Editorial

Editorial

En el transcurso de la investigación de los diversos temas que conforman esta edición nos percatamos de la ausencia de conocimiento que tenemos sobre nuestras raíces, todo lo que nos representa. Es increíble que teniendo a nuestro alcance tanta belleza, tanta historia y mucho de qué hablar al momento en que nos preguntas sobre la historia de Yucatán, no tengamos nada que decir al respecto.

Consideramos que está edición se encuentra dirigida a un público en general, sin embargo es a los jóvenes a lo que pretendemos enriquecer más de, y a si mismo partiendo de ella que se cuestionen más, que busquen informarse y se sientan orgullosos de su pasado.

Muchas veces no se aprecia y valora lo que se tiene, hasta llegar a un punto culminante y perder todo, por esa razón invitamos a toda persona que tiene en este momento en sus manos esta revista, a cuidar de esta bella ciudad a este gran estado.

¡Saludos!

Paseo de Montejo a través de los años

Mérida llevó a cabo su primer “paseo” en el año de 1792 llevando por nombre “De las Bonitas”, que en la actualidad es la Calle Anchadel Bazar al norte de unos de los templos mayas de la vieja Ichaanzihó, que durante la Colonia pasó a ser él convento “San Francisco” para luego ser la Ciudadela de San Benito.

En ese tiempo Don Lucas de Gálvez dio la orden su construcción. En el plano se encontraba la realización de dos avenidas laterales un camellón y tres glorietas equidistantes.

Para el año de 1832 Mérida contaba con cuatro paseos, la Alameda, el Camposanto, la Cruz de Gálvez y el limonar. A pesar de los cuatro paseos La Plaza de la Independencia, (en la actualidad llamada Plaza Grande) era un sitio que daba lugar a las reuniones nocturnas y era el que destacaba más. Durante varios años la Plaza de la Independencia estuvo cercada mediante rejas de hiero con bellos calados, pero años después esto cambió.

Lo que ahora conocemos como paseo de Montejo tuvo punto de partida el 2 de enero de 1888. Mediante una junta de la cual fueron partícipes distinguidas figuras de la sociedad yucateca se visualizó el realizar un paseo público de acuerdo al presupuesto económico de la ciudad de Mérida. Dicho proyecto fue autorizado y se otorgó un comité capacitado para poder llevar rienda suelta a dicha obra de gran magnitud.

Las personas que participaron de esta bella obra fueron los señores Don Gonzalo Peón asumiendo el puesto de presidente, Eloy Haro como vicepresidente, Fernando Cervera como tesorero, José Gómez, Gumersindo Ceballos y Eulalio Casares como vocales y este último a la vez como secretario, y desde luego el autor de la iniciativa, el ingeniero Rafael Quintero. Un segundo comité fue el encargado de encontrar una zona adecuada para la construcción de la obra, esté comité se conformó por Gregorio Cantón, David Casares y Antonio Espinosa. Días después el lugar para la construcción de esta magna obra fue dada a conocer; las calles 58 y 56 se abrirían desde el parque se Santa Ana y concluyendo en la casaquinta de de Eusebio Escalante.

El día 19 de enero de 1889 los planos del proyecto se encontraban listos; mediante un acuerdo se escogió el nombre: “Paseo del Adelantado Montejo”.

La obra fue comenzada el día 5 de febrero del mismo año. Al empezar esta construcción la gente se encontraba entusiasmada, pero estos ánimos decayeron gracias a la falta de colaboración oficial. En consecuencia la obra se detuvo durante diez años, y no fue hasta 1898 que el gobernador del estado en ese tiempo, Don Francisco Cantón continuó con la construcción.

Para inicios del año 1901 la construcción tenía un largo de 2,640 m2; para el año de 1902 Cantón dio a conocer que la construcción ya era de 18,800 m2. A pesar del gran orgullo que la comunidad yucateca refleja por paseo Montejo es dejar a un lado un gran error que se cometió en la construcción; este error se observó al empezarse a construir las primeras casas.

El paseo de adelantado quedo finalizado en el año de 1904, sin embargo por su gran tamaños longitudinal requería de una gran inversión para darle el mantenimiento adecuado y evitar su deterioro. Un gran factor para el deterioro de la construcción era la temporada de lluvias, y el tránsito de carruajes, ya que al paso de los años, el paseo fue abriendo caminos para su uso.

Así como se fueron abriendo las calles por su uso, se tuve que ampliar la avenida por las necesidades de los ciudadanos y por el incremento de la población.

La prolongación tan esperada tuvo lugar en el año 1926, realizando un incremento lineal de 440 m2 hasta llegar a la lo que hoy en día conocemos como monumento a la bandera. La siguiente ampliación se llevó a cabo el 1 de julio del año 1950; su ruta se dirigió hacia el norte de la ciudad, concluyendo en el entronque de la carretera progreso.

En 1906 fue colocada

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