ARGUMENTACIÓN JURÍDICA PARA ABOGADOS

IMPERATIVO CONVOCAR UN NUEVO CONSTITUYENTE PARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN.

“Un viejo chino decía que había oído decir que, cuando los imperios están por hundirse, tienen muchas leyes”. El ocaso de los ídolos

Esta frase aplicada a nuestra incipiente democracia nos anima a reflexionar sobre los tiempos actuales, bajo los que nuestra sociedad se desenvuelve, nos hace preguntarnos si en verdad estamos evolucionando hacia un estadio superior de sociedad, o si, simplemente estamos degradándonos, implementando más y más leyes a lo que ya parece ser algo insalvable, puesto que cuando tuvimos la oportunidad de realizar las tareas correspondientes para resolver las necesidades de nuestra sociedad en lo que a democracia, derecho y leyes se refiere; ahora nos llenamos la boca con repetir lo que aquellos que detentan el poder afirman, -necesidad de tal o cual reforma- escuchamos sus peroratas de una reforma energética otra educativa aquella laboral y así nos abruman nos bombardean con sus innumerables y falaces argumentos, sin embargo en el fondo es solo más de lo mismo, es decir parchar, remendar lo que ya no está acorde de las nuevas necesidades de una sociedad en constante evolución y cambios inherentes a su desarrollo; recordemos que nuestro país históricamente se ha caracterizado por cambios convulsos y violentos, en tiempos álgidos como los que ahora vivimos nuestro pueblo ha demostrado una capacidad y fuerza infinita de reacción y de acción, basta recordar el constituyente de 1814 con su antecedente inmediato de la Independencia de nuestra nación de la corona española, así se formó aquel constituyente que nos brindó nuestra primera Carta Magna cimentada bajo la sangre y trabajo de muchos compatriotas y pensamientos liberales como el del General José María Morelos y Pavón con su obra “Sentimientos de la “Nación”; cien años después en 1917 surgió nuestra actual Constitución cimentada en la lucha de valerosos y valiosos hombres revolucionarios como los hermanos Flores Magón, Emiliano Zapata, Francisco Villa sin olvidar a Don Venustiano Carranza quien convocó a aquellos y otros grandes hombres de nuestro país para crear el constituyente que necesitaba y reclamaba nuestra Gran Nación; así con nuestras propias costumbres, idiosincrasias, aciertos y desencuentros llegamos a los tiempos actuales en los que la misma historia (tal vez paradójicamente), los hechos y realidades que tocan a nuestras puertas nos obligan nos reclaman reivindicar los derechos de las y los mexicanos no solo en su relación directa con el Estado y el gobierno, sino también en su integración a un mundo globalizado, esto se manifiesta en la incapacidad de dar solución a las legítimas y auténticas manifestaciones de millones de mexicanos de un cambio verdadero y, esto no lo lograremos si no nos organizamos, si no exigimos nuestros derechos, si seguimos en esta apatía que tanto daña a nuestra patria y nuestra sociedad, si no comprendemos que la economía y el derecho son la superestructura de un Estado-Gobierno y que como tales hay que transfórmalos de raíz; nuestra actual Constitución es magnífica en letra y sin embargo actualmente no es más que tratada como una reliquia pues nadie respeta sus preceptos y si hay que transformarla solo se contentan con remendarla o “reformarla” como gustan llamar los encargados de tales tareas a tan terrible y nefasta acción, países hermanos de América Latina nos dan ejemplo de valor, de compromiso con sus pueblos, de una dignidad, soberanía y determinación primero convocando a un constituyente capaz de arremolinar en un escenario común a todos y cada uno de los actores políticos, sociales, culturales de una sociedad en constante cambio, tomemos ejemplo -porque no es ninguna vergüenza imitar a quien hace bien las cosas- de estos grandes pueblos y busquemos una solución acorde a nuestras necesidades, que ubique a nuestra nación a la vanguardia

...