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El Odio Sociologico


Enviado por   •  18 de Marzo de 2015  •  369 Palabras (2 Páginas)  •  263 Visitas

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Hace varios años, en una clase de sociología urbana, un profesor nos mostró el fragmento de una película que hasta hace pocos días atrás había olvidado. Me refiero a La Hora 25 de Spike Lee, con la actuación del siempre notable Edward Norton.

En el fragmento citado (un célebre monólogo de un narcotraficante condenado a la cárcel), aflora el odio. La incontinencia reflexiva. Esas cosas que uno ve y no dice, pero que entiende con el alma en foco. Con el desespero, y por supuesto, convirtiendo la mirada en una lectura descarnada del Estados Unidos post torres gemelas, cargado del juicio irremediable contra cada espécimen de ser humano que pisa Manhattan.

Y sí, la ciudad es cosmopolita hasta no poder más. Chinos, coreanos almanceneros, taxistas árabes, latinos violentados, mafiosos rusos, gente, judíos comerciantes y ortodoxos…todas caricaturas enfrascadas en la lucha por sobrevivir en el centro del mundo. Una apariencia extraña y seductora donde todo es posible, y nada es completamente verdadero. Como la vida misma.

En el video, el odio como bastión. Un paisaje urbano rayano en lo surreal que bien puede entenderse como manifestación única del sincretismo más yanquizado del planeta.

Una amalgama de posibilidades cotidianas que a su vez, es reflejo feroz de un mundo globalizado por el consumo y las expectativas de éxito. El que no quiere ser famoso quiere ser millonario. Y los que no quieren nada son parásitos del sistema. ¿La sociología podría odiar a alguien cuando descubre la evidencia que sostiene a las sociedades del ser humano? Quizás sólo puede mirar, y para odios está Spike Lee…

Pero es una buena pregunta; porque acá no hay moralina. Norton escupe por rabia. Y la sociología sólo puede observar y escapar de los lugares en que puede ser rotulada, porque es ella la que rotula.

No se trata ni de cosas buenas ni de cosas malas. Simplemente hay cosas. Mucho de todo, mucho de nada. Luces, luces, y gente. Comerciales y putas. Dinero y Wall Street. Una muchedumbre luchando por 1/4 de pieza para vivir en New York, y los mundos de la vida enfrentados al mayor de los contrastes; en el país de la libertad hay una ciudad presa de sí misma, pasajera de un destino tan corroído como esplendoroso.

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