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El consumo de marihuana (cannabis) en las poblaciones


Enviado por   •  29 de Abril de 2014  •  Trabajos  •  1.418 Palabras (6 Páginas)  •  492 Visitas

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ENSAYO: DROGAS

“El consumo de marihuana (cannabis) en las poblaciones

está arruinando la vida de muchos jóvenes”.

Nos encontramos frente al consumo de marihuana de los jóvenes en las poblaciones el cual se está convirtiendo en algo natural acabando con los jóvenes que se refugian en esta adicción principalmente porque la confunden como una vía de escape para superar sus problemas con el afán de huir de la realidad y olvidar “aunque sea momentáneamente” sus problemas personales, económicos o sociales. La problemática de esta situación es que los jóvenes tienen un concepto contradictorio cuando fuman “pitos” (como le dicen a los cigarrillos de marihuana) ya que señalan que no es malo pero terminan reconociendo que es dañino para la salud. Sin embargo, la información es básica y no es suficiente porque no tienen un conocimiento profundo o acabado sobre los efectos o consecuencias físicas, psicológicas y sociales que puede generar en su vida el consumo habitual de la cannabis.

Para conocer un poco de la Cannabis hallamos que tiene alrededor de sesenta componentes, entre ellos está el THC (tetrahidrocannabinol), que es el componente más conocido y con mayor psicoactividad. Todas las partes de esta planta contienen en mayor o menor proporción THC; esta cantidad depende de múltiples factores, especialmente de la forma de recolección y de cultivo. Los cigarrillos de marihuana consumidos en los años 70 contenían ente 5-30 miligramos de THC, aproximadamente; actualmente, debido a la variedad de la planta y la forma de cultivo, puede alcanzar hasta los 150 miligramos o el doble si hablamos de la resina, lo que supone, entre 5-10 veces más de contenido psicoactivo por cada cigarrillo de marihuana. .

En nuestro organismo, al entrar el THC al cerebro afecta a las células encargadas de la memoria, lo que hace que la persona tenga dificultad en recordar y hace difícil que pueda aprender mientras se encuentra bajo la influencia de la droga, el joven se siente eufórico porque el THC actúa sobre el sistema cerebral de gratificación. Este sistema está compuesto por las regiones del cerebro que gobiernan la repuesta de la persona a cosas placenteras como el sexo o el chocolate. El THC activa el sistema de gratificación de igual manera que lo hacen casi todas las drogas, es decir, estimulando las células cerebrales para que liberen una sustancia química llamada dopamina. Los efectos suelen comenzar pasados unos 10 minutos aproximadamente desde que se fumaron el “pito” que fue preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (actualmente en ocasiones puede superar este porcentaje).

La cantidad exacta absorbida por vía pulmonar depende de numerosos factores, entre los que destacamos: la velocidad con que se fuma, la profundidad y el volumen de la inhalación y el tiempo que la persona retiene la espiración después de inhalar.

La potencia incrementada contribuye a aumentar los daños asociados con el uso regular de marihuana, ya que en dosis bajas produce un estado inicial de excitación y euforia, un incremento del ritmo cardiaco y aumento en el pulso, se inyectan las conjuntivas (ojos rojos) y posteriormente viene una etapa de relajación y bienestar (laxitud y sueño), produce un aumento de bienestar y el deseo de comer algo dulce, también se produce un enfriamiento de la temperatura corporal, en dosis media además de los efectos anteriores, la persona tiende a percibir incorrectamente el paso del tiempo (más lento o más rápido que lo real) y la ubicación espacial (más cerca o más lejos, y la sensación de volar o flotar), se altera o distorsiona la percepción sensorial, aumentando el sentido de la visión, del olfato, del tacto, del gusto y del oído (se siente más intensamente), puede afecta la memoria a corto plazo y la capacidad de pensar en forma lógica (dificultad para tomar decisiones), reduce la habilidad para realizar tareas que requieren concentración, reacciones rápidas y coordinación (por ejemplo, el aprendizaje de nuevas destrezas y manejar vehículos), en dosis altas produce confusión, inquietud y excitación, resultado de la percepción de cosas o situaciones que no existen, se distorsionan imágenes, se pierde la identidad, se fantasea y se pueden producir alucinaciones, episodios de pánico y gatillan quiebres psicológicos.

El uso prolongado de marihuana provoca el síndrome amotivacional , el cual es un estado personal de motivación agudo, que se caracteriza por baja de energía, pérdida de interés y desgano por realizar las actividades propias de la edad.

Asimismo,

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