EJERCICIO DE RELACIÓN TEÓRICA Y RETROSPECCIÓN

Dagoberto Rodríguez C: Formación Avanzada.

Teorías sicológicas del desarrollo humano: GRUPO 1  

ROLLO MAY: Fenomenología Existencial.

EJERCICIO DE RELACIÓN TEÓRICA Y RETROSPECCIÓN

En su teoría, May introduce ideas de la filosofía existencial y fenomenológica dando origen a unas ideas centrales en la concepción sobre la humanidad:

• “El ser humano tiene un  sentido de sí mismo, es decir,  el ser humano experimenta un mundo con significado”.

Haciendo una retrospección de mi vida, puedo ver cómo en sus diferentes etapas,  mi centró se ha fundamentado en las vivencias significativas que han dado lugar, de alguna manera, a la visión de vida que he ido teniendo. De esta forma es posible observar que en cada etapa de mi vida, lo significativo ha ido variando, aunque de manera inconsciente, tales significados personales se hayan guardado para posteriormente aflorar en una forma de comportamiento.

Considero que en mi niñez la atención de mis padres hacia mí fue demasiado escasa a causa de las ocupaciones en sus trabajos y de la formación de ellos como padres, pues en su criterio, al parecer, la atención hacia los hijos no reclamaba relevancia. Quizá esta vivencia sea una de las más significativas para mí y pienso que de alguna manera ha reclamado su lugar en algunas otras etapas de mi vida.

• “El ser humano puede describir a través de la experiencia su propio mundo”.

May considera que la experiencia individual del mundo tanto físico como el de los pensamientos e ideas y el interpersona no necesita de conceptos abstractos o entidades, simplemente a partir de la descripción fenomenológica se puede entrar en la búsqueda de preguntas y respuestas profundas que posibilitan una comprensión de la existencia individual.

La retrospección que implica este ejercicio va dando indicios de las preguntas y respuestas ocultas que cobran significado, en la medida que surgen a través  de los acontecimientos y descripciones de mi vida, los cuales van mostrando un hilo conductor que hace que exista la posibilidad de encontrar la respuesta a ciertos comportamientos, visiones de mundo, temores, etc.

• “Las elecciones y responsabilidades en la vida tienen relación con la idea de finitud de la existencia del ser humano”.

Esta idea la relaciono con el segundo principio que May denomina “valor para afirmarse a sí mismo”  que lo define como “el coraje para ser”, May dice que es el coraje el que le permite a una persona elegir, tomar decisiones, confrontar la ansiedad y responsabilizarse de su existencia.

El hecho de que a pesar de la separación de mis padres a mis ocho años de edad y las múltiples inestabilidades, de todo tipo, que a partir de ese momento se generaron, tanto para ellos como para mí, no haya provocado crisis importantes; demuestra de alguna manera que  confronté la ansiedad y la desesperación que surgió a raíz de tal problemática. Tanto en mi niñez como mi adolescencia, aunque transcurrieron en un entorno de escaza comunicación y afectividad por parte de mis padres hacia mí, pude sin mayor esfuerzo, salir adelante en mis estudios de primaria y bachillerato y controlar mi vida social de manera que pudiera ser llevada con un cierto grado de responsabilidad, el cual  me permitió nunca caer en problemas de droga, pandilismo, depresión, etc. por el contrario, al ver las dificultades con las que mi madre se enfrentaba para sostenerme a mí y a mis hermanos, fui consciente de mi responsabilidad como hijo para solidarizarme y ayudarla en su trabajo como en los quehaceres domésticos y así lo hice.

No obstante no todo fue estabilidad y autocontrol, pues a los trece años de edad me tuve que enfrentar por vez primera a la idea de “finitud existencial” al ver a mi padre cerca de la muerte, a raíz de una herida de bala en la cara y parte del cuello, propinada en un atraco. La misma madrugada en que sucedió el atraco mi padre fue internado en un hospital y sometido a una cirugía de la que salió bien. Posteriormente fue llevado a cuidados intensivos para su recuperación.

Sin embargo, a los dos días de su convalecencia  “la “noticia de su muerte” llegó directamente a mí a través de una llamada telefónica  que hicieron desde el hospital donde lo atendían. El desasosiego que generó en mí la llamada que yo mismo atendí, donde un funcionario solicitaba que los familiares fueran a reclamar el cadáver, la confusión, el miedo, el temor, la tristeza y el sentimiento desgarrador de perder a mi padre se esclareció varias horas después. La llamada desde el hospital había sido una equivocación, y una falsa alarma, pues sí había muerto un paciente con un nombre muy parecido al de mi padre y esto provocó el error en la información desde el hospital. Para mi alivio mi padre continuaba vivo, estable y fuera de peligro.

Puedo recordar que a partir de ese momento cada vez que el teléfono timbraba en  la casa me invadía un sentimiento de temor igual al que sentí cuando recibí la falsa noticia, y hasta el día de hoy siempre que suena el teléfono, no dejo de sentir un vacío en el estómago,  que se disipa cuando contesto y compruebo que no es una llamada con una noticia fatal.

He logrado ver que evito participar en conversaciones  que tengan que ver con enfermedades, calamidades o de cualquier manera posibilidad de enfermedad y muerte en mi familia y de hecho, trato de ignorar cualquier malestar que sienta en mi cuerpo, lo que me ha traído en ocasiones descuidos en mi salud.

Este acontecimiento tan significativo en mi vida y mi  manera de afrontarlo, en palabras de May podría quedar de la siguiente forma: “Estas son singularidades de Dagoberto, alejarse de enfrentar la enfermedad y la muerte tratando de ser indiferente ante sus propios malestares, representan los ajustes de su vida que él interpreta fuera del centro de su ser. No se puede interpretar las cualidades de su personalidad y conducta como su “problema” pues esto sería atacar precisamente aquellas formas de ser que Dago ha elegido para protegerse a sí mismo como persona”.

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