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Embarazo Precoz

aixasdgfdgfdg3 de Diciembre de 2012

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Embarazo precoz

Planteamiento del problema

El embarazo trae a menudo graves problemas de tipo social para la adolescente, en algunos casos la adolescente es obligada a casarse con el padre del niño y es probable que algunos embarazos se produzcan con esta intención. Sin embargo, el pronóstico de los matrimonios en estas circunstancias no es muy alentador. Una gran mayoría permanece soltera, lo que produce que tengan que dejar la escuela e interrumpir su educación, reduciendo sus posibilidades de empleo futuro. La adolescente embarazada puede sentir que es una carga económica para su familia, que probablemente no estén en condiciones de mantenerla a ella y al bebé que espera. Las opciones sociales para esta adolescente incluyen tener un hijo fuera de matrimonio, dar al bebé en adopción o contraer matrimonio con el padre, lo que ocasiona que en algunas situaciones tres generaciones pueden sufrir el impacto del parto en estas circunstancias: los padres de la adolescente, la adolescente misma y el hijo. Con respecto a los riesgos desde el punto de vista de la salud, se sabe que el parto antes de los 18 años conlleva peligros de salud tanto para la madre como para el hijo. El riesgo de mortalidad materna es mayor entre las adolescentes, aunque los factores económicos, sociales, de nutrición y de atención pre-natal pueden influir en cierto grado. En estos grupos de edades se observan dos complicaciones principales: la pre-eclampsia (presión arterial elevada, inflamación y albúmina en la orina) y la estrechez pélvica.

Además están presentes los problemas de tipo psicológico, como la ansiedad, el malestar físico, los cambios propios del embarazo, como el aumento de peso, la inflamación, el estrés y las manchas en la piel, cosas con las que la adolescente no contaba. El embarazo precoz se define como la gestación que ocurre durante los primeros años ginecológicos de la mujer, generalmente cuando mantiene total dependencia social y económica de los padres. Actualmente, los países subdesarrollados son los primeros que presentan este problema. En Latinoamérica, el 40% de los jóvenes a los 15 años tienen una vida sexual activa, y de este grupo el 15% ya han sido madres o han estado embarazadas. Venezuela es uno de los países más afectados por esta situación Unicef (2006); el 30% de los partos atendidos en los hospitales de Caracas en los años 2004 e inicios de 2005 han sido de adolescentes, afectando a la sociedad y a la adolescente en sí. En esta ciudad, más del 10% de los nacimientos se dan en mujeres entre los 15 y 19 años de edad y debido a la falta de maduración del organismo, el riesgo de mortalidad es de dos a cuatro veces más alto en adolescentes que en mujeres mayores de 20 años. Asimismo, la mortalidad de los recién nacidos es 30 veces mayor cuando se trata de madres adolescentes. Los adolescentes tienen pensamientos y actitudes frente al embarazo, en los cuales se demuestra una baja percepción de la gravedad del evento, no observan daños potenciales para la salud, pero si muestran mayores preocupaciones por lo económico y por la falta de apoyo parental. Algunos registran ganancias afectivas con el embarazo en la adolescencia, así como obtener compañía, mayor libertad, madurez y responsabilidad. Los adolescentes relatan el momento “ideal” para un embarazo, como el momento en que pueden tener estabilidad económica y no parece ser tan importante sentirse preparado o desear el embarazo.

Esta problemática muestra una tendencia al aumento, y aunque en las sociedades con alto grado de tradición era relativamente normal una maternidad y unión temprana, las nuevas demandas del mundo moderno han tendido a alterar también las consecuencias de los embarazos precoces incluso en las sociedades tradicionales. Las posibles causas de este problema se relacionan con factores que incluyen el bajo nivel socioeconómico, inestabilidad familiar, escasa orientación sexual, desconocimiento de métodos de planificación y el uso inadecuado de los métodos anticonceptivos. Para el buen desarrollo de una sexualidad fructífera lo principal será dar a conocer a los jóvenes acerca de sexo sin tabúes de manera que tomen conciencia de sus actos y tengan conocimientos acerca del sexo seguro.

