Aborto. El embarazo en adolescentes
ClauGGApuntes26 de Septiembre de 2019
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INDICE
INTRODUCCION……………………………… 1
DESARROLLO…………………………………
CONCLUSIONES………………………………
BIBLIOGRAFIA…………………………………
INTRODUCCION
De acuerdo a los expertos, la edad más apropiada para ser madre es entre los 20 y los 35 años, ya que el riesgo para la salud de la madre y el niño es mucho menor, mientras que el embarazo en la adolescencia se considera de alto riesgo y conlleva más complicaciones que las físicas, mentales, sociales.
Durante la etapa de la adolescencia, ninguno de estos elementos están desarrollados, sino que se encuentran en plena etapa de evolución y desarrollo. Por lo que el embarazo tiene un efecto de shock e interrupción en todos estos procesos, lo que acarrea graves consecuencias para la madre como son:
Problemas físicos: Dado que la adolescente no ha alcanzado su etapa de madurez sexual, su cuerpo no está preparado para un embarazo, lo que suele acarrear problemas como anemia, pelvis estrecha, lo que lleva a un gran riesgo de que la cabeza del bebé no pase por el canal de parto poniendo en riesgo la vida tanto de la madre como del bebé, dolores durante la gestación, etcétera.
Problemas durante el parto: El embarazo en adolescentes se traduce en partos más dolorosos y prolongados, donde son abundantes las infecciones, anemia severa, diabetes gestacional
Problemas psicológicos y sociales: Además de la madurez psicológica y social necesaria para criar a un niño, es muy importante la madurez mental y la preparación para afrontar un parto. Un embarazo doloroso, seguido de un parto complicado y traumático puede acarrear trastornos psicológicos graves como la depresión o el rechazo al bebé (depresión postparto).
Aunque los problemas sociales dependen en gran medida del contexto social y cultural en el que se encuentre la madre, podemos identificar algunos que suelen ocurrir con frecuencia, como la imposibilidad de la adolescente de desarrollar su vida como el resto de jóvenes o la interrupción de sus estudios y la dificultad de acceder al mercado laboral.
En la actualidad existen servicios de salud que buscan cubrir las necesidades de los adolescentes, pero es importante reconocer que los jóvenes no acuden a ellos por métodos anticonceptivos, y por otro lado los jóvenes que sí acuden al sector salud a solicitar dichos métodos reciben orientación deficiente. Es decir, pasaban menos tiempo con ellas, les daban menos opciones y no discutían sus intenciones reproductivas comparadas con las usuarias de 20 a 44 años.
En cualquier caso, la mejor prevención es que los jóvenes tengan una buena educación sexual desde el mismo seno de la familia. Es importante informar sobre los riesgos y complicaciones del embarazo en la adolescencia y todos los cambios que se producirán desde el momento en que la adolescente se quede embarazada.
La comunicación en la familia esencia debe haber un diálogo abierto y transparente para que los jóvenes tengan toda la información a su alcance.
DESARROLLO
- EMBARAZO EN ADOLESCENTES.
El embarazo adolescente o embarazo precoz puede definirse como aquel que ocurre dentro de los primeros dos años de edad ginecológica (tiempo transcurrido desde el primer periodo menstrual) y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen o no han alcanzado la mayoría de edad jurídica (variable según los distintos países del mundo).
La OMS establece la adolescencia entre los 10 y los 19 años. La mayoría de los embarazos en adolescentes son considerados como embarazos imprevistos o no deseados, provocados por la práctica de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos.
Uno de los problemas más complejos que actualmente confronta la reproducción humana se produce justamente en este período: el embarazo en la adolescencia es considerado como un problema biomédico con elevado riesgo de complicaciones durante el embarazo y parto, que conlleva un incremento en las tasas de mortalidad materna, perinatal y neonatal.
México tiene la mayor tasa de natalidad en mujeres adolescentes de todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE): 62 embarazos por cada 1.000 son de niñas y adolescentes. Pese a que entre los años 2000 y 2006 se logró una reducción de más del 8%, entre el 2007 y el 2012 el incremento llegó casi al 15%. En 2017, dos de cada diez nacimientos en México eran de una mujer menor de 20 años.
