40 años de VIH, la epidemia de la muerte y de la vida, de Jesús Rodríguez

40 años de VIH, la epidemia de la muerte y de la vida, de Jesús Rodríguez

(Resumen)

El autor da inicio a su texto hablando de un grupo de personas cuya similitud es una enfermedad, el VIH. Una enfermedad degenerativa que ataca al sistema inmunitario dejando a quien la padece indefenso ante cualquier tipo de infección, por más mínima que esta sea. El autor habla de esta enfermedad como algo serio, sin embargo, ha sido sobrellevada de distintas formas, como lo son el uso de pastillas e inyecciones, las cuales ayudan al paciente a llevar una vida casi normal.

Aunque VIH ya no es un tema de gran popularidad, el autor afirma que este sigue vigente. En varios continentes como África, Asia y Latinoamérica hay más de un millón de personas esperando un tratamiento que les ayude a poder llevar una mejor vida y otros que pierden la batalla en el camino, aunque existen fármacos que ayudan a su prevención este virus sigue cobrando vidas, puesto que, con todos los años que lleva esta enfermedad aún no existe una vacuna que pueda eliminar por completo este mal a quien la padece.

El grupo de personas mencionado anteriormente es consciente de que dicho tratamiento debe ser llevado de por vida, debido a que la suspensión de este sería para el paciente la muerte inevitable. La directora del plan nacional sobre el sida Julia del Amo da una esperanza a todos, pues pone una fecha de 10 años para encontrar una cura definitiva en contra del virus. Mientras tanto, se le informa a la población que un diagnostico precoz es lo más adecuado, y que además se debe contribuir a la buena calidad de vida de los infectados, evitando el estigma y el rechazo.

Sin duda es posible llevar una vida bastante convencional con esta enfermedad, tenemos como ejemplo este grupo de enfermos crónicos, los cuales se han dispuesto a realizar un par de consultas al año, en estas se le brinda acompañamiento social, psicológico y hasta geriátrico, estos les ayudan a tener una esperanza de vida similar a pacientes con diabetes o hipertensión. Ellos no cargan con la culpa o el miedo de transmitir el virus, incluso si les realizaran un análisis de sangre, el virus no aparecería por ningún lado. Esto les ha permitido desempeñar diferentes profesiones y roles en la vida cotidiana, hasta practicar algo de lo más estigmatizado por la sociedad, las relaciones sexuales.

A continuación, se expone la experiencia de Loli Fernández, una mujer de 56 años, con una pareja que había estado probando drogas vía intravenosa y cómo debido a esta termino siendo portadora, se enteró en una consulta, y como muchas mujeres diagnosticadas inmediatamente fue denigrada y pensó que lo único que proseguía para ella era la muerte. Dice que requirió de mucho esfuerzo para hacerlo público, debido a las distintas opiniones o maneras de pensar que surgían sobre la maternidad en las mujeres con VIH, pero que, en la actualidad gracias al tratamiento antirretroviral, pueden quedar embarazada con total normalidad.

Uno de los contratiempos más grande para hacer frente a la enfermedad, son las personas no diagnosticada debido a que, representan un atraso y un riesgo a la misma vez. Una persona diagnosticada con VIH que reciba tratamiento puede tener relaciones sexuales seguras, mientras que, una que no lo está y tenga dudas puede estar propagando la enfermedad. En la actualidad es muy fácil hacerse una prueba: las hay de 15 minutos en las farmacias. Se tiene que tener en cuenta que entre más pronto sea el diagnóstico y se empiece el tratamiento, se podrá llevar una vida mejor. La tardanza en este proceso podría significar graves afectaciones en la salud.

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