Circos.

Los circos, se presentan como eventos culturales muy divertidos y auténticos, por lo que son visitados por muchas personas atraídas por los animales que allí se encuentran. Es claro, que no se debe juzgar ni generalizar, pero desafortunadamente, en una gran parte de circos que utilizan animales existe otra realidad detrás de la alegría y el colorido de las carpas. Para estas criaturas que son obligadas a vivir en los circos abundan diferentes formas de experimentar malestar y sufrimiento.

Igualdad Animal, una organización internacional dedicada a la defensa de animales, ha realizado varias investigaciones en diferentes circos, comprobando el padecimiento de los animales gracias a la extirpación de garras en los felinos para evitar accidentes, la extirpación de dientes incisivos en los chimpancés y la utilización de varas, palos y látigos.

Las ONG de defensa animal, advierten también de los riesgos para la salud pública que pueden implicar estos espectáculos, ya que hay peligro de que los animales transmitan enfermedades infecciosas a los espectadores, especialmente cuando hay posibilidad de contacto.

Asimismo, muchos de los animales que están en los circos, han sido capturados de su hábitat natural. El comportamiento de los animales en cautiverio está lleno de varias características como automutilaciones, golpearse la cabeza, o morder los barrotes de las jaulas. Es evidente que para ellos es esencial disfrutar de grandes espacios abiertos donde correr, caminar, explorar o jugar, y no poder hacerlo les ocasiona un sufrimiento inimaginable.

Algunos cirqueros, dicen que por tradición y porque es mucho más caro pagarle a artistas, se niegan a la prohibición del uso de animales en los circos, es notoria entonces, la falta de ética que muestran al presentar argumentos que son indiferentes al bienestar de los animales, realizando espectáculos que no concuerdan con una sociedad que avanza hacia el respeto y la convivencia.

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