Según la Asociación Venezolana para la educación Sexual Alternativa (Avesa), todas las adolescentes entre 15 y 19 años sexualmente activas, cualquiera que sea su origen social, siente temor a embarazarse pero por la razón equivocada: lo que las asusta es la represalia social y no la consecuencia. Pese a este miedo, una mayoría, 80% no utilizan métodos de prevención ni protección. Y el 20% restante que previene el embarazo, con la fórmula menos eficiente, el coito interrumpido. Las consecuencias se reflejan en dramas personales, el de una niña que se convierte en madre, y en grandes cifras que ubican a Venezuela en el tope de los países americanos con mayor proporción de embarazos adolescentes. Los liceos están capacitados, e incluso estimulan a la alumna embazada para que continúe estudiando. Pero la realidad económica golpea y la deserción es el mal común entre esas madres. Al buscar trabajo se tropieza con otro obstáculo; en el mercado laboral, las madres adolescentes están en desventaja, pues sus salarios son menores, al igual que sus oportunidades de ascenso. En la población activa adolescente son las madres las que registran el mayor índice de desocupación.

Avesa (2007), indica que en Venezuela el 33% de las mujeres cuentan entre 20 y 24 años iniciaron relaciones sexuales antes de los 18 años, y más del 50% antes de los 19 años y una décima parte se inició antes de los 15 años. El Estado Bolívar es una de las entidades del país con mayor índice de adolescentes entre 11 y 19 años de edad que salen embarazadas. Durante el año 2003 el número de adolescentes embarazadas en el estado Bolívar era de 199, pero en el 2005 se incrementó a 1 mil 557, lo que generó un aumento en 2 años del 782% (1 mil 358 más). Estadísticas aportadas por el Consejo Estadal de Derechos del Niño y Adolescente (2006). La socióloga de la Zona Educativa de Bolívar (2007), informó que la falta de valores y la desintegración familiar, son factores fundamentales que conllevan a estas conductas en adolescentes. Destacó que este problema se presenta más que todo en la población de escasos recursos.

Por ello, en la Unidad Educativa Nueva Esparta se observa con preocupación que cada comienzo de año escolar, cierta cantidad de alumnas inician su estudios con un notable embarazo teniendo unos cuantos meses de gestación que al momento del alumbramiento abandonan sus estudios haciéndose muy difícil su retorno. Mercedes Muñoz (2007), coordinadora general de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa, Avesa, coincide al afirmar que los embarazos adolescentes están vinculados a la pobreza, pues la mayor incidencia se registra en las jóvenes que carecen de acceso al estudio, pues 70% de ellas no había completado la educación básica. Pero advierte que esas barrigas tempranas no son exclusivas de barriadas y zonas rurales. Ocurren en todos los estratos económicos.

En Venezuela hay 80 mil madres adolescentes, es el primer país en Sudamérica en embarazos adolescentes, con 98 de cada mil 9,8% y en caracas entre el 13 y 15% de embarazos son adolescentes, lo que significa que cada año nacen más de 20 mil niños de madres con 19 años o menos edad.

El CELSAM (Centro latinoamericano de salud y mujer), indica que al cierre del 2008 Venezuela sitúo su cifra de abortos en un 30% en adolescentes de menores a los 19 años y los partos aumentaros significativamente de cada 1000 nacidos en el año 2008,140 son de madres menores a los 19 años, esto debido a la mala educación familiar, a la falta de políticas educacionales y a la deserción escolar. La cifra de madres entre los 11 y los 19 años debe estar cerca a las 80 mil en toda el Área Metropolitana, y la mayoría de éstas pertenecen a los estratos más bajos de la sociedad, por lo que necesitan una ayuda que sus familias, por lo general pobres, no sólo en recursos sino también en educación, no pueden darles. En Caracas, sin embargo, no son demasiadas las fundaciones que trabajan con madres adolescentes, y entre todas apenas están en capacidad de atender a unas 300 madres. Previsiblemente, están desbordadas. La edad de iniciación sexual es cada vez más temprana, y se está creando un problema de salud pública, un gravísimo multiplicador de pobreza, por falta de educación. Es precisamente en ese punto en el que se debe hacer énfasis: Más que hacer otros locales filantrópicos, se debería trabajar mucho más en la prevención. La demanda ha crecido de una manera exorbitante desde el año 2005 y hay que atacar la raíz. Cada vez se hace más necesario instaurar materias y cátedras de educación sexual que obligatorias para todos aquellos niños, niñas y adolescentes a partir de los 9 años. Así como la distribución masiva de métodos anticonceptivos, seguros, gratuitos y accesibles.

Manuel Arias, quien coordina el proyecto Madre (Ministerio de Salud) desde hace tres meses, plantea “Además del problema social

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