Vida y vision de los fundadores de Вimbo

AL GRANO

VIDA Y VISION DE LOS FUNDADORES DE BIMBO

Comenzando la entrevista Don Lorenzo pregunto ¿A usted le interesa el campo mexicano? Comenzó así entonces a dar catedra sobre la inseguridad en la tenencia de la tierra, el minifundismo que condena a los campesinos a medir sus tierras por surcos, la corrupción con respecto a los créditos, la falta de planeación, entre otros. Hablo de los esfuerzos a contracorriente de la fundación mexicana para el Desarrollo Rural, que contribuyo a fundar en 1969 así mismo conocer a primera mano, las cooperativas agrícolas y ganaderas que la Fundación promovía para ayudar al campesino a organizarse para aportarles capacitación técnica, ser su aval para conseguir créditos y educarlos a fin de cambiar su mentalidad dependiente.

Don Lorenzo, un líder obsesionado con un puñado de temas específicos de quehacer empresarial, y ámbito político y social, mismos que ventila ante la opinión pública, porque desde su perspectiva solo con información puntual y a fondo se pueden generar consensos que inciten el cambio.

Lorenzo Servitje nació en la ciudad de México el 20 de Noviembre de 1918 pilar fundador de Bimbo y reconocido líder moral del empresariado Mexicano, su conquista más notoria es Bimbo, que inició operaciones en 1945 con 4 accionistas, 5 productos, una marca, 38 colaboradores y diez vehículos en una sola planta en la Ciudad de México y hoy más de 60 años después, alcanza casi 7 mil millones de dólares anuales en ventas netas, con 5 mil productos, más de 100 marcas, 87mil colaboradores, 74 plantas, 3 comercializadoras en México, Latinoamérica y EU, 34mil rutas de distribución de producto y más de un millón de puntos de venta en 17 países del mundo.

Don Lorenzo jamás imagino en su juventud que se dedicaría al comercio, quería ser escritor e historiador e incluso pensó tener una vocación religiosa deseaba educar, llevar consuelo a personas con carencias en poblados diferentes, sin embargo estaba destinado ya que al morir su padre, el deber lo obligo a abandonar el sueño, la disyuntiva entre una vida universitaria y la entrega a la vocación religiosa, para responder a la difícil situación familiar, su vida estaría destinada desde 1936 a impulsar el molino, la pastelería que inicio su padre y que había quedado huérfana de autoridad.

Hablando de su papa trato de vender una maquina pero un día invito a los panaderos españoles radicados en México al local de Braulio Huriarte un afamado molinero para hacerles una demostración todos se quedaron maravillados y en diciembre de 1918 los panaderos decidieron unirse y crear una sociedad para comprarle a su padre la patente para México pagándole 30 mil pesos de oro.

Su padre ya más estable económicamente inauguro una pastelería, la inauguración lo anunciaron en los periódicos y muchísima gente asistió por curiosidad desde el primer día la pastelería el molino fue exitosa y significo una buena competencia para la Flor de México a tan solo una calle de distancia.

Su padre se dedicó en cuerpo y alma al negocio,

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