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Edad moderna de la concepción de sujeto


Enviado por   •  14 de Octubre de 2019  •  Informes  •  3.806 Palabras (16 Páginas)  •  199 Visitas

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ACTIVIDAD DE CIERRE UNIDAD N°1

  1. Leandro Stagno –en la compilación de Fenocchio- aporta otro punto de vista. Pongan especial atención a su análisis sobre los lugares de la infancia, la relación entre la cultura infantil y la cultura escolar, y la concepción del niño como actor social. A partir de ello, elaborar un breve resumen sobre su análisis.
  2. ¿Podrían aportar una breve reflexión a partir del análisis del texto de Stagno? ¿Cuál es su opinión respecto de las ideas que aporta? ¿Qué relación le encuentran entre lo que afirma el autor y su experiencia personal?
  3. Voy a invitarlos a un trabajo de indagación personal. Les pido que dediquen un tiempo a mirar durante un rato dos o tres canales infantiles de TV o –si no tienen acceso a ellos- varios programas televisivos infantiles o cuya audiencia sea mayoritariamente infantil. Elaboren un registro donde quede constancia sobre qué programas vio, a qué franja de edad presume que están destinados, qué concepciones de niño sostienen –aprovechando lo que han leído y analizado durante esta unidad n° 1-.
  4. Por último, revisen algunas publicaciones periodísticas: diarios y revistas, en papel o digitales. También pueden aportar a este punto programas periodísticos de radio o televisión. Cuando se habla de niño, ¿en relación con qué noticias se lo hace? ¿Qué papel ocupan en esas noticias? ¿Cuál es la concepción que se puede deducir a partir de estos abordajes?
  1. Lugares de la infancia.

La concepción de infancia en la modernidad surge como una imagen que se proyecta hasta nuestros días, en los cuales, comienza a advertirse cierto quiebre. La infancia es una construcción histórica que comienza en la mitad de la Edad Media y termina de ser elaborada en la modernidad. En esta época los niños fueron adquiriendo un valor en sí mismos, es decir pasaron de ser pequeños adultos a infantes.

Se crearon “lugares de infancias” en donde se debía excluir a los niños de los trabajos adultos. Este espacio creado ya sea público como privado fue construido especialmente para los niños o modificados para que estos mismos asistieran a mediados del siglo XIX. Surge así el concepto de “niño malcriado” que fue fruto de un exceso de sentimiento de ternura. En cuanto a la sociedad los comienza amar, proteger y considerarlos como tal.

A partir de este siglo se empezó a promover una costumbre de separar el cuarto del niño al de los padres, está idea ya se venía implementando en la Edad Media de buscar dicha separación respetando los lugares de espacios, ya sea de entretenimiento o para su privacidad, de cada uno. Este era distinguido del resto ya sea por la decoración como así también por los juegos que tenía, pintura, entre otras cosas que le eran importantes para el aprendizaje y estimulación del niño.

Leandro Stagno (2011) afirma “la escuela no escapó a los nuevos preceptos vinculados a proveer un ambiente material adecuado al desarrollo infantil. En los momentos de la constitución de los sistemas educativos nacionales, las discusiones sobre el banco escolar ocuparon un lugar central en los escritos de burócratas e intelectuales” (p.3).

Se configura a la niñez en el ámbito teórico como así también en el abstracto que en el cual sus etapas son idónea para poder ser moldeada justificándose a la vez con la necesidad de su gobierno especifico y pueden resaltarse 3: influencias en la constitución progresiva de la infancia como la acción educativa institucional, en donde se produce una forma particular de vivir la infancia que se difundió como un modelo a seguir, donde los saberes eran transmitidos por ella y que formaron parte de este proceso identitario que incluyó una clara diferenciación entre niños y niñas, la acción educativa de la recién estrenada familia cristiana y una acción educativa difusa.

La creación de algunas ciudades nuevas que surgieron fueron espacios de recreación y aprendizaje en cuanta al encuentro social, como por ejemplo los clubes, asociaciones deportivas.

Según Leandro Stagno (2011) “la calle fue otro de los escenarios por donde circuló la infancia. Bajo la vigilancia y el control de los adultos. Para algunos, la calle era un lugar de trabajo o mendicidad como así también de desamparo y abandono. Estos últimos, los niños despertaron preocupación y desconfianza entre los intelectuales de diferentes posturas ideológicas. Admitían que su presencia en la calle, fuera de control de su familia constituía una fuerte fuente de “peligro moral” y de “mala vibra””. (p.3).

Se debía regular trabajo infantil, la profusión de leyes protectoras de la maternidad, la difusión de un modelo familiar asociado a la domesticidad de la mujer y las leyes de obligatoriedad escolar. Raimundo Cuesta señala medidas de surgimiento de un nuevo estatuto de la infancia, en tanto “edad social de no trabajo, como un periodo de la vida en el que los seres humanos aparecen bajo la tutela familiar o escolar” y acotaron  la infancia como sujeto y objeto escolar y la inscribieron en la lógica de la familia patriarcal heredada del derecho romano.

En nuestro país se buscaba excluir a los niños de la calle pero incluirlo en una lógica de una familia patriarcal y que haya escolarización primaria.

La incorporación y permanencia efectivas al nivel primario contradecía la obligatoriedad impuesta por la ley 1420 de 1884. Se notó un gran avance de la población en cuanto a la asistencia de los niños en las escuelas primarias y sus niveles fueron muy altos.

Como sostiene Leandro Stagno (2011) “los niños colaboraban en el sostén económico de la familia y, podrían cumplir con las exigencias de la escolaridad, considerando que su jornada laboral alcanzaba las ochos horas diarias. Aunque la ley 5291 (1907) establecía la prohibición del trabajo de los menores de 10 años, así como también el de mayores de 10 años. Los informes producidos por los inspectores del Departamento Nacional de Trabajo donde daban cuenta de la dificultad para concretar esta prohibición. Eran frecuentes las denuncias por trabajo infantil.” (p.4).

En 1920, las familias nucleares predominaron entre las clases trabajadoras y en los barrios más precarios en donde se fueron instalando los inmigrantes.

Se decía que los niños que habitaban en la calle sin el control de un adulto o la misma ausencia de algún familiar ya sea en sus actividades o participación en la sociedad iban a carecer de un futuro pero iban a estar ligados como por ejemplo al delito, prostitución entre otras que marcarían su vida. Cuando se presentaba alguna de estas situaciones se debía internar a los niños en institutos tutelares, donde se regulaban practicas morales que incluían la enseñanza de saberes estipulados para el nivel primario y  se tenía la idea de dos niños: uno era el niño en peligro (niño amenazado) y el otro el niño peligroso (niño amenazador).

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