¿Es demasiado fácil obtener armas de fuego en Norte-América?

SI

Cada día, ocho niños y adolescentes mueren debido al disparo de un arma de fuego.  Cada año, en los Estados Unidos, más de 29,000 personas, mueren por disparo.  Uno de los mayores motivos de estas muertas, es el fácil acceso a las armas de fuego.

Sorprendentemente, en la actualidad, existen 200 millones de armas de fuego de propiedad privada, incluyendo 65 millones de revólveres.  Las víctimas de la violencia por arma de fuego pertenecen a todas las edades y razas.

Los datos gubernamentales más recientes indican que, en Norte-América, desde el 2004, 2,825 niños y adolescentes murieron por disparo de arma de fuego.  Desde el asesinato de Senador Robert Kennedy y Martin Luther King Jr. en 1968, en los Estados Unidos, más de un millón de norte-americanos han muerto debido al disparo de un arma.  Esto es más del total de muertes en combate, en todas las guerras de la historia de los Estados Unidos.

Las muertes por disparo de arma de fuego ocurren en nuestras calles, en nuestros hogares, e incluso en nuestras escuelas.  La masacre en Virginia Tech de abril, 2007, fue una de la larga lista de escuelas donde han ocurrido estos tiroteos masivos.  En todos los casos, el autor del tiroteo, disfrutó de fácil acceso a las armas.

En cambio, otros países democráticos industrializados, como Gran Bretaña y Japón, imponen más restricciones a la posesión de armas.  Como consecuencia, estos países tienen unas tasas muy bajas de muertes por disparo de arma de fuego.

La Segunda Enmienda a la Constitución no fue hecha con la intención de ser una licencia para matar en masa.  Así como el gobierno regula el uso de los vehículos a motor y la compra de alcohol, también puede promulgar leyes más severas para disminuir el número de armas de fuego en nuestras comunidades, y reducir la violencia que engendran.

Marian Wright Edelman

Presidente de la Fundación de los Derechos de los Jóvenes

NO

En Norte-América, cuando las personas se pregunta si existen demasiadas armas de fuego, también deben de preguntarse si existen demasiadas libertades religiosas y de expresión.  Casi todos los norte-americanos están de acuerdo, en que esta segunda pregunta es absurda, pero también lo es la primera.  El derecho a poseer y portar armas está garantizado por la Segunda Enmienda a la Constitución, y el acceso a las armas, para los ciudadanos que cumplen con la ley, es esencial para poder preservar este derecho.

Este derecho no está exento de regulaciones.  Existen miles de leyes regulando la compra y posesión de armas de fuego.

Los comercios vendiendo armas deben de tener un permiso del gobierno federal.  Las personas comprándolas deben de satisfacer ciertos requisitos y demostrar que no tienen antecedentes penales.   Muchas jurisdicciones imponen un periodo de espera antes de que la persona pueda llevarse un arma a su casa.  Todas estas regulaciones están diseñadas para evitar que las armas caigan en manos de delincuentes.

¿Funciona la ley? No siempre, pero los datos demuestran que las zonas de nuestro país, donde existen las regulaciones más severas, es donde existen más crímenes.  Por definición, los delincuentes, son los que infringen la ley.  Las leyes excesivamente estrictas, solo limitan el derecho de los ciudadanos que cumplen con las leyes.  

En ningún lugar de nuestro país las armas son fácilmente asequibles y en algunos lugares no son lo suficientemente accesibles.  En la capital de nuestra nación, las leyes son tan restrictivas, que en realidad, solo los delincuentes tienen armas de fuego.

Somos afortunados de vivir en un país en el cual sus fundadores valoraron tanto este derecho que lo protegieron.  Ellos pudieron portar armas para defenderse contra la tiranía. En última instancia, esto es lo significa este derecho.

Larry Craig, Senador de los Estados Unidos

Republicano de Idaho