Despertar Regio

Despertar Regio

11:11 que mañana Monterrey derrote al Chelsea *reza y se acuesta a dormir*.

4:00 am, suena el despertador, todo comienza 4:30, pero más vale estar bien despierto para no perder ni un segundo. Y es que no podía dormir de la emoción, solo imaginar el saludo entre Basanta y Cech me ponía la piel chinita, es decir, cuántas veces puedes ver a tu club enfrentar a un gigante europeo en partido oficial, no pueden ser muchas, y verlo ganar, menos. De cualquier manera yo no perdía la esperanza, Dios nos iba a ayudar ya que nosotros madrugamos, en Londres ya eran las 11:30 am.

Bajé por café, no podía encontrar la taza, mis ojos aún no se abrían bien, por suerte apenas y llegué a ver el silbatazo inicial. Lo primero que me hizo reaccionar fue la combinación de colores, ver azul intenso y naranja chillón a esa hora levanta a cualquiera.

Pero el sentimiento de emoción rápidamente se transformó en preocupación, los azules comenzaban a dominar el encuentro, toques rápidos, precisos… “Uff Hazard la envió aun lado”. La tortura seguía, hasta que a los 17 minutos mi temor se hizo realidad, gol de Mata, tuve que ver la repetición para notar bien la calidad de la jugada, Cole es fantástico.

Sabía que sería una prueba dura, que era normal lo que sucedía en el marcador, pero no daba crédito a lo sucedido en la cancha: balones perdidos, errores en la marca, pases fallidos y ¿quién es él? Ah, es el Cherokee, gracias a Dios que ya se va. Pero con todo, hubo un momento en que mi corazón latió fuerte, Corona hizo lo que sabía, centro y casi De Nigris. No importa, acabó el primer tiempo y sé que nos repondremos para el segundo.

Bajé por más café y por celular, para saber qué opinaba toda la pandilla, coincidíamos, estábamos siendo torturados, pero aún había chances de vencer.

Volví a mi cuarto y al subirle a la tele escuché algo que aumentó mi dolor, temí que fuera un mal augurio o que me quedaría dormido, no sé a quién se le ocurrió poner a Bermudez a narrar un partido a esa hora. Pero qué importa, el no juega… *gol del Chelsea*. “Lo sabía eso no traía bueno, ¿por qué?, ay otra vez el Cherokee y para colmo fue Torres…”, pasaba por mi cabeza y de repente *autogol de Darvin* y mi mente volvió a trabajar “tu no Darvin, tu no”. Las caras de Basanta y Mier reflejaban el pensamiento de cada Rayado, había impotencia, incredulidad, rendición.

Tras aquel arranque me mantuve con mi equipo, ya no tan atento como antes, incluso debatía con otros regios, estaba ahí como apoyo moral, esperando un milagro.

Estaba por volver a la cama, cuando, con la televisión en mute, vi a De Nigris vencer a Cech, solo podía pronunciar una palabra “GOOOOL”, el tanto de la honra que hacía valiera la pena el desvelo, a final de cuentas estaba viendo a Aldo convertirse

...