Ironica Hipocresía

Cuando se peca de pereza, las palabras, en voz muy baja van atiborrándose en tu cabeza, conquistando de a poco rincones hasta hoy desconocidos, poblando nuevas tierras, intentando sembrar estrellas en ese lugar donde ocurre el encuentro de lo consciente con todo aquello que le negamos a la conciencia. A pesar del silencio que construye barrotes a su alrededor, siguen en tránsito, pasajeras varadas que a su paso llenan de cólera las vísceras hastiadas de esa impotencia parida por no ser dichas. Y en su “via crusis” esquivan la muerte y emergen bañadas de victoria, no sé bien si por cansancio o porque la ferocidad de la indignación las levanta cada vez que se caen, y así es como logran reptar por la tráquea o hasta los dedos, y por fin hacen ruido o son eyectadas en tinta y papel virtuales; y el desenlace es justo: se expresan libres.

Y acá vienen, no aguantaron más.

Quieren empezar por la interrogación. Pero no saben que preguntar primero.

¿Qué es la “quenoa”? ¿qué tan escaso sentido común se debe tener para considerar que la diabetes es una enfermedad privativa de clases sociales altas? Eso es mi país. Un lugar donde la humildad se extinguió hace lustros, y donde el asumir que sabemos todo nos hace estar como estamos.

¿Quién costeó la tinta para imprimir la cara de Videla en los afiches por los actos del Día de la Memoria? Un día para escuchar León Gieco y ver gente marchar con banderas de Venezuela, en Jujuy, gente que deja claro no tener una puta idea de lo que significa el terrorismo de estado y que claramente tienen cualquier cosa MENOS memoria.

Pero a que ésta si la saben ¿cuál es el sinónimo de “heredero de un autoritarismo populista demagógico sin vergüenza y que parece haber aprendido muy bien las maniobras para ejecutar la persuasión coercitiva”? Tengo dudas sobre si esos que agitaban la bandera hayan entendido la pregunta, pero para su suerte, existe el diccionario, y alguien que escribe esto y que con gusto develara el interrogante con nombre y apellido: Nicolas inMaduro (frío).

Pero volviendo a nuestra presidenta y al día de la memoria. Cristina dijo en uno de los actos conmemorativos de la fecha “Cualquier intento por derrocar un gobierno elegido por el pueblo es atentar contra la democracia”, y sin pedir permiso aterrizó en mi memoria la historia de su entrañable amigo y ex presidente venezolano muerto a raíz de un “cáncer inoculado” por el imperio yanqui. Este sujeto, acaso, no se abrió camino al poder por perpetrar un golpe de estado contra el presidente de Venezuela Carlos Pérez elegido por el 52,91% de votos del pueblo. la anécdota es que mientras esa vieja historia hacia su aterrizaje dejó caer, sin querer, la valija de Antonini Wilson que explica el pequeño olvido de la señora K.

Ciertos nombres le imprimen temblor a mis manos, por eso hay uno, está claro cuál, que elijo no tipear. Considero irrespetuoso hablar mal de los muertos, pero mi respeto llega solo hasta no ponerle nombre propio y ahí se queda sin aire, entonces hablo mal pero es en nombre de la querida memoria, tan importante para no cometer las mismas atrocidades; es importante el día de la memoria, importante para recordar un pasado sanguinario pero del presente mejor ni hablar, todos murmuran y se tocan con los codos; pero ¿quién hace algo por los más de 200 desaparecidos EN DEMOCRACIA? Perdón, por poco olvido que están muy ocupados recordando y no hay tiempo para buscarlos, ni para erradicar la trata de personas, o para que las mujeres dejen de hablar del machismo, pero también dejen de mostrar las tetas en los medios de comunicación (que es la parte más interesante de la cuestión, contradictorio no?). Disculpe las molestias, estamos recordando y solo nos hacemos un tiempito para mandar gendarmes a investigar gente que como puede intenta cambiar las cosas, aunque no son santos que venero (pero

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