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Desigualdad social


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2021  •  Resúmenes  •  1.543 Palabras (7 Páginas)  •  173 Visitas

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Nombre del Alumno:

JAZMIN FRINNE EUSEBIO CORONA                          “401” CONTABILIDAD

Unidad de Aprendizaje:

1. Desarrollo ciudadano en armonía con la diversidad cultural

Resultado de Aprendizaje:

1.2. Participar en el mejoramiento social, mediante una actitud constructiva y propositiva, con base

en criterios cívico éticos, para contribuir al desarrollo social de la comunidad, basado en un modelo sostenible.

Actividad. Núm. 2.

Construyendo la cultura de la paz

  1. Integrarse en parejas.
  2. Realizar en parejas la lectura de la siguiente narración:

Celebrar la diferencia

La primera clase estaba por empezar. Juana se sentó despacio en un escritorio al fondo del salón, ¡estaba en el bachillerato! Recordó todo el trajín de los meses anteriores: su mamá cosiendo más ropa para que la llevara a la escuela, las despedidas, los abrazos y el llanto suavecito de su mamá por las noches. Sabía que iba a extrañarla.

Después, el largo viaje a la capital. La llegada a la casa de unos parientes con los que iba a vivir. Todo nuevo y un poco amenazante. Y ahora, por fin, en la escuela.

Recorrió con la mirada los escritorios. Sus compañeros iban llegando en grupos, platicando. Casi todos se conocían. Muchos ni la miraron, otros lo hicieron con curiosidad: su larga falda de holanes, su blusa de mangas anchas y decoradas con cintas, su largo y brillante cabello negro recogido en una larga trenza. Todo eso la situaba aparte de los demás.

El profesor de Ética entró al salón, saludó a los estudiantes y empezó a pasar lista. La clase transcurrió como en un sueño. Todo era interesante, pero muy diferente a su experiencia en la telesecundaria. A la hora del receso todos salieron a la cafetería. Juana salió al patio y sacó la fruta que su tía había empacado para ella esa mañana.

Julián escuchaba a Luisa en la fila de la cafetería. Ella estaba diciendo: “¿Te fijaste en esa muchacha tan rara?, ¿de dónde la sacaron?, ¿de un museo?”. Él se volvió a mirarla, sola, sentada en una banca y mirando el cielo. “Creo que ella viene de una de las comunidades indígenas que hay al norte. Debe haber sido muy difícil para ella dejar a su familia y a su entorno, para venir a estudiar”. “Si me preguntan, yo digo que debería haberse quedado allá, simplemente no pertenece aquí” dijo Luisa con displicencia.

Ana se acercó a ellos preguntando: “¿Ya conocen a la nueva compañera?”.

“¿Por qué querríamos conocerla? A mí me tiene sin cuidado quién es y, desde luego, no me interesa ser su amiga.” contestó Luisa.

“Pues yo quisiera conocerla. Mi papá siempre dice que tenemos que celebrar la diferencia, porque amplía nuestros horizontes y nos hace más humanos” dijo Ana.

“Yo creo que deberíamos tratar de ponernos en su lugar. Como dije, debe ser difícil para ella haber venido aquí, dejando todo lo conocido”, dijo Julián.

Pablo y Rocío se acercaron sonriendo: “¿Ya saben que vamos a organizar una bienvenida a la escuela? ¡Todo es buen pretexto para festejar!”.

-El sábado en mi casa- dijo Rocío- Nos ponemos de acuerdo a ver qué llevamos cada uno.

Mientras tanto Juana observaba a sus compañeros. “¡Son tan diferentes de mis amigos!”, se dijo a sí misma. Y de pronto se sintió muy sola. Tenía ganas de volver a sus montañas, al olor a pino, al sonido del riachuelo que corría detrás de su casa, al aroma de tortillas recién hechas y la risa de sus hermanos mientras jugaban antes de la comida.

El receso terminó y todos volvieron al salón. A la hora de la salida, Ana se acercó a Juana y le preguntó: “¿De dónde eres? Se ve que eres nueva aquí.”

“Soy de la Sierra Tarahumara, soy Rarámuri. Estudié en la telesecundaria de Norogachi, pero mi familia vive en Choguita, una comunidad un poco más lejos.”

Ana la miró pensativa: “¿Te viniste con tu familia?”.

“No, –contestó Juana- mi papá tiene un primo que vive aquí y me estoy quedando en su casa. Ayudo a la esposa de mi tío con las tareas de la casa, y ellos me dan cuarto y comida. La verdad, son buenos conmigo, pero extraño mi casa y a mi familia”.

“Quiero que me cuentes de la sierra. He oído decir que es muy bonita” -dijo Ana con ojos brillantes.

“Bueno, a mí me parece muy bonita. No puedo pensar en un lugar mejor. Las montañas, los ríos y el aire que huele a pino y a veces a humo, cuando se encienden las estufas” -dijo Juana entrecerrando los ojos.

“Me tengo que ir –dijo Ana- ya llegaron por mí”. “Nos vemos mañana” -y saludando con la mano salió de la escuela corriendo.

Juana recogió sus cosas y se dirigió a la salida. Al pasar escuchó a varios compañeros hablando. Una chica dijo: “A poco ya admiten indias en la escuela. Es increíble, ¿a dónde vamos a llegar?” Otro muchacho comentó: “Deben creer que son seres pensantes.” Todos se rieron.

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