Luces y Sombras de la calidad de la democracia en América Latina

Reseña de los artículos:

• Alcántara Sáez, Manuel (2008) “Luces y Sombras de la calidad de la democracia en América Latina”. Revista de Derecho Electoral nº 6, Tribunal Supremo de Elecciones. San José de Costa Rica.
• Morlino, Leonardo (2007) “Explicar la calidad democrática: ¿Qué tan relevante son las tradiciones autoritarias?”. Revista de ciencia política. Vol.27. N° 2.pp 3-22.

Basabilbaso, Selene.

Manuel Alcántara Sáez y Leonardo Morlino, en sus artículos tienen como objeto de estudio “la calidad de la democracia” en América Latina para Sáez y el Sur de Europa y América del Sur para Morlino.

El título de estas publicaciones no resultan menores, ya que la cuestión de la calidad constituye el eje central de los actuales debates que no sólo marco a la Ciencia Política sino a la sociedad en su conjunto, como lo fue la  transición democrática.

Para el desarrollo de los artículos, tanto Sáez como Morlino no desconocen la complejidad que condensa el término de calidad de la democracia. Desafío de gran envergadura el tratar de definirla, por ser La Democracia la lucha continua por su significante, lucha que no tiene un punto de clausura.

No obstante, Sáez toma posición en el debate y comprende a la democracia como una conceptualización muy próxima a la Poliarquía de Robert Dahl, y su calidad está en relación a la satisfacción de 8 dimensiones de la misma; en palabra del autor “Cinco de ellas tienen carácter procedimental, son: el imperio de la ley, la participación, la competición, la responsabilidad vertical y la responsabilidad horizontal. Dos tienen carácter sustantivo: respecto a las libertades civiles y políticas y la implementación progresiva de mayor igualdad política (…) Por último se encuentra la dimensión “responsiveness” que enlaza las dimensiones procedimentales con las substantiva…” (2008: 3)

Morlino en cuanto a la relación de noción de calidad identifica tres modos con los que se puede relacionar; uno es el procedimiento, el segundo el contenido y el último el resultado. Dice que una democracia de calidad es una buena democracia;“una buena democracia o bien una democracia de calidad, esa ordenación institucional estable que a través de instituciones y mecanismos que funcionan  correctamente, realiza la libertad y la igualdad de los ciudadanos”. (2007:5)

Morlino en su artículo identifica 6 dimensiones de las cuales las tres primeras son de carácter procedimental, son: el rule of law, la accountability  y la accountability inter-institucional, la cuarta es una dimensión que tiene que ver con el resultado, es: la responsiveness y las dos últimas son da carácter sustantivas: la libertad y la igualdad o solidaridad. Aunque también se puede agregar dice el autor la participación y la competencia  como dos ulteriores dimensiones de tipo procedimental aportadas por otros autores como Altaman y Pérez-Linan o Lijphart.

Para operacionalizar el concepto, empíricamente Alcántara Sáez se sirve de diferentes índices que miden los diferentes grados que comportan su definición de la calidad democrática. Los índices del que es subsidiario son, a saber: el índice FreedomHouse, el Índice de Desarrollo Democrático –IDD, el índice TheIntelligenceUnit –EIU, y por último, el índice elaborado por Levine y Molina.

Si bien, el artículo de Sáez no está diagramado por capítulo ni subtítulos tiene su propia organización interna. La misma está planteada de la siguiente manera: en una primera etapa, el autor presenta los cuatro índices en el mismo orden en que se los menciono; el eje esta puesto en dar cuenta cómo se conforma cada uno y qué resultados presentan. Es preciso aclarar que dichos índices tienen metodologías sumamente diferentes, pero en sus resultados tienen una similitud altamente significativa. Del análisis de éstos, para  el politólogo queda claro que hay países avanzados democráticamente, como aquellos que ocupan lugares más atrasados, avalando la tesis de la “heterogeneidad regional”.

 En la segunda etapa, a nuestro entender la parte más interesante y rica del trabajo, presenta una relación de los cuatros índice, que le permiten esbozar varias hipótesis a la hora de entender la calidad de la democracia en términos de mecanismos institucionales. Al respecto, dice: “Desde la perspectiva de la oferta se puede considerar la calidad de los servicios gubernamentales. Desde la perspectiva más inclinada hacia la demanda cuatro son los elementos de índole institucional vinculados todos ellos al carácter representativo de los diferentes niveles de la democracia, y que vendrían ligados: las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo y los procesos de descentralización. (…) Un factor meta institucional (…) la calidad de los políticos como sostén explicativo de la calidad de la democracia.” (2008: 9)

 A su vez, el trabajo presenta una desagregación de cada uno de estos elementos mencionados anteriormente y análisis de las mismas, que el propio autor no da por cerrado, sino como la puerta de entrada al debate que marca una época y que es preciso continuarlo.

En el texto de Morlino en cambio en el artículo está más delimitada la organización se puede identificar tres secciones, en la primera se trata de plantear las principales definiciones de democracia y de calidad democrática, como estado de derecho desarrollando las seis dimensiones mencionadas anteriormente, la segunda sección que se puede resumir en una pregunta planteada por el mismo autor al preguntarse sobre la calidad de la democracia ¿Cuál relevante son las tradiciones políticas previas? Tomando en cuenta el legado autoritario, y por último la tercera sección trata de analizar las huella de dicho legado autoritario en cuanto a la calidad de la democracia en países del sur de Europa y el cono Sur de Latinoamérica con datos de investigaciones empíricas llevada a cabo en esos países.

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