“Toma el control de tu vida”

Alisson Marín Usuga

En el marco del 3er bazar literario, realizado por el programa “Toma el control de tu vida” de la universidad, se realizó un conversatorio llamado “Oscar Wilde y la eterna juventud”, a cargo del escritor Reinaldo Spitaletta.

Se habló sobre la vida y obra del escritor, y se trataron temas relevantes de la misma: la juventud, la belleza, la estética, la maldad, la vanidad, el hedonismo, la perversión y los vicios, el placer, la vejez.

Siento todos éstos, temas que atraviesan nuestra práctica profesional como psicólogos en formación, el más relacionado con mi experiencia es el de vejez.

Debo ver como día a día los adultos mayores que llegan a la secretaría, los que conozco en cada grupo de la tercera edad, los que se acercan a hablarme y a contarme sus muchas historias, se intentan aferrar desesperadamente a la “eterna juventud”, buscan, más que prevenir enfermedades y mantener estilos de vida saludables, encontrar la fórmula para detener el desgaste natural de nuestros sistemas asistiendo a la actividad física. Creo que, naturalmente, todos los cambios que experimentan en esta etapa de su vida, el verse cara a cara con la falta de vitalidad, con la vejez y la muerte los hacen enfrentarse con todos esos demonios que los persiguieron a lo largo de su vida y que tal vez habían querido dejar relegados. Pero a su vez, el miedo y las pérdidas propias de esta etapa del ciclo vital, pueden ser enriquecedoras y posibilitadoras de cambios que nutren de sentido a la existencia. Retomo una frase célebre de Oscar Wilde, “la tragedia de la vejez no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven”, la cual me remite a toda esa nostalgia que transmiten al contar sus historias los adultos mayores que he conocido a lo largo de esta experiencia de práctica. Reconozco constantemente en ellos la necesidad imperante de ser escuchados, de ser tenidos en cuenta, de sentirse útiles, como lo fueron en su juventud, en sus buenos tiempos de antaño.

Espero que mi profesión pueda ayudarlos a reconocer, o más que eso, reencaminar y apreciar toda esa sabiduría que a veces sólo los años saben aportar.

"El fin de la vida es el desarrollo personal. El perfecto desarrollo de la propia naturaleza: he ahí nuestra razón de ser. Hoy en día, la gente tiene miedo de sí misma. Han olvidado su principal deber, el deber que uno tiene consigo mismo." Oscar Wilde.

...