El derecho fundamental a una Buena Administración Pública en México

El derecho fundamental a una Buena Administración Pública en México (página 37 -50)

Una Buena Administración está comprometida con la centralidad del ser humano, la participación ciudadana, la modernización permanente, la vinculación con la ética y la sensibilidad social. Tal vez, ahora, la Buena Administración se encuentra obligada con la mejora de vida de los ciudadanos. La perspectiva ética se incorpora así de lleno con una Buena Administración.

1. La Buena Administración como principio rector de la actuación pública.

Una Buena Administración debe cumplir con las funciones que le marca la Constitución, es decir, administrar con eficacia, eficiencia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetos ahí indicados. Esos objetivos se cumplen cuando los servidores públicos se vinculan con el interés general.

Desafortunadamente, la Buena Administración se encuentra secuestrada por los partidos políticos y son a ellos básicamente a los que ha servido en los últimos años. En lugar de atender a las necesidades colectivas con los recursos existentes, se atiende a las necesidades del mantenimiento del poder. La construcción de una buena Administración tiene como objetivo principal la protección de las libertades básicas del ser humano.

1. Características de una Buena Administración

Las principales características que, en nuestra opinión, debe tener una buena Administración Pública en un Estado Social y democrático de Derecho: 1) la persona como centro de su finalidad; 2) objetividad; 3) participación ciudadana en la toma de decisiones; 4) modernización tecnológica al servicio del ciudadano; 5) vinculación ética y 6) sensibilidad social.

1. El Derecho Fundamental a una Buena Administración Pública

Las Administraciones públicas existen porque existen intereses colectivos que atender, pero detrás de estos intereses comunes aparecen personas; luego entonces, son estas las que explican, justifican y legitiman tanto la presencia como el buen funcionamiento de la Administración. Y es por eso precisamente que la Buena Administración es un derecho ciudadano, un derecho fundamental o humano, porque las instituciones públicas y su funcionamiento son de ese ciudadano, de todos ellos.

1. Principios que guían el Derecho Fundamental a la Buena Administración

En el marco de los procedimientos administrativos, este Derecho fundamental tiene apoyo en diversos principios generales que se desprenden de la propia Constitución y de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo y que le permiten una precisa funcionalidad.

Estos principios tienen la virtualidad de fungir como mecanismos que facilitan la interpretación y aplicación de las reglas para una buena Administración; entre estos principios están: 1. El de legalidad 2. Honradez; 3. Lealtad; 4. Imparcialidad; 5. Eficiencia; 6. Eficacia; 7. Transparencia y acceso a la información de interés general; 8. Responsabilidad; 9. Control y evaluación; 10. Rendición de cuentas; 11. Economía; 12. Celeridad; 13. Publicidad; 14.  Buena fe. (caso México)

1. Derechos que integran el Derecho fundamental a la Buena Administración Pública.

El Derecho fundamental a la Buena Administración Pública se concreta en los siguientes derechos que lo componen y que los ciudadanos pueden exigir ante los tribunales. Algunos de estos derechos fungen simultáneamente como principios jurídicos, en tanto pueden auxiliar en la interpretación y aplicación de ciertas reglas; pero al mismo tiempo juegan como derechos fundamentales, dado que pueden exigirse de la Administración pública.

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