LA AÑORANZA DE CAMBIO EN MI PAIS Y EN ELVENAR

LA AÑORANZA DE CAMBIO EN MI PAIS Y EN ELVENAR

A veces desconectarte de la realidad a través de un juego como ELvenar ayuda a tranquilizar la mente, ante las diaria dificultad, adversidad y desesperanza que sume a la familia, amigos, conocidos y gente en general de mi país. El anhelo de un cambio que ayude a superar la crisis social y política, y lograr mejoras para todos en general, hace latir fuertemente los corazones, así como cuando en ELvenar se aproximan los cambios de razas o de estaciones. Pero mientras en la ciudad maravilla el cambio, trae nuevas cosas, en la realidad de mi país. Los cambios propuestos por los gobernantes de turno cada día traen más caos.

Al mirar mi juego y comparar la realidad de mi país puedo apreciar veo que en mi ciudad de ELvenar el cambio trae mejorar en la producción de las fábricas, talleres y viviendas y crecimiento en su estructura principal, el capitolio y la incorporación de nuevos elementos que generan expectativas para su evolución y crecimiento. En mi país, las estructuras rectoras, dilapidan los recursos y sus fábricas, comercios y servicios producen menos, en las viviendas se observa el deterioro del bienestar físico, material y emocional de quienes las habitan y al no ver ese cambio añorado, salen de su país en desbandada, tal cual ola de pájaros migrantes en busca de un mejor techo, comida y abrigo, que en algunos casos consiguen, pero en otras despiertan en una realidad cruel donde el migrante es visto no como un ser de desarrollo, sino como un generador de problemas, que traen cambios dramáticos que empeoran la realidad del lugar.

Se preguntarán que tiene que ver la ciudad de mi juego en ELvenar y la realidad que vive mi país, pues muy sencillo, son las añoranzas de alguien que vivió en una ciudad productiva, donde se satisfacían en cierta medida las necesidades básicas, desde el que ostentaba mayores riquezas hasta el que menos tenia. Y es como si un jugador inexperto llegara a nuestro juego y lo desarmara por completo, nos quitara todo lo laboriosamente construido. Así como sucedió en mi descuadernada Venezuela, donde éramos ricos y no lo sabíamos. Lo entendimos al convertirnos en un pueblo de migrantes con el deseo de un cambio que no permita volver a nuestro amado terruño.

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