El aborto: reflexión

EL ABORTO

Presentado por:

Angie Tatiana Audor Vargas.

Profesor:

Alberto Moreno Gaitán.

UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA.

Facultad De Economía, Administración Y Contabilidad.

Administración turística y hotelera.

Pitalito-Huila.

2021

EL ABORTO: REFLEXIÓN.

En el mundo existen diferentes temas controversiales, con diferentes puntos de vista, debido a que cada individuo tiene su perspectiva de vida y así como se pueden encontrar personas que piensan igual, también existen otras que están en contra de tus ideales. Es en ese momento que se pueden generar conflictos, sin embargo, cuando hablamos de algo como el aborto, la lluvia de opiniones no se hace esperar, por creencias, valores, moral y todo lo que conlleva ser una persona. Pero ¿Qué es el aborto? Desde un punto de vista teórico, se puede definir al aborto como la interrupción involuntaria (por abortos espontáneos) o voluntaria del embarazo y en diferentes países esto puede ser, legal o ilegal. El aborto en Colombia se entiende como la interrupción del embarazo cuando la mujer así lo decide, pero amparado por la legislación del mismo país bajo la Sentencia C-355 de 2006, la cual permite el procedimiento en caso de riesgo de la vida o la salud de la mujer, malformación fetal incompatible con la vida y violación o incesto.

La práctica del aborto era ya conocida muchos siglos antes de esta actualidad, es decir, es tan antiguo como la humanidad misma y han existido distintas técnicas para la interrupción del embarazo desde épocas remotas. De hecho, la primera evidencia registrada de un aborto inducido procede de un papiro egipcio de Ebers en 1550 a. C. En el siglo XI ya tenían una lista de hierbas para abortar, entre estas se encontraban la ruda, hierba gatera italiana, ajedrea, salvia, jaboncillo, cyperus, eléboro blanco y negro y poleo.

Era legal, moral y religiosamente aceptado cuando era el padre quien lo disponía y se consideraba un delito si iba contra los intereses de este; no significaban problemas morales en ese tiempo. La única regulación, que era muy estricta en esas sociedades desde Mesopotamia hacia Europa antigua, era el derecho de pertenencia del hombre sobre el producto del vientre de la madre. No fue sino hasta 1864, cuando el teólogo Jean Hurí describe que, así el feto no haya sido creado con un alma directamente, es un hombre en creación, por ende, abortarlo sería asesinato, ya que es un humano en potencia. De esta manera, en 1917 el Código de Ley Canónica rechaza públicamente a las personas participes en los abortos con la excomunión.

Debido a la fuerte influencia que ha tenido la iglesia en el tema del aborto, quiero resaltar que Colombia es un país laico, el cual separa al gobierno de la iglesia y la evidencia se encuentra en el preámbulo de la Constitución Política de 1991. Yo, siendo una persona separada de las iglesias y leyendo mucho sobre este tema tan controversial, siempre termino en el mismo punto, el cual es: que toda mujer tiene el derecho de decidir sobre su cuerpo y estoy completamente a favor del aborto en cualquier caso; no es para nadie un secreto que el sistema patriarcal oprime a todos sin excepción, pero las más afectadas en la historia han sido las mujeres, otorgando a los hombres machistas el decidir sobre ellas.

Claramente, todos como personas racionales tenemos la capacidad de pensar y tomar decisiones sobre nuestra vida y nuestro cuerpo, aunque el aborto no es legal en muchos países y en otros tienen ciertas excepciones, debería de ser un derecho. Aquí es donde se entra en disputa ¿qué es más importante? ¿la vida de la mujer o la vida del feto?

Para iniciar a explicar esto, quiero resaltar que apelar a derechos absolutos es improcedente en el ámbito de las leyes, porque no es válido que el derecho a la vida sea superior o prime sobre otros. Por naturaleza, todos son indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizarles; cada uno de ellos tiene su límite en el derecho de terceros. En simples palabras, si llegase a tomar la decisión de hacer algo con mi cuerpo, no les afectaría a otras personas de manera directa y después de todo, estoy ejerciendo mi derecho a la libertad, esto no me hace menos persona o “inmoral” ya que la moralidad, en su concepto teórico son, leyes empleadas para convivir dentro de las disposiciones de la buena costumbre, pero son internas, son propias de cada ser humano, dándole su capacidad para decidir y elegir.

Lamentablemente como el aborto es un tema tan delicado, en muchos países no está legalizado para cualquier caso, en especial en América latina, por lo que muchas mujeres - la mayoría de bajos recursos - optan por inducirse un aborto en clínicas clandestinas, sitios que en el mejor de los casos las dejan mal, en el peor escenario se mueren por malos procedimientos.

Como anteriormente hablé sobre la capacidad que tienen las mujeres para decidir sobre su cuerpo, hablaré sobre el proceso de la vida basándome en la Bioética, esta es una subdisciplina de la ética que está conexa, con problemas morales de la sociedad. Según PIEKAREWICZ (2015) “El gradualismo parte de la premisa de que el embarazo no es un acto, sino un proceso, y, en consecuencia, atiende a las diversas fases del desarrollo embrionario” p7. Este concepto fue esencial para salir del hueco donde se encontraba estancado este tema tabú, pues basándonos en las diferentes etapas que atraviesa el estar embarazada, se puede llegar a una conclusión más concisa.

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