El Niño

Una serie de precisas recomendaciones para afrontar los efectos negativos que ocasiona el Fenómeno de El Niño en los sectores agrícola, pecuario, pesquero y agrícola prepararon investigadores de CORPOICA y el ICA, y fueron recogidas en una cartilla didáctica editada por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

El documento titulado “Plan de prevención y mitigación de los efectos del fenómeno El Niño en el sector agropecuario, acuícola y pesquero”, al cual también aportaron representantes de los gremios de la producción, contiene un paquete de recomendaciones tecnológicas y culturales con el fin de suministrar a los productores agropecuarios la información requerida por ellos sobre el tema.

El Fenómeno de El Niño implica variabilidad de los factores climáticos, especialmente en la precipitación, la temperatura y la humedad, lo que incide directamente en el normal desarrollo de los cultivos y su productividad, de acuerdo con las necesidades de cada uno de ellos y su respectiva tolerancia al estrés generado por el déficit o exceso de alguno de estos factores (en especial las precipitaciones).

En el caso de Colombia, El Niño altera las temporadas invernales en el sentido que la cantidad total de lluvias se hace menor, dependiendo de la intensidad del fenómeno y al llegar posteriormente la temporada seca, la misma se hace más evidente y en algunos casos más acentuada.

Los efectos climáticos de este fenómeno son más visibles en los departamentos de las regiones Caribe y Andina. Al llegar la temporada seca de bajos volúmenes de lluvia incide en una disponibilidad menor del recurso hídrico que ante una demanda creciente puede generar problemas relacionados con el abastecimiento normal de agua para consumo humano o industrial, para el sector agrícola y ganadero o para la generación de energía.

La cartilla del Ministerio comprende información específica para cada uno de los subsectores agropecuarios. Las siguientes son las recomendaciones generales para todos ellos

Recomendaciones generales

♦ Se deben aplicar métodos de riego de precisión y bajo consumo de agua (goteo, aspersión y microaspersión), evitar riego por gravedad. Evitar regar en horas donde se presentan las temperaturas más altas para evitar pérdidas por evaporación y evapotranspiración.

♦ Adecuar y/o construir reservorios para almacenar el agua (preferiblemente cubiertos) o tanques para suministrar riego en épocas críticas del cultivo.

♦ Utilizar labranza mínima cuando el suelo no está compactado o labranza con cincel

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