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Combatir las drogas en la juventud peruana

Sebastian Velazco PostigoEnsayo23 de Abril de 2018

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICOS SOCIALES

ESCUELA DE INGENIERÍA MECÁNICA

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TITULO: Combatir las drogas en la juventud peruana

Presentada por:

Velazco Postigo Sebastián

Docente:

Mg.: Willy Enrique García Quispe

Arequipa – Perú

2017


Dedicatoria

Este trabajo es dedicado a cada profesor a lo largo de mi carrera como estudiante porque motivo mi manera de trabajar y ver las cosas en el mundo real, me enseñaron que el estudio es placentero y que la vida esta para aprender enseñar y hacer cosas nuevas todos los días grandes inspiraciones igualmente son mi familia por darme la confianza y el amor suficiente para prevalecer en este mundo y salir adelante a pesar de todos los tropiezos que te presenta la vida, salir adelante.

Las personas mencionadas además de ser importantes también fueron amigos sinceros, personas a las cual admiro y de los cuales he aprendido mucho para seguir adelante en mi vida, me inspiraron con este tema que es muy común en los adolescentes porque me enseñaron a realizar otro tipo de actividades beneficientes para mí.

Por esto y mucho más les doy las infinitas gracias.

Resumen

Como todos sabemos las drogas en la juventud peruana son como una etapa de nuestras vidas la bebida alcohólica en el Perú se empieza a consumir desde los 13 años.

La familia es un punto muy importante cuando hablamos de drogas porque los jóvenes son quienes aprendemos de nuestros padres y una familia con valores es muy difícil que el hijo encuentre refugio en las drogas y mejoraría el porcentaje tan bajo de jóvenes refugiados en las drogas.

El Perú tiene como responsabilidad apoyar a estos jóvenes y familias  por ser el futuro de nuestro país y por ser peruanos que no apoyan sino desfavorecen al Perú como gobierno.

Nosotros como sociedad también debemos concientizarnos, mejorar esos aspectos a través de buenos proyectos que envuelvan a la juventud y les den mejores caminos porque otro factor es la pobreza donde los jóvenes se dedican a vender drogas, se unen a pandillajes, se forman sicarios, etc.

La juventud peruana es inmensa y hay que darles fin a las drogas con soluciones como el potenciar el deporte volviendo a la mayoría de sus especialidades en profesionales, el servicio militar obligatorio, la sanción a aquellos jóvenes que consumen drogas por debajo de los 18 años y para quienes venden, el tomar en sectores públicos, etc.

ÍNDICE

1. Introducción        5

2. Desarrollo        5

2.1 Porcentaje de jóvenes consumidores de drogas        5

2.2 La guerra contra las drogas        6

2.3 Familia, adolescentes y consumo de drogas        7

2.4 Factores de riesgo en las familias        8

2.5 Soluciones para los jóvenes consumidores de drogas        9

3. Conclusión        10

4. Referencias        12

        

Combatir las drogas en la juventud peruana

1. Introducción

Para empezar los jóvenes somos alocados no tenemos conciencia de nuestras vidas lo cual nos lleva a la conclusión de aprender a través de un buen método a través de los valores y el núcleo de la sociedad que es la familia a empezar a cambiar sus hábitos y empezando a tener otras costumbres que nos llevaran por un camino de integridad donde los jóvenes aprendan valores que les ayuden a mejorar su estilo de vida y crezcan pudiendo dar un buen ejemplo a las generaciones futuras fruto de nuestro país, demostrando que el Perú tiene mucha riqueza en sus jóvenes en los estudios, en los deportes, en las artes.

Las drogas no son el buen camino para la vida dañas tu preciada vida la menosprecias haciéndote daño al cerebro, a tu cuerpo con estas drogas, pensemos antes de dejarnos llevar por nuestros amigos observen porque el país en deporte está en un bajo nivel donde las drogas son una tentación fuerte donde no debería ser así, porque un profesional debería estar mentalizado a seguir un objetivo en su carrera dejando de a lado las drogas o aquellos adolescentes que entran en depresión no refugiarse en cosas vánales y pasajeras que son las drogas porque no resolverán nada o aquellos que creen que vivir la vida es ir y vivir los excesos de las drogas pues no están muy equivocados, existen mejores formas de como sobresalir y darle valor a tu vida haciendo cosas productivas con esta como dice una frase: “antes de morir, planta un árbol, ten un hijo y escribe un libro”, esta frase es compleja no solo se basa en realizar específicamente ese tipo de metas sino te dice que encuentres el amor, realices vida donde no la hay, enseña lo que aprendiste de la vida y haz tu vida de lo que quizá es ordinaria a algo extraordinaria.  

