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El Ambito Del Pacto De Varsovia


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2012  •  4.262 Palabras (18 Páginas)  •  498 Visitas

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El ámbito del Pacto de Varsovia abarcaba todos los estados socialistas de Europa del Este, a excepción de Yugoslavia sobre la que, pese a todo, se ejerció una poderosa influencia, es decir, Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la República Democrática Alemana, Rumania y la Unión Soviética; hasta 1962 la República Popular China estuvo afiliada como observador. Fue firmado en la capital polaca el 14 de mayo de 1955, siendo Nikita Jrushchov primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Los estados del Bloque del Este mantenían ya, antes de la firma del tratado, una estrecha relación militar con la Unión Soviética, cuyo ejército había acometido su liberación durante la Segunda Guerra Mundial, del mismo modo que las fuerzas estadounidenses y británicas lo habían hecho en Alemania Occidental, Austria, Bélgica, Italia, Francia y Grecia. La profunda influencia ejercida por la Unión Soviética en el bloque había sido percibida como un desafío por las otras potencias aliadas, que consideraban la expansión del comunismo como una amenaza inmediata al régimen político y económico dominante en Europa. La polarización entre la órbita estadounidense —que con el establecimiento de la OTAN rompió su secular tradición de aislamiento militar— y la soviética sería el carácter determinante de los cuarenta años de la llamada Guerra Fría.

Objetivos y estructura [editar]

Los miembros del Pacto de Varsovia acordaron, en términos muy similares a los empleados por el Tratado del Atlántico Norte OTAN, la cooperación en tareas de mantenimiento de la paz, la inmediata organización en caso de ataque previsible (art. 3), la defensa mutua en caso de que alguno de los miembros fuera atacado (art. 4), y el establecimiento de un Estado Mayor conjunto para coordinar los esfuerzos nacionales (art. 5). Consistente en once artículos en total, el Pacto no hacía referencia directa al régimen de gobierno de los miembros —declarándose abierto a "todos los Estados", con el único requisito de la unanimidad de los restantes signatarios en su admisión (art. 9)—, y establecía una vigencia de veinte años renovables, así como la libertad de revocarlo para cada uno de los estados miembro. Fue firmado en cuatro ejemplares, uno en ruso, uno en alemán, uno en checo y uno en polaco.

Un comité político, compuesto por los jefes de gobierno de los estados miembros, se reunía anualmente para establecer las políticas y objetivos anuales. La mayoría de las negociaciones incluía también la presencia de los secretarios de Defensa, los jefes de las fuerzas armadas, y los miembros del Estado Mayor de cada una de ellas. Además del comité político, el Pacto de Varsovia contaba con un comité asesorio militar, un comité técnico y de investigación, un consejo de secretarios de Defensa y un Estado Mayor conjunto. Iván Stepanovich Koniev fue su primer comandante en jefe.

Aunque el objetivo expreso del Pacto —evitar la declaración de guerra entre sus estados miembros y las potencias occidentales— se cumplió, y las medidas militares nunca debieron hacerse efectivas, el Estado Mayor conjunto hubiera sido en caso de guerra la autoridad suprema sobre los ejércitos, armadas y fuerzas aéreas de los estados miembros; la potencia militar que esto representaba incluía 6.200.000 soldados, unos 65.000 tanques, dos millares de buques y 15.000 aviones de combate, además de misiles nucleares instalados en varios de los estados miembros. En tiempo de paz, sólo las fuerzas destinadas fuera de su país de origen estaban bajo su mando directo.

Historia y efectos del Pacto de Varsovia [editar]

El Pacto de Varsovia fue uno de los muchos instrumentos elaborados por las superpotencias en pugna como parte del reparto de fuerzas, desigual en favor de los estadounidenses, fijado extraoficialmente al final de la Segunda Guerra Mundial. Su límite coincidía en términos globales con las líneas de demarcación pactadas en las cumbres que Roosevelt, Churchill y Stalin habían mantenido entre 1943 y 1945, con escasas dudas acerca del territorio alemán y austríaco que se resolvieron en la partición del primero y la retirada de todas las fuerzas del segundo.

La competencia por el terreno asiático se resolvió parcialmente con la proclamación de la República Popular en China —sin que la Unión Soviética estuviese muy satisfecha con la situación,1 aunque China participaría como observador hasta su ruptura con el gobierno soviético en 1968— y la ocupación estadounidense de Japón, pero su ambigüedad dio lugar a la mayoría de los conflictos que estallaron finalmente entre las potencias.

La estrategia soviética, al igual que la estadounidense, consistió principalmente en asegurar su zona de influencia sin que ello llevara a un conflicto abierto con el oponente, y por lo tanto se tradujo en un nivel restringido de actividad militar aun dentro de las fronteras.

La solidez del Bloque del Este era menos monolítica de lo que la propaganda radiofónica estadounidense, centrada en "agrupar a los pueblos libres que se resisten a ser subyugados por minorías armadas o por presiones exteriores",2 es decir, a los crecientemente importantes movimientos comunistas en los países de Europa occidental y el Medio Oriente, daba a entender.

Ya en 1948 la Yugoslavia del mariscal Tito había marcado sus diferencias con Moscú, y las desavenencias diplomáticas entre China y la Unión Soviética con ocasión de la guerra de Corea fueron prominentes. En realidad, la política exterior de ambas potencias estuvo más ocupada en intentar aprovechar las crisis económicas que creían inminentes, cuya gravedad llevó a Estados Unidos a desarrollar el plan Marshall y la OTAN como medios de contener la revolución social.3 En los estados del Bloque del Este, los movimientos comunistas estuvieron hasta entrados los '60 abiertamente comprometidos con la construcción de democracias parlamentarias, con representación de la burguesía y los terratenientes, y modelos económicos híbridos.

La resistencia del gobierno stalinista a revisar los límites trazados por los acuerdos de Yalta estaba basada únicamente en la relativa debilidad militar de la URSS en comparación con el enorme armamento estadounidense, que permaneció desde la guerra hasta nuestros días en las múltiples bases que estableció en Europa y Asia Menor. Antes que el dominio absoluto del frente interno, la apuesta soviética fue la participación en la carrera armamentista, que implicó una creciente y ruinosa inversión en tecnología militar, pero no un aumento de los efectivos. Inclusive Finlandia, en la que el Partido Comunista era la pieza central del gobierno, solicitó y obtuvo la retirada del Ejército Rojo de la base

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