El embarazo adolescente es la causa principal de mortalidad en niñas entre los 15 y 19 años en el mundo. El 90% de las muertes ocurren en países en vías de desarrollo, como México y el resto de Latinoamérica, y la mayoría de estas son prevenibles. Pero la preocupación por esta problemática parte también de las tasas elevadas de abortos clandestinos y de la falta de conocimiento para buscar apoyo e iniciar control prenatal.
Tener sexo por primera vez en una edad temprana está frecuentemente asociado con sexo no seguro, por falta de conocimientos, de acceso a la anticoncepción, y de habilidades y autoeficacia para negociar la anticoncepción; también se vincula con tener sexo bajo los efectos del alcohol o las drogas así como con una inadecuada autoeficacia para resistir la presión. Pero la preocupación por esta problemática parte también de las tasas elevadas de abortos clandestinos y de la falta de conocimiento para buscar apoyo e iniciar control prenatal.
Dentro de los factores de riesgo en la dimensión individual, familiar y social la baja autoestima, el uso de drogas, ser hija de una madre adolescente, un padre ausente, no usar métodos de planificación familiar, o la falta de conocimiento sexual. Así mismo, también existen factores protectores como una familia que apoye a la adolescente, la buena comunicación interpersonal, el sentido de la vida laboral, y la abstinencia.
El embarazo adolescente no es solo un problema de salud global, sino que expresa desigualdad al presentarse en los estratos sociales bajos en comparación con los altos. Las variaciones en México van desde 97 adolescentes por cada 1.000 mujeres embarazadas entre la clase más desfavorecida, a 15 adolescentes por cada 1.000 mujeres embarazadas en la más alta. Está documentado que la diferencia más importante en cuanto a salud reproductiva tiene que ver principalmente con la inequidad en el acceso a los servicios de salud, la cual se encuentra claramente marcada por los estratos socioeconómicos.
La maternidad adolescente por lo general ocurre fuera de una relación de pareja estable, y con mucha frecuencia resulta no deseada al no ser planeada, siendo mayor en los grupos de marginación social, con estrato socioeconómico bajo, así como en las áreas rurales, donde las tasas de embarazo en adolescentes llegan a duplicarse respecto a las urbanas. Vale la pena resaltar que el embarazo en las adolescentes puede originar el síndrome del fracaso de la adolescente embarazada, que incluye fracaso de la identidad propia, deserción escolar, fracaso para constituir una familia estable y para llegar a sostenerse a sí misma, fracaso potencial en el logro de hijos sanos e inmadurez e insuficiente preparación para su adecuada crianza. Otras consecuencias son rechazo de los padres y del entorno social, embarazos sucesivos y vinculación con múltiples parejas.
El acceso a los anticonceptivos entre adolescentes de 15 a 19 años de edad sexualmente activas no es igualitario en el territorio mexicano, en muchos casos por los usos y costumbres de cada región. Según el último informe “Estado mundial de las madres” que cada año realiza la ONG Save the Children, se evidencia la discrepancia en la prevalencia de uso de métodos anticonceptivos entre los estados más al sur del país, como Chiapas, con un 35,5%, y el resto, donde se estima su uso en un 59%.
En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han tomado medidas para garantizar la atención obstétrica a las adolescentes embarazadas, con motivo de disminuir la mortalidad materna y perinatal, a través del “procedimiento para solicitar, autorizar, otorgar y cuantificar el importe de la atención obstétrica proporcionada a la beneficiaria hija menor de 16 años (Acuerdo 390), por acuerdo del H. Consejo Técnico”. Con presupuesto de ayuda por equidad, atiende a las beneficiarias hijas de un asegurado o pensionado con registro patronal diferente del IMSS, con edad de 15 años, 11 meses y 29 días, que cuenten con la certificación de embarazo por un médico familiar, y con solicitud expresada por escrito, otorgándoles la atención del parto, puerperio y sus complicaciones, así como la atención médica o quirúrgica al o los recién nacidos hasta el egreso hospitalario, con lo que mejora el panorama de la muerte causada por enfermedades.
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