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Juan Moreira: La realidad del gaucho violento


Enviado por   •  24 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  1.073 Palabras (5 Páginas)  •  138 Visitas

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Juan Moreira: La realidad del gaucho violento

Juan Moreira fue un gaucho en la vida real y en la ficticia; Eduardo Gutiérrez recreó su vida en folletines entre 1879 y 1880 con el objetivo de escribir su biografía en base a hechos y nombres verídicos dando pie a un nuevo periodismo que contaba con modernas tecnologías de adquisición de datos. Lo que no sabía Gutiérrez era que con esta biografía desataría un fenómeno que se propagaría hasta los años venideros; pero, ¿Qué logró hacer la obra Juan Moreira por la literatura?; ¿Qué alcance tuvo este personaje que vivió entre la ficción y la realidad? ¿Realmente su figura es la de un “gaucho malo”?

Primero, se debe destacar que Juan Moreira fue la obra que ayudó a fundar, en 1886, el teatro nacional y popular en la Argentina. Pero esto no se logró de la noche a la mañana; en 1884, Gutiérrez, hace una adaptación de su obra para que sea plasmado en el espectáculo circense de la compañía de los hermanos Podestá; siendo ésta inicialmente una pantomima. Dos años después, en 1886, Podestá le pondría diálogos para darle un giro al teatro y a la obra; en la cual se basarían, posteriormente, los primeros dramaturgos criollos. Se puede decir entonces, que la iniciativa de Podestá con Juan Moreira desemboca en el nacimiento de un nuevo teatro estrictamente criollo, representante del Río de la Plata y en el cual la sociedad podía verse reflejado. Las modificaciones que realizó Podestá en Juan Moreira tuvieron como resultado no solo el paso de la representación circense al teatro dramático, sino también la integración de diferentes sectores de la sociedad, como inmigrantes y gauchos desterrados del campo; lo que sirvió para ser aceptada por la misma y como limadora de asperezas entre estos diversos sectores sociales. La reproducción de Juan Moreira tuvo una función social inconsciente; la representación de diferentes estereotipos sociales y el logro, de esa forma, de la aceptación de los mismos para sumarse como público estable fueron los factores esenciales para el crecimiento de este tipo de espectáculos. Es importante destacar que la obra que desarrolló Podestá en 1886 fue tomada como el inicio del teatro nacional por el alcance al público que tuvo y, además, porque muchos de los elementos pintorescos agregados eran “testeados” por el mismo, y ante su aceptación era adicionado permanentemente a la representación; por lo que se puede decir que Juan Moreira se convirtió en un cuadro de costumbres gracias a las preferencias del público y a la búsqueda de Podestá por el gusto de éste. Queda claro que la figura de Moreira sirvió como estandarte del estereotipo criollo y nacional; probablemente por este motivo es que el teatro logra la aceptación del público; Juan Moreira era “uno de ellos” y su vida no les era ajena, a diferencia del teatro de carácter europeo.

Con la escena gauchesca se reinventaba la imagen del hombre de campo, a pesar de que ésta poco tenía que ver con los hechos históricos en sí; pero se creaba un personaje que se lo asociaba más a un héroe que a un forajido lo que lo acercaba al público y generaba más empatía. Se impone la figura del gaucho pacífico y el violento considerándose una antítesis, aunque en realidad se cuenta una misma historia desde diferentes ángulos. Juan Moreira continúa la historia de la primera parte del Martin Fierro; quien para 1879 en La vuelta de Martin Fierro, se vuelve pacífico al igual que su discurso de carácter integrador; discurso envuelto en moralejas y sabiduría producto del exilio. Cuando Juan Moreira elige convertirse en “gaucho malo”, continúa de cierta forma el legado de Martin Fierro, quien había sido el gaucho malo en su momento. El discurso del gaucho malo es distinto, lleva la bandera de la confrontación y la búsqueda de la justicia popular por medio de la violencia, único recurso disponible para lograrlo. Sin embargo, Moreira, se entrega conscientemente a un destino marcado por la persecución y la exclusión, porque prefiere convertirse en un “gaucho malo” que seguir permitiendo que se pisotee su orgullo y dignidad y así lo expresa luego de matar al pulpero que le fue deshonesto: “- Ahora, que se cumpla mi sino.” (Juan Moreira, pag.39), o lo expresa de otra forma el autor cuando dice: “Decidido a vencer o a morir en buena ley, esperó a la partida con la confianza de su propio valor…” (Juan Moreira, pag.76). La dicotomía del gaucho bueno y el malo se presenta en Juan Moreira por el contraste de sentimientos que tiene el protagonista; el amor a su familia, el honor de la amistad y la valentía son claramente recursos del gaucho bueno, pero la venganza que lo embarga ante la traición y la violencia que implementa lo convierten en el gaucho malo, una especie de arquetipo de hombre valeroso que se resiste a la autoridad y defiende sus ideales cueste lo que cueste.

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