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El Corazon Delator


Enviado por   •  7 de Junio de 2014  •  790 Palabras (4 Páginas)  •  277 Visitas

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NERVIOS QUE ENFERMAN

Es la culpa, el miedo,

La impotencia que hace

Crueles a los hombres

Anais Nin.

El protagonista de esta historia narra que desde niño era muy nervioso, todo el tiempo sentia nervios esto hizo que desarrollara el sentido del oído mas que cualquiera de sus familiares y amigos; era tan agudo su oído, que decía que podía escuchar voces del cielo de la tierra y hasta del infierno, por lo que lo catalogaban de loco. Un día se le metió en la cabeza una idea que ya concebida, no pudo desecharla él no tenia ningún problema con el pobre anciano con el que vivía y que nunca le había contrariado ni hecho daño, pero en cuanto el concibió esa idea comenzó a perfeccionarla, de un día a otro le molestaba la vista del pobre viejo quien tenia un ojo azúl pálido, mismo que creo entender que era lo que padecía el anciano “una catarata”, pero como el padecía de nervios esta mirada lo inquietaba y se sentía amenazado a tal grado que pensó en asesinar al pobre hombre, durante varios días él abría el picaporte de la habitación del anciano justo a las doce de la noche, con mucho cuidado y permanecía callado a tal grado que podía pasar mucho tiempo en una sola posición para no despertar al hombre y poder verlo echado en su cama, todo lo fraguó con tal esmero que narra que ningún loco pudiera tomar tantas precauciones.

Llegada la octava noche con la decisión tomada, entró con el mismo sigilo y con una lámpara sorda pero en contraste con los anteriores días ahora el viejo despertó y se sentó en su catre y llamó ¿Quién anda ahí ? fue entonces cuando con su lámpara iluminó el ojo que lo aterrorizaba, el hombre hemitió una débil queja de espanto presintiendo algo terrible y si cuando la lámpara volvió a tropezar con el ojo del anciano y tan cerca, pudo observar la tela que lo cubría el narra que era una tela hedionda y asquerosa al momento que el hombre se percato de la intromisión el oído agudo de su intruso comenzó a escuchar un ruido sordo ahogado y frecuente como un reloj envuelto en un trapo y si era el corazón del anciano que latía fuertemente tanto que incremento la ira del agresor creyendo que los vecinos podrían oírlo y entonces dando un alarido abrió la linterna y entró en la habitación, el viejo dio un solo grito en un instante solo lo arrojó al suelo y rio de contento pasado un rato todo cesó el ruido y puso la mano en su víctima confirmando que estaba muerto y procedió a levantar unas tablas del piso y entonces despedazó a su víctima poniéndolo dentro. De la sangre no se preocupó porque el piso lo había absorbido al llegar las cuatro de la mañana se presentaron tres oficiales que mandados por los vecinos alarmados al escuchar el grito dieron parte, el asesino los

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