La Ilustracion

La ilustración

Fue un movimiento filosófico, científico y literario que se desarrollo en todo el siglo XVIII hasta el inicio de la revolución francesa, conocido como “siglo de las luces” en Europa y sus colonias, se le llama de esta manera porque buscaba deshacer de una buena vez las vendas en los hombres a través del uso de la razón.

La ilustración se dio especialmente en Francia e Inglaterra, donde en la primera se asentó radicalmente y en el que nacen los grandes pensadores de esta ideología tales como Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon, etc. Aunque claro, también se dio en otras partes como Polonia, España, los países bajos e Hispanoamérica, causando cambios importantes en ámbitos económicos, políticos y sociales, en cada uno de estos lugares.

Este movimiento posee muchas características, pero podríamos resumirlas en cinco; el racionalismo, búsqueda de la felicidad, creencia en que el hombre es naturalmente bueno, el laicismo y optimismo por el futuro, siendo el laicismo una de sus más relevantes distintivos.

La ilustración fue gran parte hecha por la burguesía y esta clase social vivía del comercio y el lucro, por lo tanto se genero una lucha en la cual la burguesía contrariaba el absolutismo y la nobleza, que era el orden impuesto hasta ahora, y como era de esperarse y así como en el renacimiento se afirmo que el hombre era el centro de toda causa, en la ilustración torno a un punto más elevado en el que, por vez primera surgió substancialmente el laicismo o la llamada independencia de toda creencia religiosa, por lo tanto se formo una cultura al margen del cristianismo e incluso un poco antirreligiosa, ya que se buscaba una base racional, practica y a favor de el progreso del pueblo, que por cierto esta fase de la ilustración podemos reflejarla en la edición de volúmenes hechos, donde en el siglo XVII, los temas eran religiosos, pero en el XVIII su contenido se enfoco en filosofía, las ciencias y de manera reducida en cuestiones creyentes, así como la terminación de “caza y quema de brujas”. Además, de que la mayoría de los ilustrados eran ateos o deístas, los cuales creían en un Dios pero inalcanzable y por tanto irrelevante en la vida de los hombres, siendo entonces cualquier religión valida.

Por otra parte, durante la ilustración se impulso el uso de la razón, y la inteligencia, pues para los pensadores de dicha etapa, el hombre solo se valía de su razonamiento para comprender el mundo que lo rodeaba, así todo lo irracional o supersticioso era inválido, inútil o falso. Igualmente, en la ilustración se fomento a la naturaleza como causante de todo y no como lo sería un Dios, por tanto, y según se pensaba la naturaleza quería que el hombre fuese feliz y que este fuera entonces un ser bondadoso originalmente, depositando de manera optimista confianza en el hombre para con su futuro. Sin embargo, la burguesía

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