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LA MÚSICA Y LA GRAMATICA.


Enviado por   •  4 de Abril de 2016  •  Documentos de Investigación  •  2.905 Palabras (12 Páginas)  •  315 Visitas

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LA MÚSICA Y LA GRAMATICA

  1. Muchos escépticos del lenguaje consideran que la gramática supone un corsé, una obligación absurda para el escritor o el periodista, para el abogado o para el presentador de televisión, un código impuesto que coarta su creatividad, una reliquia del fascismo. Por supuesto, tal opinión se extiende a la sintaxis, la semántica, la ortografía o los libros de estilo de los diarios, que algunos periodistas desprecian como residuos de una dictadura.

Idea primaria: Algunas personas piensan que la gramática es algo que se puede moldear  según su perspectiva.

Idea secundaria: la opinión de las personas que piensan que el lenguaje y la gramática depende de la ocupación de las personas y eso mismo los define.

Justificación: las personas en la vida diaria adquieren una nueva forma de hablar y/o escribir ya que sus labores día con día las requieren desde la forma de hablar, escribir y expresarse.

  1. Ningún estudiante de música, sin embargo, rechazaría el solfeo como algo que atase su creatividad, que cercenara su propio estilo y dificultase la expresión espontánea. Ni mucho menos la ortografía que una partitura precisa para trasladar a cualquier espíritu receptor lo que alguien ha podido concebir en su mente a miles de kilómetros... o centenares de años antes (lejano en el espacio o en el tiempo): las subyugantes corcheas, fusas, semifusas y demás partículas de la oración musical han permitido descifrar, pues, el genio interior de Beethoven o los sentimientos más íntimos de Chopin.

Idea primaria: cada persona tiene una forma peculiar (única) de expresión

Idea secundaria: todos aprendemos la misma forma  y cada uno tiene una forma peculiar de expresar, sentir y ser.

Justificación: todos somos auténticos y pecuiares.

  1. Y las normas elementales de la música y los sonidos, las leyes del ritmo y del contrarritmo, amparan lo mismo el jazz que el rock, los boleros, las sinfonías o la canción tradicional, las sevillanas o el dixie, el pasodoble y el tango, la marcha militar y la canción protesta. El solfeo y la armonía sólo ponen una condición básica para cualquiera de estos géneros: se prohibe desafinar. y precisamente por eso, porque sus normas impiden la desafinación, garantizan el buen sonido. Una vez adquirida esa base, se permite la creatividad. Pero la invención que podamos plantearnos como autores habrá de respetar la testarudez de la armonía y el solfeo para resultar hermosa.

Idea primaria: Hay normas en todo

Idea secundaria: Se debe tener una base bien establecida

Justificación: Se de respetar el estilo de cada sonido.

  1. ¿Cómo se desafina? Las vibraciones de la música producen placer o desagrado según las distintas frecuencias de sonido que emite cada nota. Las ondulaciones producidas al tantear las teclas del piano pueden caminar paralelas y congeniar en el aire, o interferirse y caer entonces en la distorsión, que apreciará sin duda quien disponga del oído adecuado para ello, sea natural o adiestrado. Un espectador con talento o educación musical podrá discernir si un violinista desafina. Pero su juicio no entra en lo opinable: hoyen día la desafinación se puede demostrar con instrumentos electrónicos que miden las ondas sonoras, que saben si un la se ha lanzado al aire con las 435 vibraciones por segundo que precisa para tratarse de un la afinado, un la pronunciado con perfecta prosodia instrumental, sin faltas de ortografía.

Idea primaria: Las vibraciones de la música producen placer o desagrado según las distintas frecuencias de sonido que emite cada nota

Idea secundaria: Las teclas del piano pueden caminar paralelas y congeniar en el aire, o interferirse y caer entonces en la distorsión

Justificación: Debes tener cuidado en no tener faltas de ortografía

  1. A diferencia de la música, no existen mediciones físicas ni electrónicas -ni hoy ni nunca- sobre cómo se desentona en el lenguaje. Al hablar o al escribir se cometen incorrecciones -se desafina- cuando el autor vulnera lo que constituye la norma de los hablantes. La "norma": es decir, lo "normal", lo que los hablantes han decidido asumir como tal al través de los siglos. O la "regla ", es decir, lo "regular", lo que por lo regular se usa. En la música, los criterios técnicos vienen dados por las leyes físicas del diapasón. (Antes de descubrirse estos fundamentos y su medida científica, la afinación sólo podía responder al gusto general del público; y los nuevos alumnos admitían el criterio general de sus maestros, y los nuevos públicos el de sus antecesores; y los maestros el gusto del público, cerrando así el democrático ciclo; un gusto que luego demostraron los afinadores electrónicos). Aquí, en el lenguaje, sólo existen -hoy y siempre- las leyes de la democracia, tan discutibles como extenso pueda ser el tiempo de que se disponga para discutirlas; pero todo aquello que los usuarios han decidido rechazar suena mal. Casi podríamos decir que objetivamente suena mal, aunque los criterios puedan parecernos arbitrarios muchas veces porque aún no se ha inventado la medición electrónica de las palabras.

Idea primaria: Al hablar o al escribir se cometen incorrecciones

Idea secundaria: En el lenguaje, sólo existen -hoy y siempre- las leyes de la democracia todo aquello que los usuarios han decidido rechazar suena mal.

Justificación: Hay errores en la ortografía y muchas veces no les gusta aceptarlo

  1. Sólo el gusto general decide qué condenamos como una penosa cacofonía -por ejemplo, "la mata a hachazos", frase tomada de un titular de prensa- y qué apreciamos como una hermosa aliteración -"siempre con su cloqueante cacareo de gallina clueca", verbigracia extraída de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de soledad. En ambos casos -la aliteración y la cacofonía- estamos hablando de una reiteración de sonidos, hermosa una y despreciable la otra. 1. Sólo el conocimiento del idioma, de su genio interno, de su historia literaria y de su uso actual, o en su defecto el buen gusto y el talento, nos permiten la fineza de condenar o elogiar una frase sin la autoridad del diapasón infalible; pero con el mismo sentido musical: igual que un buen oído, natural o entrenado, puede descubrir los defectos de una orquesta sin necesidad de corroborarlos con la medición física.

Idea primaria: No debe haber reiteración de ideas está mal dicho

Idea secundaria: la fineza de condenar o elogiar una frase sin la autoridad del diapasón infalible.

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