¿Existe una filosofía en nuestra América?

¿Existe una filosofía en nuestra América?

Guillermo Sebastian Tapia Churata

Universidad Nacional de San Agustín

Muchos autores se han preguntado si en Latinoamérica existe un pensamiento propio, dando como resultado dos posiciones: los que afirman que sí y aquellos que dicen que no. Entre estos autores cabe rescatar el pensamiento de Augusto Salazar Bondy, quien no descarta la posibilidad de que en un futuro, los latinoamericanos puedan tener una pensamiento auténtico.

Este filósofo peruano escribe dos obras importantes que van a reflejar su tesis, la primera se llama Historia de las Ideas en el Perú Contemporáneo y ¿Existe una filosofía en nuestra América? En la primera da un recorrido de los aportes de personajes como Manuel Gonzáles Prada, Víctor Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui. En el siguiente libro se cuestiona en tres partes la existencia de una filosofía auténtica. Primero habla sobre el proceso del pensamiento hispanoamericano. Luego pone pautas de cómo debería ser un sistema filosófico para que sea original. Finalmente, concluye que el pensamiento latinoamericano sólo es una copia de Europa.

La pregunta, ¿Existe una filosofía en nuestra América?, sigue presente y en necesario tratar de contestarla. En este trabajo se sostiene que sí existe un pensamiento auténtico y que incluso Salazar Bondy es parte de ese grupo de pensadores originales. El objetivo de este ensayo es demostrar que, desde la postura de Augusto Salazar,  hay un pensamiento auténtico.

Para Augusto Salazar Bondy, el pensamiento es la expresión de la cultura y por lo tanto, aunque él lo niega, existe una forma auténtica de ella en Latinoamérica. Por un lado, este filósofo afirma que “[…] puede hablarse de nuestra América como una unidad y por tanto también del pensamiento de los países que forman parte de ella como entidad singular, como una unidad en lo esencial” (Salazar, 1968, pp.8). Como se puede ver, él mismo admite que existe una cultura latinoamericana.

Por otra parte, el problema radica en que solo hace referencia a la época hispanoamericana, que viene desde la conquista, quitando todas las concepciones anteriores. Ya desde aquí podemos ver que su postura de que la cultura latina es un espejo de Europa se va cayendo, pues como se sabe, en la época de la colonia ocurre un proceso llamado mestizaje, el cuál no sólo se da en la mezcla de sangres, sino de costumbres, pensamiento, tradiciones, etc. Incluso llega un momento donde los propios españoles americanos sentían que no tenían nada que ver con sus hermanos europeos, llegando al proceso de la independencia.

No obstante, es cierto que rasgos españoles y del resto del viejo continente se quedaron en las tierras americanas, esto no quiere decir que aquellos conformen toda la cultura hispanoamericana, pues tambien hay influencia de culturas africanas y de las nativas de América. “Para los mestizos, que somos la mayoría de los latinoamericanos, es claro que nuestra situación, es el resultado de una fusión de elementos heredados de los tres grupos originales” (Álvarez, 1997, pp.64) . Es por ello la cosmovisión, aunque variada, tiene rasgos comunes que no se pueden reducir a expresiones netamente europeas.

Existe una filosofía latinoamericana, pero Salazar Bondy utiliza un concepto radica de autenticidad. En la segunda parte de su libro se puede ver que establece criterios del problema de la existencia de una filosofía. La visión de originalidad de Salazar es bastante radical, pues cree que con sólo tomar como base los elementos de la cultura europea significa que el pensamiento hispanoamericano ya está subordinado a Europa. Él mismo afirma sobre la filosofía latinoamericana lo siguiente:

Ésta tiene así el carácter de un árbol trasplantado, no de una planta que surgiera de la conjunción de factores propicia un brote original y vigoroso de pensamiento. Frente al respaldo con que la filosofía cuenta en Europa, apoyada como esta sobre una larga evolución del pensamiento y de la cultura tradicionales, en Hispanoamérica no he encontrado ningún apoyo de la comunidad histórica básica, del fondo popular del espíritu de nuestros pueblos, y vive de la tradición europea, que le es, en ese sentido, extraña (Salazar,1968, pp. 27).

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