredos con tu propia madre, asco me das, pero por algo los 2 estamos en el infierno, así que basta de lamentarnos y mejor contemos a detalle nuestra historia.

Edipo: ¿Cómo te atreves? Pero bueno, comenzaré. Si no mal recuerdo yo tenía una vida totalmente grata, iba a heredar Corinto, pero para no alargar tanto todo, un día un oráculo me dijo que yo iba a matar a mi padre y a casarme con mi madre, yo al escucharlo salí corriendo para alejarme y hacer todo lo posible porque no ocurriere, pero al seguir mi camino me encontré con Layo, yo en ese momento por  supuesto que no sabía quién era el, así que pensé que era un ladrón y lo mate junto a todos los demás con los que venía, excepto a uno, el cual me ayudo a ver mi realidad; me lamento todos los días, ya que desde ahí empezó mi desgracia.

Al llegar a Tebas libere al pueblo resolviendo el acertijo de la Esfinge.

Esa es otra de las cosas que no debí de haber hecho, porque al yo matar a Layo el pueblo de Tebas no tenía Rey y al liberarlos de la Esfinge decidieron nombrarme su Rey y por muy obvias razones iba a tener de esposa a Yocasta ¡Mi madre!   ¿Porque no lo supe antes? Porque yo pensaba que estaba escapando de mi destino y no haciendo mi destino realidad.

Lisístrata: Sabes hasta ahora entiendo todo muy bien, pero ¿Por qué no mejor yo te cuento un poco de lo que me ocurrió?

Edipo: Habla, pues.

Lisístrata: Yo que venía de Atenas me di cuenta que los esposos de ahí eran unos cabezas huecas que solo les importaba la guerra y al llegar a casa solo éramos una satisfacción sexual, yo ya no podía más, tenía que hacer algo al respecto, así que llame a todas las mujeres de Atenas para dar mi opinión y hacer algo al respecto.

Edipo: ¿Los mataste?

Lisístrata: No, si los necesitaba para saciar algo que solo ellos pueden saciar, solo los eduque conforme a lo que las mujeres queríamos y deje a un lado las tonterías de pelearse unos con otros, en pocas palabras acaba con la guerra ¿No me crees?

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