GLOBALIZACION

EFECTOS SOCIALES DE LA GLOBALIZACION!

Para nadie es un secreto que el proceso de globalización ha venido trastocando muchos de los valores y comportamientos sociales en diversas regiones del mundo, aún en naciones en las que éstos parecían más fuertemente arraigados, como es el caso de China y Japón. En Occidente, el 50% de los matrimonios concluye en divorcio y el 50% de los nacimientos pertenece a hijos concebidos fuera de una relación formal. En tanto, en Asia se ha reducido el número de jóvenes que opta por el matrimonio y, quienes deciden hacerlo, asumen el compromiso más allá de los 30 años.

Algunos analistas han atribuido a lo anterior el incremento de los índices de criminalidad o la emergencia de nuevos conflictos sociales, como las recientes revueltas callejeras ocurridas en Londres. Y es que, al parecer, existe una relación directa entre el incremento de separaciones de parejas y el consecuente “abandono” de los hijos (principalmente por parte de los padres), con el aumento de los índices de criminalidad; una realidad ineludible que es preciso dilucidar con mayor profundidad.

El rechazo al matrimonio

Desde hace algunos años se ha venido incrementando el número de jóvenes que prefieren casarse en una etapa de mayor madurez, así como el de quienes deciden permanecer en estado de soltería. De manera sorprendente, estas cifras son más significativas en el denominado lejano Oriente, particularmente en los países que registran mayor bonanza económica: Hong Kong, Japón, Corea del Sur y Taiwán, en donde el promedio de edad en el que los jóvenes contraen matrimonio oscila entre los 29 y 30 años, en el caso de las mujeres, y de entre 31 y 33 años en los hombres.

Asimismo, en el país nipón una tercera parte de las mujeres de 30 años son solteras y, de acuerdo con algunas proyecciones, la mitad de ellas continuará en esa condición por varios años más. Hoy, 21% de las mismas, de entre 40 y 44 años, mantiene dicho status. En Taiwán la situación es muy similar, con una quinta parte de población femenina que no desea contraer nupcias. Hay que señalar que entre aquellas que cuentan con estudios universitarios, la proporción de quienes muestran reticencia al matrimonio es aún mayor; por ejemplo, en Singapur, 27% de las que se ajustan a dicho perfil y rebasan los 40 años siguen sin establecer una relación de matrimonio.

Estas tendencias, generadas por las fuerzas de la globalización, parecían incólumes en los dos gigantes asiáticos: China e India, con valores y principios fuertemente arraigados y en donde fenómenos como el aborto o el divorcio eran la excepción y hoy son una constante. En ambos países se prevé que para 2050 habrá 60 millones más de hombres que mujeres en edad de contraer matrimonio.

Los cambios de rol de las mujeres

Con la incorporación masiva de las mujeres a la actividad productiva remunerada, su rol familiar es aún más complicado y difícil de sobrellevar, pues en general continúan teniendo a su cargo el cuidado y atención del esposo, los hijos y hasta de los abuelos. Por lo mismo es cada vez menor el número de mujeres que parecen estar dispuestas a desempeñar ambas funciones; de ahí la reticencia al matrimonio y a la procreación.

Estas tendencias no resultan nada sorprendentes en culturas como la nuestra, pero en aquellas en las que tradicionalmente ha prevalecido la imagen de la mujer “abnegada”, sí parece una novedad. De acuerdo con algunos estudios, en Japón una mujer prototipo trabaja en oficina 40 horas por semana en promedio, pero destina otras 30 a sus labores domésticas, totalizando unas 70 horas de ocupación, lo cual implica un desgaste físico y emocional demasiado severo. En contraposición, los varones sólo invierten unas tres horas en las actividades del hogar. No es casual, por ello, que las mujeres niponas tengan un sentimiento negativo más acentuado hacia el matrimonio, en comparación con las occidentales.

La mayor libertad de que gozan las mujeres les permite decidir acerca de su situación personal, de sus relaciones de pareja y de su futuro, lo cual es completamente loable. Sin embargo, su liberación está causando serios problemas sociales, como la falta de cuidado para sus antecesores, acerca de quienes las nuevas generaciones empiezan a desentenderse. En comparación con Occidente, en Asia muchas personas carecen de pensiones, y en el caso de quienes cuentan con ellas, sus montos son considerablemente más bajos. Por todo ello, en los próximos años millones de personas que se aproximan a la llamada “tercera edad” podrían quedar en una situación de indefensión.

El decremento poblacional y sus consecuencias

Como se ha podido observar, la caída del índice de matrimonios está colapsando también los nacimientos. Si bien es cierto que en su momento la sobrepoblación generó enormes problemas sociales, sobre todo en China e India, la situación contraria que hoy empieza a observarse también propiciará efectos preocupantes. En el Este de Asia la tasa de natalidad decayó de 5.3% en 1960 a 1.3% en 2010. En países con el menor número de matrimonio registrados el índices de fertilidad es cercano al uno por ciento.

Ello constituye, acaso, el inicio de un alarmante cambio demográfico, siendo el más evidente el envejecimiento de amplios extractos de la población. Pero hay otros fenómenos aparentemente menos perceptibles, pero no por ello menos significativos que se están observando. De acuerdo con algunas investigaciones, el matrimonio propicia la socialización de los individuos, y éste, a su vez, se asocia con bajos niveles de testosterona y, por consecuencia, con menores comportamientos de criminalidad.

La testosterona es una sustancia que incentiva el deseo sexual y, en ciertos ámbitos y circunstancias, fomenta la agresividad hacia los demás, derivando en conductas criminales. Bajo este razonamiento, menores índices de matrimonios significarían mayores situaciones de violencia, aunque algunos especialistas no ven una relación mecánica en ello, minimizando ese riesgo.

Los anteriores son sólo algunas de las tendencias que se están configurando a escala internacional, a raíz del proceso de globalización, algunas de las cuales continuarán profundizándose en los próximos años, con los efectos y consecuencias que ello implica. Y sobre lo cual habrán de generarse diversos debates y reflexiones que es necesario empezar a dilucidar.

INTRODUCCION

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