La Hipocresia Mexicana

La hipocresía mexicana y como se descontrola

“Si nuestra muerte carece de sentido, también nuestras vidas” (Octavio Paz, “Los hijos de la Malinche”). Abro con esta frase por que refleja brevemente lo que pasa por la mente del mexicano; ellos siempre tratan de creerse la fantasía de que son mejores que otros. Llegan al el punto de engañar o mentirle a las personas con las que están conviviendo. El mexicano tiene un carácter de mentiroso, de destructor y buscador de poder, de sufridas mujeres resentidas y de engreídos hombres de presa (Michael Maccoby, El carácter nacional mexicano). Dicen que tienen muchos huevos para todo. Cuando en realidad, esa es una manera de sentirse privilegiado de los demás habitantes en el mundo, incluyendo a las mujeres. Se proponen de ver a la mujer como un objeto, considerado como algún instrumento, para sentirse superiores y llenar el vacío de machismo que tienen dentro. Al final del día, los mexicanos mienten por convivir y por miedo del rechazo (Octavio Paz, “Máscaras mexicanas”). Tratan de ser alguien que no son y lo opacan para que parezca que este mexicano no está sufriendo como parece (Octavio Paz, “Máscaras mexicanas”). Se espera que el varón mexicano domine a las mujeres, pero muchos hombres débiles desempeñan un papel de masculinidad compulsiva y al mismo tiempo se sienten frustrados y necesitan ser alimentados por este “instrumento” que tanto hacen menos (Michael Maccoby, El carácter nacional mexicano).

Hablando de mentiras, en la lectura de “El gesticulador” por Rodolfo Usigli, nos representa una historia sobre la mentira que dijo el personaje principal, Cesar Rubio, quien miente sobre su identidad como revolucionario mexicano. Esta mentira ocasionó su muerte y todo fue por el simple hecho de sentirse mejor consigo mismo por unos minutos. Trató de impresionar a su familia pero no logró nada cercano a eso. En vez, ellos se preocuparon por que sabían que esto no era verdad y eso podía quitarles la vida, al igual que a su padre. Todos se sintieron decepcionados de él y no llevó a nada bueno. Lo único que se solucionó, fue que Cesar ya no se sentía como un fracasado y tuvo su momento de gloria (Rodolfo Usigli, El gesticulador).

Antes de seguir juzgando al mexicano, es necesario dejar claro, ¿qué es el carácter? Según el psicólogo Firch Fromm, el carácter no es una serie de rasgos expresivos o de conducta. Es una estructura de motivos profundos y variables desde la niñez. Se considera como anhelos apasionados relativamente permanentes (Michael Maccoby, El carácter nacional mexicano).

En la lectura de El Laberinto de la Soledad, del capítulo “Los hijos de la Malinche”, Paz afirma que el mexicano tiene un héroe en el fondo, aunque siempre niegue o renuncie a su origen patriota. Lo describe como el obrero moderno que carece de individualidad y le copia al europeo o al americano--en diversas ocasiones. Él pierde su estado social, debido a que lo que emplea no es personal ya sea en sus frutos o en sus costumbres; adopta tareas distintas que los desconoce de sus raíces, convirtiéndolos en unas personas falsas (Octavio Paz).

Cuando los autores se refieren al carácter mexicano, están hablando de la población mestiza (una mezcla del español y del indio), ya que estos dos grupos han compartido una historia y una tradición en común. La altiplanicie central, que fue dominada por los aztecas ante la Conquista, se convirtió en centro de cultura para los turistas. Hubo revoluciones en los años 1810 y 1867 y finalmente la del 1910, que marcó el cambio en gran escala que llegó a formar la nación mexicana moderna. Michael Maccoby escribe que en los estados del centro del país como la ciudad de México, Morelos, Puebla, Michoacán, etc., los habitantes de los pueblos y la misma población urbana se han transformado en las experiencias de conquista, explotación y violencia (Michael Maccoby, El carácter nacional mexicano). Es necesario mencionar esto por que una persona india ya no se siente orgullosa de decir que pasó por todo esto, hasta les causa vergüenza y deciden “cambiarse de identidad”; lo cual da lastima por que, desgraciadamente, hemos llegado al momento en el que el mexicano es considerado como algo abstracto (Octavio Paz, “Los hijos de la Malinche”).

Otra de las cosas que los mexicanos no saben, es que los reconocen por las prendas que usan, la cultura que traen y no se dan cuenta que los distinguen por la forma de hablar, su presencia, alegría, etc.

Dicho lo anterior, los mexicanos se caracterizan por su manera de hablar y las expresiones que usan. Los mexicanos tienen la capacidad de utilizar una palabra que tiene diversas maneras de expresión. Misma palabra que tiene significantes para el beneficio del mismo mexicano. Volvemos a lo mismo, con la palabra “chingar”, se refieren a que ellos ya triunfaron, lograron su objetivo, se acostaron con una mujer y lo celebran de esa manera. Pero lo que ellos saben y no lo quieren admitir, es que se puede usar de otra manera. La palabra “chingar” es usada también para describir el fracaso de alguien o cuando esa persona no hizo lo correcto. En este caso, ellos usan los primeros significados de la palabra para sentirse dominantes. También, los mexicanos usaban mucho la expresión de “yo soy tu padre” para ponerse a sí mismos un estatus de superioridad. Esta frase se puede relacionar con alguien que se siente inseguro y quiere que todos sepan lo dominante que es y para que los demás se sientan humillados (Octavio Paz, “Los hijos de la Malinche”)—aunque en realidad no domine a nadie y todos se burlen de él a sus espaldas. La desconfianza resalta a plena vista ya que juzgan y no se sienten seguros (Octavio Paz, Psicoanálisis del mexicano).

Se acostumbra que los mexicanos “ninguneen” a la gente para que se sientan en zona de confianza (Octavio Paz, “Máscaras mexicanas”), pero también por que ellos piensan que son los mejores del lugar y merecedores de menospreciar

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