Embarazo Adolescente

El embarazo en la adolescencia constituye una preocupación alarmante a nivel nacional como internacional en especial para los países de bajos recursos.

Este sigue siendo un importante contribuyente a la mortalidad materna e infantil, y para el ciclo del retraso educativo y el aumento de la pobreza.

Los embarazos en los adolescentes son más comunes en las comunidades pobres que carecen de educación. Según la OMS (2014) “Más del 30% de las niñas en los países de ingresos bajos y medianos se casan antes de cumplir los 18 años; alrededor del 14% antes de los 15”. Algunas chicas no saben cómo evitar el embarazo: la educación sexual no existe en muchos países o es muy deficiente. Por otro lado, muchas sienten vergüenza de buscar los servicios de anticoncepción. Los anticonceptivos pueden ser demasiado caros o no ampliamente o legalmente disponible. Incluso cuando los anticonceptivos están ampliamente disponibles, las adolescentes sexualmente activas son menos propensos a usarlas que las adultas. Otras causas o factores de riesgo del embarazo adolescente se deben a la falta de comunicación con los padres, la libertad incondicional, padres divorciados, un antecedente familiar de embarazo adolescente, compañero de mayor edad o un acto de violación.

La maternidad temprana aumenta los riegos tanto para la madre y la criatura. La OMS (2014) nos dice “Los bebés nacidos de madres menores de 20 años de edad se enfrentan a un 50% más de riesgo de aún naciendo o muriendo en las primeras semanas en comparación con los nacidos de madres de 20-29 años de edad”. Se puede concluir que mientras más joven es la madre mayor es el riesgo.

El embarazo adolescente también puede tener efectos o consecuencias negativas: individuales, familiares y sociales. Muchas de las adolescentes tienen que abandonar la escuela por lo que se atrasan académicamente por consiguiente, las oportunidades de encontrar un empleo se disminuye, en la parte médica según nos dice Medline-plus “Las adolescentes embarazadas tienen un riesgo mucho mayor de morir o sufrir complicaciones médicas graves como: Placenta previa, hipertensión inducida en el embarazo, parto prematuro, anemia grave y toxemia”. A nivel familiar, se pierde ese lazo de confianza o apoyo y se fomenta la disfunción familiar en la mayoría de los casos. En el ámbito social puede tener un coste económico con un país perder en el ingreso anual de una mujer joven habría ganado durante su vida, si no hubiera tenido un embarazo temprano. Como también la sociedad tiende a juzgar y marginar a estas madres adolescentes. Las Estadísticas Sanitarias Mundiales (2014) indican que “la tasa global de fecundidad promedio entre 15 y 19 años de edad es de 49 por cada 1.000 niñas. Tasas por países oscilan desde 1 hasta 299 nacimientos por cada 1.000 niñas, con las tasas más altas en el África subsahariana”.

La gran mayoría de los embarazos en la adolescencia son no deseados por lo que muchas madres piensan en la opción de abortar. Es importante plantear estrategias para ayudar a erradicar este problema social. Según el Dr. Monir Islam, director del departamento de Reducción de los riesgos del embarazo, los programas de salud para madres y recién nacidos deben atender mejor las necesidades de las madres jóvenes. "Reducir los riesgos del embarazo para las adolescentes debe ser una prioridad clara para los países que se están esforzando por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio”. Es importante que los países se unan, junten fuerzas y realicen programas de concientización sobre “Como evitar las enfermedades de ETS”, “Los riesgos del embarazo adolescente” “La base de mi futuro, mi formación académica” entre otras, promover una educación sexual desde el inicio de la adolescencia y ofrecer más oportunidades de educación

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