Esclavitud En Roma

Esclavitud en Roma y su trascendencia en nuestro sistema jurídico.

La esclavitud tanto en tiempos de la antigua Roma como en las civilizaciones contemporáneas ha tenido siempre un tinte de poder de producción, es decir, de conveniencia para los hombres poderosos que tenían la capacidad de tener bajo su dominio casi total a un grupo de personas, las cuales constituían la fuerza productiva del “dueño” e impulsaban el poder económico e incluso político de su “patrón” sin verse por ello beneficiados de las riquezas que producían con su trabajo.

Antes al contrario, se mantenían, en su gran mayoría, bajo el yugo del patrón, siendo víctimas de tratos no dignos de un humano y siendo desprotegidos por las leyes que regían en esos tiempos al grado de llegar a ser considerados para algunos casos como cosas, denigrando su humanidad y su espíritu y todo, como ya lo hemos dicho, en beneficio de un tercero.

Pero esta práctica, injusta a todas luces, no se pudo mantener, ya que la indignación de los esclavos llegó a un límite en el que decidieron que ya era suficiente de ser denigrados de ese modo.

Siento que la injerencia de estos acontecimientos históricos de Roma en nuestro sistema jurídico actual son importantes, ya que ahora no se podría considerar a una persona bajo ninguna circunstancia como a un objeto.

En el papel esto suena muy bonito, pero la verdad es que al seguir existiendo personas potentadas como los antiguos patrones, necesitan seguir teniendo una especie de esclavos modernos que cumplan la tarea de fuerza laboral y productiva, que a final de cuentas, todo esto, viene a repetir la historia, ya que si bien en la actualidad no existen “esclavos”, existen formas similares de esclavitud disfrazadas gracias a las políticas económicas actuales.

Creo que como en la historia de Roma hubo una especia de “¡Ya basta!” de parte de los esclavos, habrá ahora en nuestros tiempos un ¡Ya basta! De los nuevos “esclavos” (me incluyo) de nuestros tiempos. Ya que es intolerable, en una civilización “moderna” como la nuestra, esa clase de desigualdades y carencias en las clases sociales “bajas” o desprotegidas.

A final de cuentas, como en muchos otros temas, siento que la solución es muy sencilla pero a la vez muy complicada: Si los humanos no fuéramos tan desgraciados, no existirían esta clase de problemas.

En el papel suena fácil el hecho de ser una buena persona, pero parece que la historia nos ha demostrado que es demasiado difícil.

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