La importancia de la responsabilidad compartida por la protección y recuperación de la Tierra
helenVAQEnsayo2 de Junio de 2013
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Preámbulo
Nosotros somos la Tierra, los pueblos, plantas y animales, gotas y océanos, la respiración de los bosques y el flujo del mar. Nosotros honramos a la Tierra como el hogar de todos los seres vivientes. Nosotros cuidamos la belleza y diversidad de vida de la Tierra. Nosotros alabamos la capacidad de regeneración de la Tierra como la esencia de toda la vida. Reconocemos la especial posición de los pueblos indígenas de la Tierra, sus territorios, sus costumbres, y su singular afinidad con la Tierra. Reconocemos que el sufrimiento humano, la pobreza y la degradación de la Tierra son causados por la desigualdad de poder. Adherimos a una responsabilidad compartida de proteger y restaurar la Tierra para permitir que los recursos naturales sean utilizados con sabiduría y equidad, de manera de alcanzar el equilibrio ecológico y nuevos valores sociales, económicos y espirituales. Somos un todo en la diversidad. Nuestro hogar común esta cada vez mas amenazado. Nos comprometemos por lo tanto a llevar adelante los siguientes principios, teniendo en cuenta en todo momento las especiales necesidades de las mujeres, los pueblos indígenas, el Sur y los discapacitados y los desvalidos:
Principios
1. Convenimos en respetar, favorecer, proteger y restaurar los ecosistemas de la Tierra para asegurar la diversidad biológica y cultural.
2. Reconocemos nuestra diversidad y afinidad. Respetamos todas las culturas, afirmamos el derecho de todos los pueblos a satisfacer sus necesidades ambientales básicas.
3. La pobreza nos afecta a todos. Concordamos en modificar los estilos no sustentables de producción y consumo para asegurar la erradicación de la pobreza y la explotación en todo el planeta, lo que implica necesariamente el reconocimiento de que la deuda y la afluencia financiera de Sur a Norte, así como la opulencia y la corrupción son las causas primarias. Nosotros debemos enfatizar y perfeccionar nuestra capacidad indígena para generar tecnología y desarrollo. Los esfuerzos para erradicar la pobreza no constituyen un mandato para la degradación del medio ambiente y los esfuerzos para preservar y restaurar el medio ambiente no deben pasar por alto las necesidades humanas básicas.
4. Reconocemos que las fronteras nacionales no coinciden con la realidad ecológica de la Tierra. Las soberanías nacionales no significan la exoneración de la responsabilidad colectiva de preservar y restaurar los ecosistemas de la Tierra. Las practicas comerciales y las transnacionales no deben deteriorar el medio ambiente y deberán ser controladas con miras a alcanzar la justicia social, el comercio equitativo, solidario y ecológico.
5. Rechazamos el militarismo y el uso de presiones económicas como medio para solucionar conflictos. Nos comprometemos a la consecución de una paz genuina, que no significa meramente abstenerse de la guerra sino que supone además la erradicación de la pobreza, la promoción de la justicia social y del bienestar económico, espiritual, cultural y ecológico.
6. Estamos de acuerdo en garantizar que los procesos de decisión y sus criterios sean claramente definidos, transparentes, explícitos, accesibles y equitativos. Quienes por sus actividades puedan afectar el medio ambiente deben probar primero que no causaran daños. Quienes probablemente sean afectados, particularmente las poblaciones del Sur y los que están subyugados dentro de sus Estados, deben tener acceso libre a informaciones y participar efectivamente de los procesos decisorios.
7. Los Estados, instituciones, compañías y pueblos que degradan desigualmente el medio ambiente, causando impactos que son sentidos igualmente por toda Tierra, deben responder proporcionalmente por los perjuicios provocados. Si bien todos somos responsables de mejorar la calidad ambiental, los que se apropiaron y consumieron la mayoría de los recursos de la Tierra o quienes continúan haciéndolo
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