Guerrilla De Los Yaquis
Daniela24S16 de Abril de 2015
3.798 Palabras (16 Páginas)656 Visitas
Los Yaquis desde tiempos inmemoriales habían sido dueños de sus tierras, al sur de Sonora, pero entraron en conflicto con las autoridades, debido a la desmedida ambición de Ramón Corral, Rafael Izábal y Luis Torres, que se turnaron el gobierno estatal durante 25 años.
En contubernio con una compañía deslindadora, a la cual prometieron un tercio de lo deslindado, las autoridades mandaron agrimensores al Valle del Yaqui para marcar posesiónes mojoneras. Luego acusaron a los indígenas de no haber hecho un buen uso de la tierra y les comunicaron que se había decidido expropiarla para cultivar algodón y arroz. Se confiscaron 80,000 pesos de la comunidad Yaqui, los cuales había depositado José María Leyva Cajeme, cacique yaqui en un banco, ante las protestas el gobierno envió fuerzas para arrestar a Cajeme, al no encontrarlo incendiaron su casa y abusaron de las mujeres, ante semejante arbitrariedad los yaquis tuvieron suficiente motivo para sublevarse.
No hubo en esa guerra ni tregua ni cuartel, los yaquis derrotados se dispersaron en guerrillas, al presentarse otra arbitrariedad ya que la Richardson Construction Company adquirió para su benefició y el del tercio de gobernadores corruptos, 40000 hectáreas al irrisorio precio de 60 centavos la hectárea, y ya muerto cajeme, en 1889 se presentó el tristemente célebre combate de la Agostura, donde centenares de yaquis derrotados y deportados a Yucatán, , esta intermitente guerra culmino con el mandato del presidente Díaz de todos los yaquis donde quiera que se encuentren serían deportados a Yucatán….
La guerra del Yaqui fue el enfrentamiento armado entre el gobierno mexicano y el pueblo yaqui de Sonora entre las décadas de 1870 y 1880. En esa época, los gobiernos liberales habían desconocido la posesión comunal de los pueblos indígenas como un primer paso hacia la colonización de amplios terrenos que se consideraban «improductivos». Esta tendencia se intensificó durante el gobierno de Porfirio Díaz, entre 1876 y 1910. La resistencia de los yaquis a la colonización se remontaba a la época colonial, pero durante el gobierno de Díaz fueron objeto de abierto etnocidio.
La guerra del Yaqui es uno de los conflictos armados más largos de la historia de México. Los yaquis se enfrentaron a las fuerzas armadas de los gobiernos federal, del estado de Sonora y a las guardias blancas de los terratenientes. Después de la Batalla de Mazocoba en 1900, en la que murieron alrededor de 400 combatientes yaquis y fueron capturados otros 800 hombres, mujeres y niños prisioneros, se definió la derrota yaqui. A partir de este momento comenzó la deportación de yaquis a Yucatán para someterlos a trabajos forzados en las haciendas henequeneras. Otros pueblos indígenas, como los pimas, ópatas y mayos también padecieron deportaciones al ser confundidos con los yaquis. Las deportaciones continuaron hasta 1908.
Colonia[editar]
En 1533, el explotador español Diego Guzmán y sus hombres llegaron al río Yaqui donde el pueblo Yaqui marcó una raya en el suelo con el fin de que los españoles supieran que éstos no tenían que cruzar por sus tierras. Los exploradores españoles sin embargo inspeccionaron el área siendo unos pocos hechos prisioneros. Guzmán ordenó disparar su artillería, misma que lograron resistir los Yaquis, obligando la retirada de Guzmán a Nueva Galicia.
En 1565, Francisco de Ibarra comienza a convenir por una salida pacífica con el pueblo Yaqui.
Para el año 1600, no existía ninguna población española más allá del presidio de Sinaloa. Ante el comienzo de una sublevación contra los españoles por los Zuaques Juan Lautaro y Babilomo, el capitán Diego Martínez de Hurdaide comenzó una campaña con el fin de conquistar y pacificar a los pueblos Yaqui y Mayo. Los Zuaques se refugiaron en territorio Yaqui por lo que Hurdaide exigió la entrega de los rebeldes, recibiendo amenazas de guerra por parte de los pueblos indígenas.
En 1608, Hurdaide volvió a entrar por segunda vez al mando de 40 jinetes y 2,000 aliados indígenas en territorio Yaqui, quienes entablaron batalla en las cercanías en el río Yaqui. Luego de todo un día de enfrentamientos, Hurdaide es obligado a retirarse con sus muchos heridos.
En 1609, Hurdaide intenta crear la tercera ofensiva comandando 50 soldados y 4,000 aliados indígenas, a pesar de ello el contraataque Yaqui obliga a las fuerzas españoles a mantenerse a la defensiva, resistiendo las acometidas Yaqui. Las fuerzas españolas, mermadas a causa de los muertos, heridos y la deserción de los indígenas aliados se refugió en una loma, cuando ya nada más quedaban 22 hombres al mando de Hurdaide. Las fuerzas Yaquis, al encontrar la loma, ordenan su cerco y prendieron fuego al pasto que se encontraba a su alrededor. El capitán español logró escapar del acto con su caballo al caer la noche.
