El acuerdo de asociación económica, coordinación de las políticas y la cooperación de Мéxico con la Unión Europea

En mayo de 1995 México inició contactos con la Unión Europea a fin de suscribir un amplio Acuerdo Económico, Político y de Cooperación. Como resultado de aquellas gestiones, en diciembre de 1997 por fin se firmó un Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación con la Unión Europea, donde el Senado de la República aprobó por unanimidad.

En dicho instrumento se previó iniciar negociaciones para contar con un acuerdo que liberalizara sustancialmente y progresivamente el comercio de bienes, servicios, inversiones entre México y la Unión Europea.

Para lograr este propósito, las negociaciones comerciales correspondientes se realizaron a lo largo de todo un año; fue así como el 20 de marzo, el Senado de la República aprobó el Acuerdo Comercial con la Unión Europea, donde el Presidente de la República firmó el Tratado de Libre Comercio en Lisboa, Portugal, el 23 de marzo pasado.

El pasado 20 de marzo del año en curso, los senadores del PRI y del PAN en el Senado de la República, aprobaron el Acuerdo Comercial de México con la Unión Europea (UE). Para los senadores del PRD, el gobierno mexicano y sus negociadores no respetaron las normas acordadas en el Título II del Acuerdo, relativas al Diálogo Político en el transcurso de las negociaciones, con ello se hubieran sentado precedentes significativos para fortalecer lo que se estipula como elemento esencial del Acuerdo, a saber el respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos fundamentales; este compromiso hubiera permitido convertir el acuerdo comercial y de inversión en oportunidades de desarrollo para México.

En los considerandos del texto se hace una "total adhesión" a los principios democráticos y derechos humanos fundamentales tal como se enuncian en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La claúsula democrática y los objetivos de adhesión común a la democracia, los derechos humanos, la paz y un orden internacional equitativo, estable y próspero es congruente con nuestra Constitución. Sin embargo, pese a estos loables propósitos, la realidad es que el tratado comercial negociado se aparta de dichos postulados y lesiona intereses nacionales primordiales.

En México, en materia social existe un deterioro creciente derivado de las políticas de ajuste estructural. Este deterioro de los indicadores sociales, recientemente reconocido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), alcanza preocupantes niveles en materias como respeto a los derechos humanos, nutrición, salud, vivienda, educación, ciencia y desarrollo tecnológico, entre otros, donde niños, mujeres, indígenas y ancianos son los actores más vulnerados. México es un país con un alto nivel de violaciones de derechos humanos, según datos de la ONU y de organismos nacionales de protección y defensa de éstos.

Contrario a la visión optimista expresada por el Consejo Europeo,

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