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El mundo de la cultura: Evolución del término cultura


Enviado por   •  10 de Agosto de 2021  •  Tareas  •  1.932 Palabras (8 Páginas)  •  79 Visitas

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PROVINCIA DEL CHACO

MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

                          Instituto de Educación Superior -“Miguel Neme”- U.E.S“CORZUELA”

                                     Profesorado en Ciencias de la Educación

El mundo de la cultura: Evolución del término cultura

El hombre es esencialmente un ser de cultura. El largo proceso de evolución humana, que comenzó hace más o menos quince millones de años, consistió, fundamentalmente, en pasar de una adaptación genética al medio ambiente natural a una adaptación cultural.

Si bien todas las “poblaciones” humanas poseen el mismo bagaje genético, se diferencian por sus elecciones culturales, ya que cada una intenta soluciones originales para los problemas que se le platean. Por lo tanto, la noción de cultura es la herramienta adecuada para terminar con las explicaciones naturalistas de los comportamientos humanos. La naturaleza en el hombre está totalmente interpretada por la cultura. Las diferencias que podrían parecer más vinculadas con propiedades biológicas particulares como, por ejemplo, la diferencia entre los sexos, no pueden observarse nunca en estado bruto (natural) pues, para decirlo de algún modo, la cultura se apodera de ellas “inmediatamente”: la división sexual de los roles y las tareas en las sociedades humanas es un resultado fundamental de la cultura y por eso varía de una sociedad a otra. No hay nada puramente natural en el hombre. Ni siquiera las funciones humanas que responden a las necesidades fisiológicas como el hambre, el sueño, el deseo sexual, etc., carecen de un formato cultural: las sociedades no dan las mismas respuestas a estas necesidades.

La noción de cultura, entendida en un sentido amplio que remite a modos de vida y de pensamiento, es ampliamente admitida en la actualidad, aun cuando no deja de carecer ambigüedades. Pero no siempre fue así. Las palabras tienen una historia y, en cierta medida, también, las palabras hacen la historia. Si esto es verdad para todas las palabras, se puede verificar especialmente en el caso del término “cultura”. Las palabras aparecen para responder a ciertos interrogantes, a ciertos problemas que se plantean en períodos históricos determinados y en contextos sociales y políticos específicos. Nombrar es al mismo tiempo, plantear el problema y en cierto modo, resolverlo.

La invención de la noción de cultura es, en sí misma, reveladora de un aspecto fundamental de la cultura en la cual pudo darse esta invención y que, por el momento, a falta de un término más adecuado, llamaremos cultura occidental. A la inversa, e significativo que la palabra “cultura” no tenga equivalente en la mayoría de las lenguas orales de las sociedades que habitualmente estudian los etnólogos.

Vamos a dedicarnos especialmente al ejemplo francés del uso de “cultura” pues parece que la evolución semántica decisiva de la palabra se produjo en la lengua francesa del siglo de las Luces, antes de difundirse por préstamo lingüístico a las lenguas cercanas (inglés, alemán). Proveniente del latín colore, que significa el cuidado del ganado o de los campos, a fines del siglo XIII designa una parcela de tierra cultivada. A comienzos del siglo XVI ya no significa más un estado (el de la cosa cultivada), sino una acción, el hecho de cultivar la tierra. Recién a mediados del siglo XVI se forma el sentido


figurado, “cultura” podría designar, entonces, cultivar una facultad, es decir el hecho de trabajar en su desarrollo. Pero este sentido figurado es poco corriente hasta fines del siglo XVII y no tiene reconocimiento académico, ya que no figura en la mayoría de los diccionarios de la época.

La “cultura” en sentido figurado comienza a imponerse en el siglo XVIII. En esa época aparece en general, seguido por un complemento del objeto: se habla de la “cultura de las artes”, de la “cultura de las letras”, de la “cultura de las ciencias”, como si fuese necesario precisar la cosa que se cultiva.

Progresivamente “cultura” se libera de los complementos y termina por ser usada para designar la “formación”, la “educación” de la mente. Luego, en un movimiento inverso al observado precedentemente, se pasa de “cultura” como acción (acción de instruir) a la “cultura” como estado (estado de la mente cultivada por la instrucción, estado del individuo que tiene “cultura”).

En el siglo XVIII “cultura” sigue usándose en singular, lo que refleja el universalismo y el humanismo de los filósofos: la cultura es algo propio del Hombre, más allá de cualquier distinción de pueblos y clases.

La adopción, en el siglo XIX, de una reflexión positiva sobre el hombre y la sociedad condujo a la creación de la sociología y de la etnología como disciplinas científicas. La etnología intentará dar una respuesta objetiva a la vieja cuestión de la diversidad humana. ¿Cómo pensar lo humano la diversidad de los pueblos y de las “costumbres”?. Pero no se satisfacen con una respuesta proveniente de la bilogía para contestar esta pregunta. Justamente, si crean una nueva ciencia, es para aportar otra explicación de la diversidad humana, una respuesta que no sea la de la existencia de “razas” diferentes.

Un concepto emergió como herramienta privilegiada para pensar este problema y explorar las diferentes respuestas posibles: el de “cultura”. Los fundadores de la etnología le dieron un sentido puramente descriptivo. Para ellos no se trataba, como para los filósofos, de decir lo que debía ser la cultura, sino de describir que era, tal como aparece (en formas diversas) en las sociedades humanas.

Consignas de trabajo

3) Leer críticamente los siguientes conceptos, y luego responder a los planteos

El antropólogo C. Camilleri (1985: 13) hace ya algunos años la definió de esta manera:

La cultura es el conjunto más o menos ligado de significaciones adquiridas, las más persistentes y las más compartidas, que los miembros de un grupo, por su afiliación a este grupo, deben propagar de manera prevalente sobre los estímulos provenientes de su medio ambiente y de ellos mismos, induciendo, con respecto a estos estímulos, actitudes, representaciones y comportamientos comunes valorizados, para poder asegurar su reproducción por medios no genéticos.

De una forma más llana podríamos decir que la palabra cultura designa la manera de ser de una determinada comunidad humana, sus creencias, sus valores, sus costumbres, sus comportamientos… Todos pertenecemos a un ámbito cultural, todos somos cultura por el simple hecho de ser seres humanos y vivir en sociedad. Desde esta perspectiva la cultura ni se tiene ni se deja de tener, sino que forma parte de nuestro ser, va siempre con nosotros, no es posible prescindir de ella ni un solo segundo y sería una incongruencia absurda decir de alguna persona que no tiene cultura.

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