La calidad de la democracia

Para empezar, una de las frases enunciadas en el texto “El decreto ley-¿excepcional o habitual?” que me llama la atención es la siguiente: “Este resultado ha supuesto una media de prácticamente dos decretos-ley al mes, lo cual hace razonable cuestionar el carácter de norma dictada para casos de extraordinaria y urgente necesidad…” Me resulta llamativa, pues nos hace cuestionarnos si el Gobierno abusa de este tipo de medidas, con el fin de acortar el proceso de aprobación y que la ciudadanía no pueda manifestar su opinión al respecto.

Otra de las frases que me ha resultado interesante es: “La calidad de la democracia no depende sólo de la garantía de las libertades, sino también del adecuado equilibrio entre los poderes del Estado; sin que la ausencia de una mayoría parlamentaria sólida habilite para desestabilizar dicho equilibrio a través de un uso desproporcionado del decreto-ley”. La considero así pues, nos hace reflexionar en que si verdaderamente contamos con una buena democracia. Visto el abuso de decretos-ley, éstos pueden restar calidad a la misma.

Por último, quiero destacar lo siguiente: “Asimismo, las medidas de liberalización en diversos ámbitos (economía, telecomunicaciones, régimen del suelo...) han supuesto una singularidad en los primeros compases de esta legislatura, y el decreto-ley ha sido la vía para ponerlas en práctica, lo cual constituye una legítima opción política de la mayoría gobernante que, sin embargo, no siempre ha venido acompañada por la necesaria justificación de la urgencia de la medida”. Tras reflexionar un poco, podemos llegar a la conclusión de que el Gobierno nos está imponiendo medidas sin previa justificación, que no sabemos si nos llevará a algo bueno. En definitiva, no creo que el uso excesivo de los decretos-ley sea bueno para el futuro de España, pues se estarán aprobando leyes rápidas que seguramente no cuenten con gran eficacia.

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