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Carta Del Zhenli Yu Gon


Enviado por   •  25 de Marzo de 2012  •  8.525 Palabras (35 Páginas)  •  570 Visitas

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Carta de Zhenli Ye Gon

(Primera de dos partes del documento de 17 hojas que el empresario chino mexicano distribuye entre sus socios, amigos y autoridades de Estados Unidos. Busca mañana el complemento de este texto que originalmente apareció en inglés)

Redacción

El Universal

Ciudad de México

Lunes 16 de julio de 2007

04:00 A quien corresponda:

Esta carta sirve para informar que nuestra firma legal representa al señor Zhenli Ye Gon (también conocido como Charley Ye) y a su corporación United Pharmaceuticals.

Recientemente, han surgido reportes negativos en periódicos e internet sobre nuestro cliente. Estos reportes, así como cualquier afirmación negativa contenida en los reportes no son verdad. Tenemos razones para creer que nuestro cliente es víctima de funcionarios mexicanos corruptos y estamos pidiendo que se realice una investigación internacional. No estamos enterados de que ningún cargo criminal haya sido jamás presentado contra nuestro cliente y, si en algún momento es acusado de algún delito, tenemos confianza de que será reivindicado en un tribunal estadounidense.

Por favor, siéntase con la libertad de comunicarse con nuestra firma legal para cualquier pregunta o preocupación.

Muy atentamente

Martin F. McMahon

Los millones en efectivo escondidos

La enorme cantidad de efectivo decomisada en mi casa no es lo que se llama dinero de las drogas. Estos son y fueron fondos secretos del partido político usados para la campaña presidencial mexicana, para comprar armas y financiar actividades terroristas. Soy una víctima inocente y fui chantajeado para tener estas participaciones en la corrupta política de México. También soy un testigo y debo exponer la verdad detrás de esta conspiración política maligna para que se me haga justicia a mí y a mi familia, al mundo y reclamar mi inocencia.

En mayo de 2006 un cliente que apenas habíamos conocido de otra ciudad estaba interesado en nuestra compañía y quería reunirse. Teníamos una cita a las 4:30 pm, pero la reprogramó dos horas después debido al tráfico. Llegó con otro hombre y otra mujer por la noche, alrededor de las 7:30 y luciendo bien vestido. Habló solo conmigo en mi sala de conferencias y dijo que era muy famoso en la industria farmacéutica. Todos sabían que estaba literalmente construyendo la fábrica farmacéutica de mayor escala en México y estaba muy complacido de poder reconocer a un empresario tan joven y prometedor. También dijo que esperaba que pudiera hacer mi mejor esfuerzo por México; ahora es el mejor momento para escoger inteligentemente al presidente mexicano correcto y espero que pueda aportar el entusiasmo que tuvo hace dos años para ayudar al partido gobernante PAN a ser designado nuevamente; durante ese tiempo fue no sólo senador honorario de nuestro partido sino también una fuerte causa apoyada por nuestro gobierno. Usted sabe que la economía y la política son como un par de zapatos que siempre deben combinar, y así por el estilo.

Al principio pensé que quería que apoyara a su partido político con dinero porque en los últimos dos años hice un esfuerzo para ayudar a financiar exitosamente la campaña del PRI al gobierno del estado de Veracruz. Por lo tanto, también obtuve las calificaciones de senador honorario del partido mexicano PRI y tengo dos credenciales conmigo, y todos, incluyendo mis clientes chinos y estadounidenses, sabían que era senador nacional mexicano honorario. Cuando le pregunté cuánto necesitaba para apoyarlo, me dijo: nuestro partido el PAN tiene mucho dinero; sólo pedimos que coopere con nosotros. Les pregunté cómo podía cooperar y me dijo que simplemente era como bailar: usted da un paso y yo otro. Entre más lo escuchaba más me confundía porque mi español no era lo suficientemente bueno para entender el significado. Cuando se dio cuenta de que parecía perplejo, miró significativamente, como dándole una orden, al asistente de afuera para que llevara dos maletas. Abrió una de las maletas y estaba llena con billetes de 100 dólares. Estaba conmocionado; no dije nada y lo miré con recelo. Como conoce nuestras caras y nuestro secreto, sólo tiene dos opciones ante usted: cooperar o lo decapitaremos porque no hay de otra. No sólo está poniendo su propia vida en riesgo, sino la de su esposa y sus dos hijos también porque sabemos lo que hacen y en donde están cada minuto, así que por favor tome su decisión cuidadosamente. En esas circunstancias, no tuve otra opción más que cooperar. Pregunté qué tenía que hacer y si era peligroso. Dijo que no habría ningún peligro en absoluto; sólo guarde el dinero para nosotros en su casa.

Les dije que de ninguna forma iba a guardar el dinero en mi casa porque mi esposa y mis hijos estaban en mi casa. Dijo que mi esposa y mis hijos no estaban en casa en ese momento y que no regresarían todavía porque estaban comiendo en el restaurante de mi familia. Sabían todo y no tuve más opción más que hacer lo que querían que hiciera.

Cuando salí de mi oficina, me dijo que siguiera el auto de su asistente Luis, el hombre que llegó con él. Luis y su chofer pusieron las dos maletas en el carro verde con placas diplomáticas y detrás nos escoltaba un vehículo policial.

Mientras manejaba, me percaté de que conocían muy bien el camino a mi casa, porque tomaron más atajos que los que normalmente tomaba al conducir a mi casa. Llegamos muy rápido y empezaron a descargar las maletas y se dirigieron directamente a mi casa, subiendo las escaleras al dormitorio principal. Luego abrieron las puertas de espejo y localizaron detrás lo que es una bodega oculta. Les pregunté cómo y por qué sabían esto tan claramente.

Dijeron que habían estado atentos a mí y a mi familia por mucho tiempo y más vale que coopere bien con nosotros porque el futuro de usted y su familia depende de ello.

Esta vez pusieron cinco millones de dólares en efectivo y les pregunté si necesitaban contarlo. Dijeron que no era necesario porque creemos que no lo va a perder. Después de esto, vinieron frecuentemente y siempre alrededor de las 9:00 pm con escoltas de vehículos policiales para descargar las maletas en la bodega de nuestra compañía y luego llevar el dinero a mi casa, mientras mi esposa llevaba a los niños al restaurante a cenar. En promedio, llevaban cinco maletas, cada una con entre dos y medio y tres millones de dólares, y la mayoría en billetes de 100 dólares.

Tras varios contactos con ellos,

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