2. Desarrollo

2.1 Porcentaje de jóvenes consumidores de drogas

 Un gran porcentaje de jóvenes de nuestro país consumen drogas y esto esta verificado según los expertos de Cedro aseguran que el 0.7 % (89,169 personas) consumió marihuana al menos una vez en los últimos 30 días; el 1.9 % (245,624) en los últimos 12 meses y el 8.0 % (1’033,249) al menos una vez en la vida.

En tanto, la edad promedio del primer consumo es de 19 años en los hombres y 20 años en las mujeres. Lo preocupante, dijo Zavaleta, es que el 29.7% recibió al menos un ofrecimiento para consumir marihuana, es decir, de cada cuatro personas una aceptó.

También hay un incremento en el consumo de drogas legales: de 82.1% a 86.2%  (más de 11 millones de personas) en el caso de bebidas alcohólicas, y de 54.8% a 58.5% (7’530,667) en el uso del tabaco.

En tanto, el 30.9 % de entrevistados aceptó haber consumido drogas sintéticas, es decir, una de cada 5 personas aceptaron su utilización al menos una vez en su vida.

 El consumo de éxtasis es mayor en el nivel educativo superior (1.2%), lo cual es lógico, ya que estos grupos son los que generalmente cuentan con recursos para costearlo. (Chumpitaz Cedro, 2015, pág. 1).

2.2 La guerra contra las drogas

La guerra contra las drogas, que aparece como una consigna o forma de publicidad institucional, no es simplemente una forma exagerada de afirmar una voluntad política firme de resolver un problema social, como “la guerra contra la pobreza”, “la guerra contra el cáncer”, “la guerra contra la violencia intrafamiliar”, etcétera; o para ocultar un cierto fracaso que le pide a la ciudadanía algunos sacrificios tales como “la guerra contra la delincuencia” o “la guerra contra el terrorismo”. En la guerra contra las drogas no hay eufemismos: aquí la guerra es guerra, es decir, es el uso racional de la violencia para imponer la voluntad, violencia entendida, a su vez, como el uso del dolor para doblegar la voluntad del otro. No es necesario repetir aquí los horrores de las guerras contra las drogas en las calles de Nueva York o Moscú, en las montañas y selvas de Colombia o Afganistán, en México y Centroamérica, aquí en el Alto Huallaga o en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Cierto es que la violencia legítima que ejerce el Estado —a él le hemos otorgado el monopolio exclusivo de la violencia para nuestra protección— mediante el sistema penal y la guerra, sometidos al Estado de derecho y las normas internacionales, son absolutamente legales si así se ejercen, pero es necesario preguntarse si un problema de salud pública, si así lo fuese, o una conducta reprobable que no trasgrede los derechos de terceros, debe ser prevenida y controlada mediante el horror de la guerra. Bien sabemos que casi no hay víctimas de las drogas, pero sí miles de víctimas de las guerras contra las drogas. Muchos han asociado a la guerra contra las drogas con las guerras de religión, entre sectas, las raciales, etcétera, por los horrores que en ellas se practican.

En estos días hay una gran preocupación porque, según las Naciones Unidas, el Perú se ha convertido en el primer productor de hoja de coca y sus derivados. Al respecto es necesario precisar que los cultivos de coca tienen peculiaridades agronómicas que deben ser aclaradas: la coca, además de demandar condiciones climáticas tropicales, de preferencia de altura, como el café, el té y el cacao —todos estimulantes del sistema nervioso central—, es un cultivo permanente que conforma un bosque artificial; pero, a diferencia del café y el cacao, su producto económico no es un fruto con estacionalidad de cosecha, sino que es al igual que el té. Esta peculiaridad le da al cultivo de coca una gran flexibilidad comercial y económica: se cosecha solamente cuando hay demanda, y si no se cosecha no hay pérdida alguna. Ésta es una ventaja estratégica de la coca frente a los cultivos temporales como el maíz y el arroz, o los permanentes frutales como el café y el cacao, que, o se cosechan en el momento oportuno, o se pierden. Por lo tanto, el cultivador de coca será renuente a sustituirlo: si no hay demanda ni precio, bien se puede esperar a mejores tiempos. Téngase presente que la tierra cultivable en la selva no es un recurso escaso y caro como lo es en otras regiones agrícolas, y que precisamente por eso los campesinos pobres emigraron allí. Si bien podemos dimensionar el número de hectáreas instaladas en la región andina amazónico con coca, nunca podremos saber cuánto y dónde se cosecha. Quienes nos ocupamos del tema estimamos que hay un tercio de los cultivos que se cosechan y cuyos derivados alimentan el mercado internacional ilícito; otro tercio se cosecha y sus derivados se pierden en la “guerra contra las drogas”, y, finalmente, otro tercio de los cultivos no se cosechan y permanecen como reserva. Las condiciones de la demanda y la oferta ilícita dependerán, en cada lugar, de las situaciones políticas, sociales y económicas que allí imperan.

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