Discurso 17 De Agosto

Srta. Directora, personal docente, padres y chicos:

Cuando nombramos al General San Martín, muchas son las palabras que vienen a nuestra memoria, para definir su personalidad: entrega, dedicación, voluntad, rectitud ética, justicia, sacrificio, inteligencia, esfuerzo, amor a la Patria y serían innumerables las que podríamos agregar a esta lista. Lo primero que se nos ocurre es preguntarnos: ¿Por qué es posible atribuir tantas actitudes positivas de este gran hombre y darle el nombre de “Padre de la Patria’?

Porque San Martín, con sus actitudes, tuvo respuesta para todas las situaciones que le correspondieron vivir, con acierto y con dignidad.

Como hijo, cumplió con sus padres, obedeciéndolos y estudiando, para convertirse en una persona honorable y capaz.

Como soldado, luchó valientemente en los regimientos que le tocó formar.

Como esposo y como padre, puso en práctica su integridad moral y le brindó a su familia su ejemplo y sabios consejos, aún a la distancia que sus obligaciones le impusieron.

Como conductor de un ejército, demostró su inteligencia en las estrategias militares que utilizó y su fortaleza al cruzar los Andes, una empresa tan riesgosa para todos, y que él tuvo que realizar en camilla y enfermo.

Como exitoso General, actuó con extrema humildad, rechazando todos los honores que se le otorgaban y retirándose a vivir en otro país, cuando comprobó que los ideales que lo habían motivado a buscar la libertad, no se respetaban.

Como abuelo, vivió dignamente y sin traicionar sus principios, aún en el exilio en Francia, y supo ser muy dulce compartiendo con su hija la educación de sus nietas.

Por todo lo que hizo con y en su vida, creemos que es muy merecido el honor que a través del tiempo se le ha otorgado, reconociéndolo como el Padre de la Patria y el héroe máximo de los argentinos.

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