El Aborto

Ante la norma moral que prohíbe la eliminación directa de un ser humano inocente `no hay privilegios ni excepciones para nadie'. Juan Pablo II

Se ha dicho desde siempre que lo más perfecto que tiene el ser humano es la vida misma, la capacidad de amar, de comunicarse con los demás de simplemente existir y en medio de su existencia buscar la felicidad, los seres humanos son personas exitosas desde el mismo momento en el que son fecundados por un espermatozoide y la vida con nada se puede reemplazar, es aquí donde tienen cabida los principios para la correcta conducta humana respecto a la vida. El aborto hace parte de un atentado contra el principio de beneficencia del que habla la Bioética, el cual busca el beneficio de otros, y por sobre todas las cosas el derecho a la vida. Independientemente a las circunstancias por las cuales se de un embarazo, el aborto no puede ser una salida al contrario es una falta al principio de la no maleficencia en el que se habla de la abstención intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros pues finalmente no somos nadie para decidir por la vida de alguien y menos de alguien que ni siquiera tiene como defenderse o como opinar acerca de su futuro.

El hombre con todo su ingenio ha logrado luchar por sus derechos conseguir una igualdad, igualdad a la que todos tenemos derecho en todos los ámbitos de la vida misma de acuerdo a las situaciones a las que nos enfrentamos a diario, quien mas que Dios es quien tiene el derecho de decidir en que momento haremos parte de la vida o si nunca lo lograremos, el ser humano solo es una figura hecha a imagen y semejanza de dios pero no constituye una autoridad para la vida misma, todos somos hijos suyos y somos exactamente iguales. Es por esto que somos completamente libres desde que nacemos y debemos desde los valores inculcados en la casa y en la vida responsabilizarnos de nuestros actos y asumirlos con valentía y verlos como una oportunidad de aprender y de ser cada vez mejores personas, mejores seres humanos.

En la bioética y los principios que la constituyen, el aborto no tiene cabida, además de ser un acto egoísta, irresponsable, hiriente, maldadoso y asesino, tan asesino que no solo se encarga acabar con una vida, sino también con una tranquilidad una conciencia y además hace infelices las vidas de quienes optan por tomar esta decisión y si en la vida no hay felicidad, que sentido tiene vivir, solo se esta muerto en vida.

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