ENERGÍA NUCLEAR, COMO UN CÁNCER PARA LA SOCIEDAD.

ENERGÍA NUCLEAR, COMO UN CÁNCER PARA LA SOCIEDAD.

        Las fuentes alternativas de energía no implican la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el gas y el petróleo. Una de éstas, la energía nuclear o atómica, consiste en un proceso físico-químico, que aprovecha minerales, principalmente, el uranio y el plutonio, para generar electricidad. En este sentido, su creación tiene el objetivo de proveer cierto porcentaje de energía, disminuyendo el impacto ecológico negativo que suministra la generación eléctrica tradicional. ¿El desarrollo de esta alternativa es conveniente hoy en día?

        Esta fuente de energía aporta una cantidad de electricidad considerable y abundante en poco tiempo. Empero, además de ser sumamente costosa, es insostenible, irrenovable y riesgosa, porque a pesar de que no emite contaminación al aire, de ella se han originados residuos tóxicos para el medio ambiente en general, como el uranio, que contamina una zona durante siglos y supone un riesgo biológico extremo. Es cierto que hoy en día se cuenta con la tecnología para controlar los efectos negativos de la radiactividad a los ecosistemas, pero no se poseen mecanismos totalmente efectivos para predecir y evitar un accidente nuclear o un bombardeo. Es necesario acotar que los programas e instalaciones nucleares de los países se encuentran bajo la supervisión de la ONU, que sostiene que la energía atómica garantiza alrededor del 16% de la energía mundial actualmente, existiendo sólo 448 reactores.

        En este sentido, cabe mencionar que su uso bélico comprende la muerte de miles de personas, como aconteció durante el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki, a finales de la segunda guerra mundial, y que se han generado graves accidentes y catástrofes debido a su implementación, como el de Chernóbil, ocurrido en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin el sábado 26 de abril de 1986, que hasta el día de hoy atenta gravemente la salud pública, debido a las emisiones involuntarias de los materiales radiactivos. No obstante, se puede y se debe sustituir, porque las consecuencias de los desastres nucleares pueden marcar a la humanidad gravemente, durante demasiado tiempo; generando caos, muerte y destrucción.

        Desde que Lise Meitner y Otto Frish desarrollaron la tecnología nuclear, durante la segunda guerra mundial, la sociedad y el ecosistema en sí están susceptibles a un peligro inminente y de grave índole. Por tanto, la energía atómica es un fracaso económico, social y medioambiental, que ha causado graves problemas imposibles de eliminar. De esta manera, se ha llegado a la conclusión de que no es conveniente el desarrollo de la energía nuclear actualmente, teoría apoyada por algunas organizaciones de relevancia internacional como Greenpeace y la revista “El ecologista”, pues no cumple con el objetivo de hacerle bien al medioambiente, sino que han dañado irreparablemente a la humanidad y el entorno.

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