LA MODERNIDAD SEGÚN LOS JÓVENES ¿IGUALDAD Y DEPENDENCIA?

¿Somos en realidad modernos los jóvenes en la actualidad o tan solo somos un títere en medio del proceso globalizado del capitalismo, de la obsesión adquisitiva que actúa como un vicio y genera adicción? En general la modernidad es una repercusión de la sociedad que enseña a nosotros, sus jóvenes, a ser grandes consumidores desde que somos niños, anteponiendo el dinero a nuestra libertad, y subordinándonos a vivir con la idea de que ser modernos es tener lo último en vanguardia y que solo podemos ser felices si poseemos todo lo que queremos.

Desde una mirada sociológica, en el mundo moderno cada ciudadano se propone sus metas según su propia voluntad, estas a su vez son alcanzadas por medio del raciocinio de cada persona e inmediatamente esa meta fijada se convierte en una razón para vivir y le da sentido a la vida del sujeto. La modernidad se basa en un modelo socio-político caracterizado por la oposición a lo tradicional, no sin pasar por alto que se encuentra regulada por el aspecto cultural de la sociedad y por tanto implica una pequeña pero significativa oposición por parte del conservadurismo social. En términos sociales e históricos, no se llega a la modernidad con el fin de la Edad Media en el siglo XV, sino tras la transformación de la sociedad preindustrial y rural (tradicional), en la sociedad industrial y urbana (moderna); que se produce con la Revolución industrial y el triunfo del capitalismo; lo anterior quiere decir que ésta clara transición y ruptura se debió a la innovación y el progreso.

Si los jóvenes pudiéramos entender fácil y rápidamente lo que significa “proponer metas según nuestra propia voluntad”, que todo lo que nos proponemos hacer es porque en realidad nos nace hacerlo y no es solo por ser igual o tal vez mejor que los demás. Me explico por medio del siguiente ejemplo: Muchas veces un joven compra un producto innovador y sofisticado, los demás van a querer tener el mismo por no dejarse “echar tierra”, como decimos; todo va bien hasta que todos deciden tener lo mismo y resulta que como dicen los economistas: “lo que es bueno para uno solo, en realidad es malo cuando todos lo hacen o tienen al mismo tiempo” . Así, el primero que adquirió el producto querrá comprar uno mejor y será un ciclo que se presenta tal cual en la actualidad. Si tomamos conciencia de que el concepto de lo moderno se encuentra en cada uno y no en la comparación de lo que tienen los demás con lo que tenemos nosotros, seríamos mejores personas.

Esta dependencia o subordinación causará serios estragos en nuestras vidas; olvidando así quienes somos y de dónde venimos y adoptando conductas de otra gente y otras tierras. Si lo modero se trata de innovar, ¿por qué no empezar por tratar de ser diferentes a los demás o tan solo actuar naturalmente, tal como somos y sin aparentar?; ser como uno es no tiene igual, pero imitar a los demás no tiene razón

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