Gloria evaporada

GLORIA EVAPORADA (1994-1995)

En 1992, durante el primer gobierno de Alberto Fujimori, acontece uno de los hechos más escabrosos de la historia del Perú, “La matanza de La Cantuta”, en la que miembros de grupo colina secuestraron a un docente y 9 estudiantes, quienes fueron torturados, asesinados y posteriormente enterrados en un espacio desconocido. Un año después se encuentran los restos y se abre un proceso penal contra el grupo colina perteneciente al ejército peruano. Luego de ser encontrados los cuerpos e identificados se procedió a devolver los cuerpos carbonizados a sus respectivas familias, pero algo ocurrió que muchos pasaron por alto, y fue la forma en la que los restos fueron entregados, se usaron cajas de cartón cualquiera en su mayoría de la marca Gloria para depositar los restos.

La forma en la que los restos fueron entregados a sus familias, fue sin duda un acto de menosprecio, y una fuerte falta de respeto a las personas afectadas. Las cajas de leche gloria evaporada literalmente degradaban y le quitaban cualquier tipo de importancia a su contenido haciéndolo ver como cualquier cosa sin importancia. Es tomando este hecho irresponsable, que el artista Eduardo Villanes, por aquel entonces estudiante de la escuela de Bellas Artes, decide crear una seria de obras con contenidos muy potentes.

Villanes se apropia de la comercial marca de leche Gloria evaporada, pero con una resignificación, al cambiar con un rotulador la palabra “Gloria” por la de “Gente”. El tomar el elemento de la caja de leche es provocado no solamente por ser en modo de envió de los restos de los cuerpos, sino también por la significación que tiene el elemento de por si para la sociedad popular. Siendo esta caja un objeto de uso casi cotidiano para diferentes fines, para guardar objetos, para botar basura, para colocar algún tipo de mercancía, etc. Cuando se entregaron los restos a las familias con estas cajas, se le estaba dando a estos la misma importancia o mejor dicho, se les estaba colocando al mismo nivel de los contenidos para los que se usaban las cajas en el día a día.

Es así como a finales de octubre de 1994 Villanes lleva a cabo en San Marcos la exposición de “Gloria evaporada”. Posteriormente luego de la promulgación de la Ley de Amnistía, con la que se liberaban a los responsables de la matanza de la Cantuta, Villanes intervino unos de los muros de la Vía Expresa con un collage grafiti, utilizando cajas de leche Gloria escribió “evaporados”. Días después durante la “marcha contra la impunidad” se inicia una performance que involucraría una gran cantidad de gente marchando hacia el congreso con cajas de leche en la cabeza, la marcha termino cuando los participantes tiraron las cajas por encima del cordón policial, provocando que los policías patearan las cajas acercándolas más al congreso. El resultado fue un cumulo de cajas muy similar al cómo fueron entregados los restos incinerados a las familias.

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