El Estado y la economia

Introducción

En el presente ensayo se estará tratando el tema de la intervención estatal en la economía, lo cual a grandes rasgos podría definirse como “Acción de los gobiernos que afecta positivamente la actividad económica. La intervención estatal puede tomar forma de regulación, participación, control, operación directa y propiedad” (Definición.org, s.f).

Este tema es muy importante para la sociedad ya que su principal característica radica en que es un elemento indispensable para implementar normas y regulaciones en los distintos mercados que permitan delimitar sus funciones y mantener un control adecuado de la economía, buscando resguardar la seguridad económica del país con el fin de que este pueda continuar con su desarrollo mediante la asignación adecuada de recursos y una correcta distribución que permita atenuar la desigualdad y el desempleo que son problemas que afectan grandemente a un país. Otro aspecto a tomar en consideración son las causas que hacen que el Estado tome la decisión de involucrarse, la principal se debe a que el mercado por sí solo es incapaz de mantener un funcionamiento óptimo y además presenta algunos problemas ¿sabe usted que son los fallos de mercado?

Es importante destacar que, el Estado, a pesar de estar relacionado directamente con el sector público (por la naturaleza de sus recursos), no puede dejar el sector privado de lado ya que este también forma parte de la economía del país, y la contribución que haga estará condicionada por la forma en que el Gobierno se involucre y entienda su rol dentro del área privada. Esta es una gran responsabilidad que recae sobre el Administrado Público, ya que una intervención inadecuada o de baja calidad puede desalentar el aporte del sector privado, lo cual tendría un impacto negativo en las finanzas del país.

El presente escrito se realiza con el interés de ampliar conocimiento en el tema propuesto, ya que como futuros administradores debemos conocer bien el papel del Estado en la economía, tanto cuando se encuentra estable como cuando exista crisis; esto con el fin de tomar las mejores decisiones y que todos los involucrados se muevan en la misma dirección.

La relación real entre la economía y el Estado; este último se define como “una organización e institución dotada de poder económico y político, para imponer el marco de obligaciones, regulaciones y restricciones a la vida social y al intercambio económico” (Ayala, 1995), puede definirse de una manera más clara si se sabe cuáles son las principales funciones que realiza el Estado (con todo el poder que le compete) que pueden afectar de manera directa la economía de un país, las cuales pueden resumirse según lo menciona Alejandro Jáuregui en el portal Gestiopolis (2002): manejo del gasto público (a través de políticas de Estado, que permiten establecer las prioridades de la nación para definir los sectores que se verán beneficiados con los recursos aportados por la sociedad), regulación de la actividad económica (utilizando políticas monetarias relacionadas con tasas de interés, cantidad de dinero en la “calle”, emisión de dinero, entre otros; política fiscal que se encarga de la determinación y recolección de impuestos; y por último la política de regulación que se encarga de velar por que se pueda desarrollar la libre competencia) y finalmente la financiación del gasto nacional (a través de los ingresos propios de la nación o a través de deuda externa, esta última es peligrosa si no se tiene una buena administración, ya que a largo plazo podría generar déficit en el país). Como se puede apreciar, el Estado tiene la capacidad de influir en muchos aspectos económicos al mismo tiempo, a tal punto de poder controlar factores como la inflación; no obstante, esta amplitud puede provocar que queden cosas por fuera (por ejemplo la evasión fiscal) lo cual a largo plazo trae consecuencias negativas a la economía (déficit), por esto es necesario que además de implementar mejores controles al aparato estatal, se vea la economía como una responsabilidad tanto del Estado como de la población, de esta manera todo el país sigue la misma línea de pensamiento y comienza a desarrollarse a lo interno.

En la actualidad, es de conocimiento general que el Estado interviene en varios sectores de la economía tales como: mercado de trabajo (salarios mínimos y condiciones dignas), precios (control sobre tarifas de alquileres y productos de primera necesidad) y Nacionalismo Económico (en beneficio de los productores nacionales, proponiendo elevados aranceles a las multinacionales); sin embargo, no todos tienen plena conciencia de a qué se debe esta intervención; ya se mencionó anteriormente que esta intervención se da principalmente por la incapacidad del mercado de mantenerse en perfecto estado y por la dificultad que tiene para enfrentar los problemas derivados de sí mismo; esta teoría se respalda con lo expuesto por Maite Navarro (s,f), que establece la justificación de la intervención estatal sustentado en fallos de mercado (ciclos económicos en los cuales el sistema no produce un crecimiento estable; bienes públicos insuficientes; externalidades; ausencia de competencia; inequidad social). Del texto anterior, se puede afirmar que la intervención estatal es necesaria para que ni el consumidor ni los vendedores se vean afectados por la inestabilidad de los mercados, de esta forma se asegura un desarrollo de la economía equitativo y no solo para algunos sectores; no obstante, algunas gestiones ineficientes por parte del Estado hace que se apliquen políticas que llegan a ser obsoletas y más bien generan gastos para la economía; un claro ejemplo de esto es RECOPE en Costa Rica, ya que este monopolio no está cumpliendo con el fin para el cual fue creado y tampoco ha sido desarticulado, razón por la cual manejan precios exorbitantes que afectan directamente el bolsillo de los consumidores y la intervención estatal para controlar esto parece ser inexistente.

La economía de un país está compuesta tanto por las actividades del sector público como las del sector privado (obtenida a través de concesiones o subcontratación), y el Estado al tener que velar por toda la población necesita considerar la relación que tiene con el sector privado y tomar en consideración que las decisiones que se ejecuten tendrán afectaciones también en este sector. Existen algunas diferencias básicas entre las instituciones públicas y las privadas, tales como: la legitimidad y el derecho de coerción (Vargas, 2006), sin embargo es necesario que trabajen en conjunto para lograr el desarrollo adecuado de la economía. La relación Estado - Sector privado se basa en el hecho de que el primero establezca los lineamientos bajo los cuales dichas empresas trabajaran, esto para que las mismas tengan competencia justa frente a las públicas y además que se respete el marco jurídico y normativo establecido Otra de las características primordiales de esta relación, es que el Estado debe velar por que se establezcan políticas que generen un buen ambiente de negocios (costos, tiempo y trámites), esto con el fin de mantener dichas empresas en funcionamiento dentro del país para suplir las necesidades de la sociedad en las cuales el sector público tiene carencias. Según lo mencionado anteriormente, se considera importante destacar que el sector privado es un gran impulso para el desarrollo económico de un país, este es generador de ingresos (mediante impuestos), de empleo (ya que debido a la “propiedad” de plazas que se da en el sector público, una gran parte de la población en edad productiva queda fuera de esto y de no ser por el sector privado quedarían en desempleo) y de inversión; por eso es importante que se fortalezcan dichas relaciones con el fin de brindar mejores condiciones a la sociedad y asimismo dar variedad de opciones que promuevan la sana competencia; un ejemplo de esto es el ingreso de empresas telefónicas como Claro y Movistar, que hicieron que Kolbi mejorara muchos aspectos y se convirtiera en un mejor servicio. No obstante, con el tema del sector privado - Estado se debe tener cuidado principalmente cuando se realizan concesiones o subcontrataciones, ya que las políticas del Estado no siempre son las más robustas y dejan espacio abierto para la corrupción, que es un problema que deja enormes consecuencias económicas para el país.

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