Un Ensayo sobre el Ensayo.

El Ensayo

Pasión

Inclinación o preferencia muy fuerte por alguien o algo.

Argumento

Razonamiento usado para probar una idea, teoría o un hecho.

Retorica

Conjunto de reglas que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar o persuadir.

-Escribir...

- ¿Sobre qué?

-Excelente pregunta…

-¿La respuesta?

-La tiene la pasión, y la expresa a través del argumento y de la retórica.

Esta pequeña parodia de diálogo es tal vez la forma más sencilla de plantear la esencia de un ensayo.

Para muchos es común confundir los tratados y los informes con los ensayos, no obstante si se observa con atención se detectará de inmediato muchas diferencias.

Mientras en el tratado se escribe sobre un tema, el cual se explora y aborda con una mirada didáctica y objetiva, intentando exponer conocimientos; en el informe se INFORMA acerca de la metodología usada en determinada investigación, se INFORMA acerca de los resultados; en fin, se INFORMA.

El ensayo muestra, invita, sugiere y deja que el lector sea parte de la escritura, deja que el lector se sienta parte de la idea del escritor.

Aquí se intenta presentar al leyente la clave más fácil para encontrar su propia voz dentro de la escritura, pero esto es imposible si el leedor no sabe que puede hablar. Para encontrar su voz, el lector debe saber qué decir, y tener en cuenta que aunque se imiten los sonidos de un idioma desconocido, jamás se tendrá idea de su significado sin indagar o aprenderlo. El que quiera hablar debe usar las palabras que conoce o aprender nuevas para mostrar lo aprendido.

Pero a veces el usar las palabras que conoce no es suficiente para un hablante, debe intentar combinarlas y adornarlas, contextualizarlas, sentirlas.

El presente ensayo está escrito con la finalidad de experimentar y poner a prueba la retórica y la sintaxis misma del autor, así como también despertar en el receptor la curiosidad que lo lleve a la investigación.

Está elaborado de manera abstracta y analógica, utilizando de manera torpe muchas figuras literarias, pero que, sin embargo, el escritor ha intentado incorporar en su propia voz. Usando desde la anáfora hasta la epifora, desde la similicadencia hasta la epanadiplosis.

Una vez que el lector sienta la necesidad de investigar acerca de cualquier término o concepto planteado en un ensayo, el ensayista puede sentir que logró su cometido. No obstante, el escrito debe presentar los argumentos suficientes para no dejar cabos sueltos respecto al dominio de tema del escritor, pero este último debe concientizar el no demostrar todo el panorama, debe invitar de manera sutil y delicada al lector a entrar en contacto con la fuente donde bebe la voz del autor.

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