En 1615, Hurdaide logró negociar la paz entre el gobierno novohispano y los jefes Yaquis, mismos que aceptaron entregar a los prófugos Lautaro y Babilomo.
En 1740, Juan Calixto sublevó de nuevo al pueblo Yaqui Yaqui, por lo que Manuel Bernal de Huidobro, quien era jefe novohispano, intentó una campaña en su contra, pero solo consiguió ser derrotado. Es entonces cuando Agustín de Vildósola reunió a los soldados españoles y logró victorias en Tecoripa, cerro del Tambor y Otancahui (que en cahita significa Cerro de los Huesos por la cantidad de muertos en la batalla). Con la firma de la paz, lo Yaquis pudieron conservar su autonomía, sus tierras y sus armas. Sin embargo en 1743 Vildosola sustituyó en el mando a Huidobro, con lo que aprehendió a los jefes Yaqui y mayo Juan Ignacio Muni, Esteban, Juan Calixto, mandándolos fusilar en el presidio de San Carlos de Buenavista.
México Independiente[editar]
Cajeme, jefe yaqui.
En 1825, luego de la Independencia de México, el jefe Yaqui Juan Banderas proclamó la unión de los pueblos del noroeste en un sólo gobierno y el exterminio de los yoris, como eran llamados los colonos españoles o mexicanos. A la rebelión se adhirieron los caciques ópatas Virgen y Dolores Gutiérrez, misma que fue instigada por misioneros desafectos con el sistema federal establecido en el México independiente. La rebelión impidió que los estados de Sonora y Sinaloa promulgaran sus respectivas constituciones locales. En 1829, Juan Banderas vuelve a levantarse en armas por ciertas diferencias con José María Madrid, con quien disputó el mando de su pueblo. Con el inicio de la nueve insurrección, la asamblea legislativa del estado se trasladó a Cosalá en busca de seguridad. Juan Banderas logró ejercer una gran influencia sobre los indígenas, promoviendo la unión de los pueblos con la promesa de reintegrarles sus tierras y concibiendo la idea de coronarse rey y enfrentarse a los blancos. Las sublevaciones de Juan Banderas enseñaron al pueblo Yaqui a manejar las armas de fuego. En 1831, con la se separación de Sonora y Sinaloa en dos diferentes entes federativas, el Congreso de la Unión concedió el indulto a los sublevados Yaqui de 1825 y 1829, ofreciéndoles el autogobierno y como autoridad a Juan Banderas. Este recibió el grado de General de la Nación pagado por el erario. En 1832, Juan Banderas vuelve a sublevarse por tercera vez en alianza con los ópatas. El gobernador de Sonora Manuel Escalante y Arvizu salió a batirlo, sitiandolo en Torín. Al cabo de varios enfrentamientos, Escalante derrotó a los guerrilleros Yaqui en Soyopa. Con la derrota Yaqui, los caciques Juan Banderas y Dolores Gutiérrez fueron fusilados en 1833. En 1838 el general indígena Juan Ignacio Jusacamea, apoyó al gobierno mexicano, rompiendo la unidad Yaqui y reprimiendo cualquier alzamiento. Además, algunas facciones políticas de Sonora lograron convertir a algunos grupos indígenas en sus seguidores. Finalmente, con la represión del gobierno mexicano del general Juan Urrea hace replegar a los últimos bandos de rebelión.
En 1865, José María Tranquilino, quien fuera prefecto imperial de Álamos, logró que un gran número de Yaquis se agregarán a las fuerzas imperiales. En Álamos, el Antonio Rosales es vencido y muerto en combate contra los Yaqui, a pesar de aquella gran victoria, el general Ángel Martínez recupera la población y derrota a los indígenas en Cahinaui, decretando el indulto a todos los insurrectos de El Fuerte y Sinaloa. En 1867 los Yaquis vuelven al combate; la campaña en su contra, fue comandada dirigida por el coronel Próspero Bustamante. En 1875, mientras el estado de Sonora se debatía en una guerra civil que provocaba la imposición del coronel José J. Pesqueira como gobernador, José María Leyva (Cajeme), quien era capitán general de los ríos Yaqui y Mayo, se levantó en armas, fusilando a los desafectos a su insurrección con el fin de reintegrar la unidad de sus pueblos. Expulsó a los blancos de Cócorit y Santa Cruz, reduciendo las poblaciones a cenizas. Atacó La Mesita de Guajari, en la sierra del Bacatete, manteniendo a las poblaciones en constante amago. Con ello las el pueblo Yaqui y los mayos no volvieron a hostilizar a lugares fuera de su dominio, aunque se mantuvieron independientes, sin reconocer otra autoridad que la de su propio cacique. En 1882, siendo gobernador Carlos R. Ortiz, se tuvo interés en adquirir mayores terrenos que la hacienda en Navojoa, por lo que en octubre, su hermano, Agustín Ortiz, con 300 soldados de Navojoa partió a enfrentar a las fuerzas de Cajeme, que había acudido en auxilio de los Mayos en la Batalla de Capetamaya.
En 1885 Loreto Molina, junto a un grupo de indígenas, asaltó la casa de Cajeme en los Guamuchiles, atropellando a su familia, incendiando la finca y aprehendiendo a varios de sus generales. Como respuesta,
...